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Una mujer fallecida en marzo es incinerada tras permanecer dos meses en el depósito

Las cenizas de la anciana ya descansan en el albergue de animales como era su voluntad tras abrirse el testamento

Imagen de archivo del tanatorio de Alicante. | INFORMACIÓN

Amadora M.R., fallecida el 31 de marzo en Alicante, ya descansa después de que sus restos hayan pasado dos meses y dos días en el depósito pendientes de incineración, como era su voluntad, registrada en un testamento vital. La anciana, nacida en Córdoba en 1933 pero que había residido más de 40 años en Alicante, no tenía seguro funerario ni dinero suficiente en cuenta: la cremación cuesta algo más de 4.000 euros y ella tenía unos 1.200 euros de liquidez inmediata. Su vecina y representante legal demostró que contaba con un piso en propiedad, además de fondos bancarios de inversión por cerca de 30.000 euros y herederos. Sin embargo, todo estaba condicionado a la apertura del testamento.

La mujer dejó como beneficiaria a una protectora de animales de Alicante, que se ha hecho cargo de los gastos de la incineración una vez que se ha confirmado que la entidad era la heredera. La urna con las cenizas de Amadora fue enterrada este miércoles en el recinto próximas a las de su marido, uno de los fundadores de la entidad de protección animal.

S. D. R., que fue designada junto a su marido en 2008 representante de Amadora M. R. ante notario por la propia anciana, de la que era amiga y vecina, explica todos los pasos que ha tenido que dar en vano para que se agilizara la cremación de la fallecida. «Tuve que mandar que la embalsamaran por el estado en que se encontraba el cuerpo con el dinero que le quedaba. Por fin descansa, dos meses y dos días después han enterrado sus cenizas». El embalsamamiento costó, dijo, 1.150 euros.

«Hemos realizado un periplo por los juzgados. Fuimos al decanato, visitamos a abogados y procuradores, y nadie ha hecho ni caso para dar la orden de incinerarla. Ha sido un calvario», lamenta S.D.R. Finalmente, ha sido la entidad heredera la que se ha hecho cargo de la incineración tras abrirse el testamento de la fallecida, en el que dejaba su herencia, es decir, unos fondos bancarios y una casa en Alicante, al albergue de animales.

La anciana fue hallada muerta el 31 de marzo por la persona del servicio municipal de atención a domicilio que la atendía. La causa inmediata, según el certificado médico de defunción, fue una asistolia. El parte señala que no hubo indicios de muerte violenta ni se le practicó la autopsia. Trasladada al tanatorio La Siempreviva, el Ayuntamiento cursó orden de enterramiento, con cargo a las arcas municipales, al desconocerse que tuviera herederos. Al enterarse, la representante de Amadora acudió a impedirlo al tanatorio, donde tuvo que firmar varios documentos, y reconocer el cuerpo, que ha estado hasta ahora en el recinto a la espera de la cremación.

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