Hoy es el día de San Juan. En nada se asemeja al del año 2019. Eso sí, está revestido de unos tintes más optimistas que los del pasado, y aciago, 2020. Sin embargo, por segundo año consecutivo no habrá cremà: el acto supremo que simboliza el esfuerzo de todo un año de foguerers y barraquers, y el comienzo de otros 365 días con idéntico fin.

Estamos a 24 de junio. Y ya hay que pensar en las Hogueras 2022: las que, sin duda alguna, van a ser las mejores de 94 años de Historia. ¿Por qué digo esto? Porque en estos últimos meses el mundo de la Fiesta ha dado pruebas palpables para que ese objetivo se convierta en una feliz realidad. El espíritu de las Hogueras, a pesar de las adversidades, sigue vivo.

Las comisiones de hogueras y barracas se han tenido que reinventar para, aun sin los habituales ingresos con los que afrontar los cuantiosos gastos organizativos, programar algunos actos preñados de sensaciones propias del mes de junio. La Federació de Fogueres, presidida por Toñi Martín-Zarco, se ha visto obligada a insuflar ánimos, aunque este organismo tampoco ha podido vivir unas Hogueras como sus integrantes las deseaban en septiembre de 2019, cuando fueron elegidos.

Lo dije durante la Recepción que el Ayuntamiento ofreció a las candidatas -adultas e infantiles- en ese mar de mantillas en el que convirtieron el Patio de Armas de la fortaleza del castillo de Santa Bárbara y lo reitero. Mi agradecimiento a todas ellas. También a quienes, por distintas circunstancias derivadas de estos dos años, declinaron seguir siendo candidatas a Bellea del Foc. Lo hago extensivo a sus padres y madres que, sorteando distintas adversidades, han seguido adelante para que el sueño de sus hijas, representando a sus distritos, se convierta en realidad.

Las Hogueras conforman un cúmulo de sentimientos, que se han visto acrecentados en las últimas semanas. Cito dos ejemplos recientes: cuando en el Concierto del Foguerer Infantil, celebrado en el ADDA, sonó el Himno de las Hogueras, después de mucho tiempo sin escucharlo de manera oficial, un estampido de ilusión y recuerdos recorrió nuestras venas; en el momento en el que las Belleas del Foc 2019 -Isabel Bartual Fernández y Noelia Vinal Rondón- y sus Damas de Honor desfilaron emocionadas por la pasarela de la plaza de toros, el corazón -metafóricamente envuelto en una llama- se nos encogió. Así somos los alicantinos y de este modo queremos seguir siendo.

No hay hogueras en la calle en este diferente día de San Juan. Nos tenemos que conformar, y bien está como consuelo, con los iglús verdes de reciclaje de vidrio que se han situado en doce puntos estratégicos de Alicante. Es una muestra, una pequeña muestra, de lo que son capaces de crear los alicantinos inscritos en el Gremio de Artistas de Hogueras, que preside Joaquín Rubio.

Éstos, teniendo en cuenta que el monumento es el epicentro de la Fiesta, son los grandes damnificados por la pandemia. Sin sus creaciones, sin su ingenio, sin su elegante crítica, la hoguera no tendría identidad propia. Todavía se recuerda su educada e incisiva reivindicación del pasado año en la Plaza del Ayuntamiento. Aunque por el momento sólo sea simbólico, expresémosles nuestro apoyo en estas fechas. Sin hogueras, no habría Hogueras.

Huérfano se ha quedado el balcón principal de la Casa Consistorial de la voz de un pregonero que anunciara la inminencia de la celebración de las Hogueras 2021. No han sonado los pasodobles en la avenida de Alfonso El Sabio, la Rambla ni la calle Altamira. No hemos podido reír con las recreaciones que las comisiones hacen en el humorístico Desfile del Ninot. Nos hemos quedado sin la alegría incontenida de la Entrega de Premios. Los mediodías de estos días centrales de junio lo son menos sin las mascletàs en la Plaza de los Luceros. Nos ha sido imposible contemplar lo que de variopinto tiene el Desfile Folklórico Internacional.

Sin embargo, y por lo que de simbolismo tiene en éste su 80 Aniversario, sí se ha programado una testimonial Ofrenda a la Virgen del Remedio, coincidiendo con la Misa de San Juan. En ella, y como les corresponde por afrontar este complejo ejercicio, tienen especial protagonismo las belleas adultas e infantiles. Y, como viene sucediendo desde aquel lejano 1941 cuando se institucionalizó este acto con el que honrar a la Patrona de Alicante, la cierran las nuevas Belleas del Foc -adulta e infantil- que hace apenas una semana se sumaron a esa larga lista de mujeres por las que la Fiesta expresa aprecio y admiración.

Hoy Alicante amanece nostálgica. Son dos años. No. No nos habituamos a ver nuestra ciudad como si de un día más se tratara. A este 24 de junio le falta algo: la alegría inherente a sus gentes, la hospitalidad que invita a visitarla a lo largo de todo el año, las sonrisas, el jolgorio en las calles y plazas, la confraternidad en los racós, la música y la convivencia propia de las barracas en el año en el que se cumple el 90 Aniversario desde que se plantó la primera, «Els trenta ú», la coca amb tonyna o ese ví de La Condomina tantas veces cantado en prosa o verso.

No importa o, mejor dicho, no parece importarnos. Pero sí. Hagamos tabla rasa, con responsabilidad, desde este mismo momento. Que, imaginariamente, arda la covid-19 en esta noche de San Juan. Con ella, todo lo que de malo y pesaroso nos ha traído, como las vidas segadas de muchas personas ligadas a la Fiesta. Que esas cenizas de la malhadada pandemia supongan el renacer de unas Hogueras que en 2022 volverán a ser el polo de atracción de una ciudad que sin su Fiesta Oficial está vacía desde hace dos años. ¡Qué largo se nos hace! Pero saldremos de ésta.