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Cáritas destina cinco millones para atender a 53.000 personas, un 30% más en solo un año

La ong destaca el retroceso en la integración de miles de familias con el empleo, la salud y la vivienda como factores de exclusión - El 40% de las ayudas son para empleados en ERTE o en la economía sumergida

Personas recibiendo alimentos en Alicante. RAFA ARJONES

Cerca de 53.000 personas recibieron la ayuda de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante en la provincia en 2020, un 30% más, según los datos de su memoria anual, que representa una radiografía de la situación socioeconómica de las familias alicantinas. Esta memoria se difunde en el marco del Día de la Caridad 2021 que se celebra en torno a la festividad del Corpus Christi, y que este año se desarrolla con el lema «Seamos más pueblo». El obispo diocesano, Jesús Murgui, el director de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante, Víctor Mellado y el secretario general, Francisco Javier Ruvira, presentaron este jueves la memoria, en la que se pone el foco principalmente en el impacto que ha supuesto el coronavirus en la sociedad alicantina provocando el retroceso en la integración de miles de familias.

En el último ejercicio, correspondiente a 2020, Cáritas de la Diócesis de Orihuela-Alicante ha invertido en ayuda social y lucha contra la exclusión 5.051.058 €, 1.257.722 euros más que en 2019. Un 60,2% de este dinero llega desde el ámbito privado y a través de colectas y donaciones, mientras que un 39,8% procede de subvenciones públicas. Cáritas calcula que dicha ayuda ha llegado a cerca de 53.000 personas, un 30% más que en 2019. Ayuda que se multiplicó por cuatro en los primeros meses del confinamiento.

Empleo, salud y vivienda son los tres grandes factores de exclusión de las personas que más se alejan de la integración social. «La crisis del covid ha provocado el retroceso en la recuperación económica y social de los dos últimos años, que venía de la mano del empleo», explicó el secretario general de Cáritas Diocesana. «Una provincia como la nuestra, dependiente del sector de la hostelería, marcado por la estacionalidad y en plena crisis sanitaria, ha sufrido la pérdida de la principal fuente de ingresos para tantas familias que, además, por hacerlo sin cobertura legal, no han tenido acceso a las ayudas y a los ERTE». De hecho, el 40% de las ayudas de Cáritas son para empleados en ERTE o en la economía sumergida.

El apoyo económico de la institución de la Iglesia a la sociedad crece en más de un millón por la pandemia

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En cuanto a la salud, los representantes de Cáritas recordaron que afecta al desarrollo vital porque puede conllevar la pérdida de empleo, la imposibilidad de asumir tratamientos o la dificultad de poder seguirlos si no se tiene un hogar. En este sentido consideran que la pandemia ha visibilizado de una forma más dramática, si cabe, que el derecho a la vivienda y además a una vivienda digna «se vulnera de forma permanente».

La cobertura administrativa se está configurando como otro factor determinante. «Son muchas, cada vez más, las personas que bien por estar en situación irregular, incluso tras muchos años viviendo en España, y contribuyendo de distintas maneras al Estado y a la sociedad en general, siguen sin poder lograr la integración administrativa, clave para acceder al resto de áreas de integración».

La entidad señala que la crisis afecta de forma desproporcionada a las mujeres, solicitantes del 63% de los recursos

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En este sentido, los perfiles con mayores dificultades son las familias con hijos y especialmente las familias numerosas; las monoparentales; los inmigrantes, y especialmente los que no tienen documentación; los jóvenes, y las mujeres. La ong entiende que la pobreza no es neutral en términos de género. Desde Cáritas se señala que afecta a las mujeres de manera desproporcionada, no solo en números sino por la suma de derechos que se ven vulnerados. Del total de solicitantes de ayuda a Cáritas un 61% eran mujeres.

«Queremos agradecer a todas las personas que han hecho posible la acción de Cáritas. A los 1.744 voluntarios y voluntarias que día a día han estado haciendo un esfuerzo para servir a las personas que hemos acogido. A las 668 personas que han colaborado para que podamos trabajar por nuestra misión. A las 66 personas contratadas que han acompañado al voluntariado en su compromiso. A las comunidades parroquiales, movimientos de la Iglesia y sacerdotes que han estado detrás de la acción de las 152 Cáritas de nuestra Diócesis, presentes en todos los barrios y en todos los pueblos. Gracias», destacó el director de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante, Víctor Mellado.

El obispo diocesano, Jesús Murgui, puso asimismo el acento en la situación tanto económica como social que queda tras la crisis sanitaria. «Gracias a tanta generosidad de tantos donantes que han aumentado las ayudas ante tanta necesidad. Pero una vez pasada la crisis sanitaria no podemos bajar la guardia, ni relajarnos ni olvidarnos de este drama ante una problemática económica, laboral y social muy enquistada en la provincia», apuntó el prelado.

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