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No es una mascletà, pero se le parece

El pionero espectáculo digital reproduce un disparo tradicional, con los cambios de ritmos habituales e incluso un olor a pólvora, que es artificial

La sala de exposiciones “Tabarca”, situada en la Lonja del Pescado, alberga hasta el 24 de junio una mascletà virtual donde se podrá acceder cada 15 minutos

La sala de exposiciones “Tabarca”, situada en la Lonja del Pescado, alberga hasta el 24 de junio una mascletà virtual donde se podrá acceder cada 15 minutos

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La sala de exposiciones “Tabarca”, situada en la Lonja del Pescado, alberga hasta el 24 de junio una mascletà virtual donde se podrá acceder cada 15 minutos C. Pascual

Avisos para empezar y aplausos para finalizar. Olor a pólvora y móviles en modo grabación. Ruido y ritmos. En todo eso, la novedosa mascletà virtual que se dispara en la Lonja durante esta atípica semana de San Juan (los pases finalizan este jueves) tiene similitudes con los espectáculos pirotécnicos que un año normal, sin pandemia de covid, se estarían lanzando desde Luceros. No es lo mismo, ni tampoco se pretende, pero la mascletà virtual diseñada por cuatro jóvenes alicantinos consigue evocar sensaciones que son recuerdos de hace ya dos largos años entre los festeros, sobre todo para los amantes de la pólvora. De hecho, son muchos -según relatan los promotores del proyecto- los que se han emocionado tras el espectáculo. Con lágrimas, incluidas.

El «disparo», con luz y sonido, sigue escrupulosamente el diseño de una mascletà convencional, incluida su duración (unos cinco minutos). Tras los avisos iniciales, se arranca con el habitual fuego aéreo de los primeros tramos del disparo, que da paso al cuerpo central, donde entra poco a poco el fuego terrestre, combinando «alturas», que va cogiendo presencia hasta el terremoto final. «El 80% de la parte aérea reproduce una mascletà que nos facilitaron desde la Federació de Fogueres. El terremoto final, sin embargo, ha sido un diseño manual, ya que el ordenador ha sido incapaz de reproducir el terremoto por su intensidad», explica Víctor Lario, uno de los miembros del equipo de diseñadores, que completan Javier Sala, Alejandro Loen e Iván Pastor.

La idea empezó a surgir el pasado año, durante el confinamiento, según relatan: «Hablamos de que no iba a haber nada en Hogueras, y pensamos en hacer algo, que se viera en los móviles, digitalizar algún acto... Al final, en 2020, eso quedó en un sueño. Este año, como se veía más luz, empezamos a darle una forma más seria. Queríamos implementar tecnología para la Fiesta. El proyecto, de hecho, es del año 20 al 30. Hicimos cinco o seis propuestas al Ayuntamiento, incluyendo una plantà virtual, y al final se decidieron por la mascletà virtual».

Los promotores del proyecto decidieron «deconstruir» la mascletà en tres fases: luz, sonido y olor a pólvora. «Se diseñó un pasillo de luz para que la gente lo recorra durante la mascletà, porque no se siente igual en todos los sitios», apuntan. El olor a pólvora fue, tal vez, el principal reto al que se enfrentaron. «Nos costó mucho conseguirlo, es un olor artificial complejo de lograr. Está claro que no es el mismo, pero conseguimos que huela a pólvora a través de un difusor de aromas», añade Víctor, uno de los diseñadores de una iniciativa ha sido todo un éxito. Una media de medio millar de personas han acudido estos días, según explican fuentes municipales.

El proyecto abrió al público el pasado domingo, jornada en la que recibió la visita de las nuevas Belleas del Foc y de sus cortes de fuego. Y se puede disfrutar hasta este jueves, día de San Juan. Según el Ayuntamiento, el horario es de 10 a 21 horas y los pases son cada quince minutos. Cada hora, en uno de ellos se reduce la potencia del espectáculo para que pueda ser visitado por los niños. «La intensidad de la composición se puede subir o bajar. Hay un pase cada hora que se baja un 40% para que lo disfruten también los niños o todo aquel que no quiera exponerse a un fuerte ruido», añade Víctor. El sonómetro digital, en una de las sesiones normales, alcanza hasta los 80 decibelios. Cifras alejadas de lo que se registra en Hogueras, pero que permiten rememorar la fiesta de la pólvora de Luceros.

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