El puerto de Alicante se prepara ya para recibir el próximo 26 de junio al primer crucero turístico tras catorce meses cerrado a este tráfico turístico debido a las restricciones por la pandemia del covid. Se tratará del buque alemán Mein Schiff, del turoperador TUI que hará escala 8 horas en la ciudad procedente de Málaga. Tras meses de inactividad, decenas de miles de euros de pérdidas y, si no se producen novedades negativas respecto al control del covid, la previsión del puerto es que hasta final de año hagan es cala en el puerto 36 cruceros con una media de mil turistas por barco, pues entre las escalas están previstas las de barcos pequeños, pero también de los gigantes MSC, y también de la Royal Carebbean, esta en el tercer trimestre del año. Incluso, en la programación figuran jornadas con dos barcos al mismo tiempo, en concreto el 11 de octubre y los días 12 y 26 de noviembre. El sector de los cruceros es clave para la ciudad de Alicante. Hasta 2019, cuando empezó sus crisis, movía cinco millones de euros al año.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, mediante Resolución de la Dirección General de la Marina Mercante, que ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado, ha levantado la prohibición para que los cruceros internacionales puedan atracar en los puertos españoles, con efectos a partir del día 7 de junio. La evolución favorable de la pandemia en el territorio europeo, de donde proceden la mayoría de los pasajeros de cruceros internacionales con escala en puertos españoles, el aumento de la población vacunada contra el covid y el descenso de la incidencia en las autonomías con puertos susceptibles de recibir este tipo de buques, permiten el reinicio de la actividad de cruceros que realicen viajes internacionales y tengan por destino puertos españoles.

La resolución de la Marina Mercante determina las medidas sanitarias que deben cumplir los buques de pasaje tipo crucero que realicen viajes internacionales y naveguen por aguas del mar territorial para entrar en puertos españoles abiertos a la navegación internacional. El documento describe las medidas que deberán implementar los buques de pasaje tipo crucero que pretendan realizar trayectos internacionales visitando puertos españoles para prevenir eventos relacionados con la emergencia sanitaria y para llevar a cabo una gestión adecuada en caso de producirse contagio entre el pasaje. Con esta resolución se deja sin efectos la adoptada el 23 de junio de 2020 por la que se estableció la prohibición de entrar en puertos españoles a buques de pasaje tipo crucero de carácter internacional para afrontar la crisis sanitaria .

Según se informa en el BOE, "los buques de pasaje de tipo crucero que realicen viajes internacionales y naveguen por aguas del mar territorial con objeto de entrar en los puertos españoles abiertos a la navegación internacional cumplirán con las condiciones recogidas en el documento de 'Medidas sanitarias para el restablecimiento de los cruceros internacionales' del Ministerio de Sanidad". El sector de los cruceros tiene un importante impacto económico en España, que antes de la emergencia sanitaria era el segundo destino de este tipo de turismo en Europa.

De hecho, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, en 2019 los cruceros internacionales aportaron en torno a 2.800 millones de euros al PIB nacional y generaron unos 50.000 empleos y 1.500 millones de euros en salarios. La eesolución estará vigente hasta el fin de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 o hasta que existan circunstancias que justifiquen una nueva medida.

 El turismo de cruceros movía al año en Alicante unos cinco millones de euros al año repartidos en las tasas que pagan la navieras por la escala, el dinero que se gastan los turistas en la propia ciudad de Alicante y los que participan en las excursiones, que dan una media de 50 euros por crucerista. Consolidar Alicante como puerto base para los cruceros que surcan el Mediterráneo ha sido una vieja aspiración de los presidentes del Puerto desde el empresario portuario y después conseller, Mario Flores, accediera a la Presidencia en 1995. Viajes a Miami –capital mundial de los cruceros– y contactos con las grandes navieras hicieron posibles programar las escalas de los grandes buques, pero falta lo principal, que Alicante sea considerado puerto base en el Mediterráneo.

En 2003 se invirtieron dos millones de euros en la rehabilitación de la antigua terminal marítima de cruceros –Alicante llegó a tener línea regular con EEUU a mediados del siglo XX– y, por fin, en 2007 llegó la confirmación de que el buque Jules Verne tendría su base en Alicante. El barco no cumplió, sin embargo, con las expectativas al tratarse de una nave más propia de las que cubren el ferry Alicante-Argelia, que de los grandes «resorts flotantes» de navieras como la Cunard, Royan Caribbean, Costa o MSC. Tampoco cuajaría en 2017 la experiencia de un crucero de Pullmantur.

El caso es que el Puerto cuenta con un buena terminal para los cruceros en que, incluso, se ha habilitado espacio para oficinas del Distrito Digital. Sin embargo, Alicante no termina de ser atractiva para las navieras por la proximidad con València y las tasas competitivas del vecino puerto de Cartagena, que en algunos caso ni cobra a las compañías dado el margen de beneficio que obtiene con el movimiento de hidrocarburos.

Una de las excursiones clásicas de los cruceristas que hacen escala en el puerto de Alicante es la que les lleva a la Marina Baixa y a Benidorm, cuyos empresarios llevan años reivindicando una mejora de las conexiones de Benidorm con el resto de enclaves turísticos como el Puerto , el aeropuerto y la estación del AVE. Según la patronal hotelera, los partidos políticos no han tenido en cuenta la importancia turística de la provincia de Alicante y no han sabido o no han querido planificar las infraestructuras de transporte necesarias para esta actividad económica. Preocupa mucho cómo va a influir la liberalización de la AP-7 teniendo en cuenta que no se dispone de transporte alternativo, ni AVE, ni Tren de la Costa, ni conexión rápida hacia aeropuertos o estaciones de tren, según vienen denunciando los hoteleros.