No los ha vuelto a ver, pero le encantaría. Fueron 15 días de convivencia en aislamiento los que la técnico en cuidados de Enfermería Raquel Ozuna mantuvo con dos menores, entonces de seis años, en acogida temporal en el Hogar Provincial al principio de la pandemia pero se le han grabado a fuego en el alma. Días duros al principio, cuando la niña no dejaba de llorar y porque ella misma no podía ir a casa ni abrazar a sus allegados, aparte de la cantidad de personas que el virus se llevaba por delante. Casi un año y medio después, sigue pensando en aquellos pequeños, «en cómo les irá. Al poco se fueron de allí y no tengo noticias de ellos. Cada uno está con su respectiva familia. Me encantaría volver a verlos y saber cómo están, a ellos y a todos los nenes, porque ya no estoy en ese departamento». Actualmente la técnico ocupa una plaza temporal en la unidad polivalente de corta y mediana estancia del centro Doctor Esquerdo, también de la Diputación. Como ella, miles de educadores, psicólogos, monitores, técnicos de animación y auxiliares combinaron su esfuerzo como profesionales con enormes dosis de humanidad para minimizar los efectos de la pandemia.

Los niños pueden entrar en el centro de acogida y recogida del Hogar Provincial (CRAM) por circunstancias variadas, como un trámite judicial, una separación o porque las familias no pueden hacerse cargo en ese momento de ellos. Ozuna compartió 15 días de encierro con dos menores que dieron positivo en covid-19 y volvería a hacerlo, afirma. «Fue una gran experiencia, porque lo nuevo siempre aporta un aprendizaje y lo volvería a hacer, claro que sí, es mi trabajo. Somos los que tenemos que proteger, si no me tendría que dedicar a otra profesión. En ese momento estaba fuerte física y psicológicamente, a lo mejor en una época en que no esté al 100% para poder realizar mi trabajo no lo haría porque podría cometer una imprudencia».

En aquel momento, la profesional de los cuidados de Enfermería dio el paso de aislarse por voluntad propia y sin pensarlo con los pequeños pacientes para frenar el brote y que la exposición del personal del centro fuera la mínima dado que también tienen centro de mayores. La joven pensó que el virus se propagaría por todo el Hogar y no vio otra opción. «El edificio de geriatría y el centro de recogida y acogida de menores comparten la pasillos de entrada y salida a los puestos de trabajo. El personal de todos los departamentos accede por el mismo sitio y por un pequeño descuido se podía contagiar alguien y propagarlo aunque los niños y los ancianos no pasen por allí. Ahora es más complicado que pase por los geles y las mascarillas pero entonces no se sabía».

Cuidadores

El suyo es un cuerpo profesional muy expuesto, siempre al pie del cañón. En caso de aislamiento, los técnicos en cuidados de Enfermería son los primeros que pasan a ver a los pacientes y dan posteriormente el aviso para que intervengan el equipo de enfermeros y el médico. «Somos los que estamos en primera línea, los peones del tablero de ajedrez, los primeros que hacen de barrera y los primeros en caer. El enfermero cuida la enfermedad pero hasta que no se averigua cuál es, el técnico es el primero que atiende a pacientes y residentes, a la persona». Raquel Ozuna quiere poner en valor el papel durante la pandemia de los educadores y de los técnicos en actividades socioculturales de los centros, «motivando a las personas mayores y a los niños dándoles horas de juego, de cine, de entretenimiento, para que no se agobiasen ni estuviesen tristes. Ese cuidado mental es una parte que no está muy visible pero que es necesaria. No se le da la importancia que se merece», sostiene.

La técnico en cuidados de Enfermería ya está vacunada en primera dosis con Astrazeneca y está pendiente de inocularse la segunda con Pfizer «para proteger a los que estoy cuidando, aunque no sea muy partidaria de las vacunas». Afirma que tiene muchos conocidos con covid persistente, que llevan de baja hasta ocho meses sin poder ir a trabajar. «Es una enfermedad que aún no se conoce bien cómo afecta. Dicen que la vacuna ayuda pero tampoco lo saben a ciencia cierta, y no ha dado tiempo a comprobar la reacción real que tiene. Se irá viendo», concluye.