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Climatología prevé un verano muy caluroso sin máximas extremas pero con muchas noches tropicales

Jorge Olcina, director del Laboratorio de la UA, vincula la pérdida de «confort climático» al aumento de la temperatura del mar - Meteorología calcula una subida media de 0,5 grados

El tiempo no fallará este verano para que se llenen las playas. Levante, Benidorm. | DAVID REVENGA

Un verano marcado por el bochorno y las noches tropicales. El Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante prevé, en base a los datos obtenidos de las previsiones de los modelos europeo y norteamericano, que la provincia tendrá un verano caluroso y muy seco, no con temperaturas máximas extremas, pero sí marcado por el calor prolongado y cargado de humedad. Bochorno que estará presente durante casi todo el día y, sobre todo, por la noche, cuando la temperatura no bajará en muchas jornadas de los 25 grados con un 70% de humedad, lo que, según explica Jorge Olcina, director del Laboratorio del Climatología, «afectará sobre todo al confort climático y a las personas mayores, más allá de las dificultades para conciliar el sueño». Olcina relaciona esta coyuntura, directamente, con el calentamiento y el cambio climático, «que en la provincia está relacionado con el aumento de la temperatura del mar. Para mí es nuestro problema principal en relación con el cambio climático». Según la Agencia Estatal de Meteorología, la temperatura media subirá medio grado en julio y agosto.

Una de las características de la primavera han sido las pocas horas de sol. En total 685, 80 menos que en 2020.

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Las noches calurosas están siendo cada vez más frecuentes como consecuencia del calentamiento global. Una investigación científica ha cuantificado el aumento de la mortalidad que puede suponer este fenómeno en los distintos países europeos. En España, ese aumento es del 16%. Y todo tras una primavera (meses de marzo, abril y mayo), que ha sido la más fría y húmeda en la provincia de Alicante desde 2013. La temperatura media fue de 13,5º, que es 0,1 º más baja que la del promedio normal (13,6 º), y la precipitación acumulada, 176,3 l/m2, es un 30 % superior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (134.6 l/m²), según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología.

El aumento de las jornadas bochornosas en Alicante está directamente relacionado con el incremento de la temperatura del mar.

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Los modelos climáticos señalan que el verano va a volver a ser un verano caluroso con temperaturas medias por encima de lo normal entre julio y septiembre. Tanto la AEMET como la NOAA estadounidense coinciden en lo mismo. El verano que arranca este lunes volverá a ser caluroso salvo en el norte peninsular, donde las proyecciones señalan temperaturas acordes con las habituales. En la última década han resultado muy calurosos los veranos de 2011, 2015, 2018 y 2020. Estos dos últimos años también resultaron muy cálidos para las aguas marinas que rodean las costas españolas; y muy especialmente en el Mediterráneo Occidental, que mantiene una tendencia de incremento térmico muy acusada desde 2010. «Sigue imparable el proceso de calentamiento, que se está notando especialmente en el litoral mediterráneo español, la pérdida de confort térmico y la prolongación de de la temporada calurosa del año, que ya no se limita sólo a julio y agosto. Continúa el incremento de las noches tropicales, y como culminación y causa, a la vez, de todo esto, las emisiones de CO2 a la atmósfera siguen desbocadas, sin control, a pesar de la pandemia», señaló Jorge Olcina.

Primavera fría

En Alicante la primavera que se despide mañana fue la más fría desde 2013 y la cuarta más gélida del siglo. Los meses de marzo y abril fueron fríos, con una temperatura media 0.5 º inferior al promedio normal, mientras que mayo fue cálido, con una media 0.8 superior. Fuera del trimestre primaveral, junio está siendo muy cálido. La primera quincena del mes ha tenido una temperatura media 1.1 º más alta de lo normal. La primavera ha sido nubosa y con poca insolación en el conjunto de la provincia, con un promedio de 685 horas de sol durante el trimestre, que son 80 horas menos que el promedio normal. Por segundo año consecutivo la primavera ha tenido déficit de horas de sol. 

Ha habido una gran diferencia en el reparto de las precipitaciones entre el norte y el sur. En el sur de Alicante, en observatorios como Elche o el aeropuerto ha sido la primavera más húmeda de la serie mientras que en el norte de Castellón la primavera ha sido seca. La temperatura media de los meses marzo-junio fue en el conjunto del país 12,5º, lo que supone 0,4º más de lo normal. En cuanto a precipitaciones, fue la segunda más seca de este siglo, «por detrás pero muy cerca» de la de 2005 y la cuarta más seca desde que hay registros, con un valor medio de 114 litros por metro cuadrado, lo que significa que ha llovido dos terceras partes de lo normal (un 33% menos), según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunidad.

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