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La movilidad entre la provincia de Alicante y las demás autonomías se recupera tras el final del estado de alarma

Los desplazamientos de Alicante con Murcia, Castilla-La Mancha y Madrid llegaron a triplicarse en el primer día sin restricciones - Familias llevaban varios meses sin poder verse con normalidad

Pasajeros bajando el viernes del AVE que llegaba de Madrid a primera hora de la tarde. RAFA ARJONES

El final del estado de alarma y de los cierres perimetrales han supuesto la recuperación de la movilidad entre la provincia de Alicante y otras comunidades autónomas. Los datos al respecto que han trascendido por ahora -escasos, pero ya bastante reveladores en este aspecto- muestran que, si bien no se alcanzan los niveles de desplazamiento previos a la pandemia, sí hay un efecto inmediato del levantamiento de las restricciones. Ya sea por motivos personales, familiares, de ocio o cualquier otra índole, tan pronto como ha sido posible han vuelto a hacerse viajes entre la demarcación alicantina y Murcia, Castilla-La Mancha, Madrid e incluso áreas orientales de Andalucía.

El estudio de movilidad del Ministerio de Transportes, a través de la geolocalización de los teléfonos móviles, tiene otra vez todas las claves. Esta vez solo se han publicado los datos de trayectos interprovinciales correspondientes al 9 de mayo -ni siquiera los realizados dentro de cada provincia-, pero eso ya es suficiente para observar el cambio. En el primer día sin estado de alarma los viajes entre Alicante y Murcia fueron un 83% de lo considerado habitual antes de la pandemia, cuando el domingo anterior el índice se había quedado en el 35%. A la inversa, la movilidad el día 9 fue del 87%, frente al 37% siete días antes.

Los desplazamientos entre Alicante y Albacete siguieron una evolución parecida: un 64% de lo habitual el pasado domingo, frente a un exiguo 19% registrado el 2 de mayo, es decir, más del triple. Desde la provincia limítrofe, los viajes han pasado en una semana del 20% al 73%. Pero este salto no se ha producido únicamente en las relaciones con territorios colindantes: el pasado domingo hubo un 73% de desplazamientos habituales de Madrid a Alicante, frente al 25% de siete días antes. En sentido contrario, en cambio, no se ha registrado el mismo movimiento: los trayectos han aumentado en una semana, pero se han quedado en un 45%.

También se incrementaron notablemente el domingo 9 de mayo los viajes entre la provincia de Alicante y demarcaciones andaluzas como Almería y Granada, aunque los índices se quedaron, respectivamente, en el 67% y el 37%. Es obvio que los mayores aumentos se registren en los itinerarios con origen o destino en Murcia y Albacete, por tratarse de territorios limítrofes y donde muchos alicantinos tienen familiares directos, o a la inversa. Y es que, al margen de los desplazamientos por ocio que se hayan realizado, el final de las restricciones de movilidad ha sido para muchos la ocasión para ver a sus parientes por primera vez en meses, algunos a pesar de tenerlos a muy escasa distancia pero ya en una autonomía distinta.

Patricia [prefiere omitir el apellido], una oriolana que vive y trabaja en Murcia, explicó a este periódico el pasado diciembre la difícil situación de no poder ver a su familia en Navidades teniéndola a 24 kilómetros de distancia. Este fin de semana ha sido el primero que ha pasado en la capital de la Vega Baja en este tiempo. En estos meses, explica, ha visto a sus padres en tres ocasiones, dos aprovechando que ellos acudían a una consulta médica a Murcia y la tercera porque fue ella la que tuvo que acudir por la misma razón a Orihuela. «Me parecen bien las restricciones, y entiendo que al hacer una norma así no se tengan en cuenta los casos particulares, pero todos los que estamos junto a un límite hemos salido perjudicados». Ahora lo cuenta con un cierto sentido del humor, pero admite que «lo he llevado mal» a lo largo de estos meses.

Patricia cuenta que pese a tener la tentación más de una vez ha preferido no saltarse las restricciones, entre otras cosas porque «me generaba mucho estrés y ansiedad». Por una parte estaba el temor a ser detectada en algún control; y por otra, el miedo a que su acción pudiera derivar en que sus padres se contagiaran de coronavirus. Por eso, añade, «me da rabia ver imágenes que reflejan la irresponsabilidad de mucha gente, después del gran esfuerzo que la mayoría estamos haciendo».

También ha sido un fin de semana de reencuentro para muchos naturales de Caudete (Albacete) que residen en la provincia de Alicante o que tienen familiares directos en ella. Noelia Vilar, que el pasado diciembre contó su situación a este periódico, ni siquiera esperó al sábado para desplazarse a Alicante a ver a su primo José Micó. El sábado fue él quien viajó hasta su localidad natal, por primera vez en seis meses. La experiencia ha sido obviamente muy grata, pero lamenta que «me he perdido momentos especiales como el Día de la Madre y el del Padre». No obstante, entiende que la situación epidemiológica hacía más oportuno «esperar a que fuera el momento ideal» para ir a ver a la familia.

Viajes internos en un 86% de lo que era habitual antes

La movilidad interna en la provincia de Alicante se acerca progresivamente a los valores que eran habituales antes de desencadenarse la pandemia de coronavirus. El dato más reciente disponible hasta ahora es el del lunes 3 de mayo, en que se realizaron un 86% de desplazamientos sobre el mismo día de la semana considerado como promedio, en febrero de 2020. Es de suponer que en sucesivas semanas este índice seguirá creciendo, aunque probablemente tardará en trascender a la opinión pública porque el Ministerio de Transportes ha indicado que va a sacar un nuevo contrato para la obtención de los datos, y que mientras tanto habrá discontinuidades en su publicación.

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