Volveremos a sentir, su calor, a disfrutar del olor y sonido de la pólvora, a gozar la belleza de las más de 100 Hogueras que visten las calles de la capital alicantina, en definitiva, volveremos a vivir la esencia de esta festividad que da a conocer Alicante a todo el mundo.

La crisis sanitaria ha hecho que los calendarios festivos pierdan su color y queden dormidos durante dos años. En este parón también están incluidas las Hogueras de Alicante que este junio cumplirán dos años de letargo. Y es que aunque 2021 parecía que daría tregua y las Hogueras volverían a vestir de fiesta la ciudad de Alicante, la comunidad festera ha decidido seguir a la espera para que su retorno sea tal cual se conocen estas fiestas.

 En estos dos años los alicantinos viven de recuerdos para hacer que la ilusión por sus fiestas grandes no muera y se convierta en muchas ganas de disfrutarlas a su regreso.

La reciente elección de las Belleas del Foc 2022, Marina Niceto y la niña Valeria Gómez Villaescusa y sus cortes de honor, abre una puerta a ese esperado retorno; y ha puesto cara a las que serán las protagonistas de las Hogueras más esperadas esas que sin duda harán historia. Con este acto se marca una cuenta atrás en la que todas las entidades que conforman la estructura organizativa continuarán trabajando para materializar ese regreso tan esperado.

Ambas viven estos días, al igual que el resto de amantes de las Hogueras, con añoranza pero esperan que su próxima proclamación a finales de julio sea el verdadero pistoletazo de salida de un año mágico en el que los monumentos vuelvan a salir a la calle y toda la ciudadanía pueda volver a disfrutar junto a ellas de las fiestas en todo su esplendor.

Anhelo de pólvora

Otro de los actos que los alicantinos esperan con mayor fuerza son las queridas mascletàs. Y es que cuando la pólvora hace vibrar la Plaza de los Luceros los corazones de los alicantinos dan rienda suelta a su fervor ya que la pólvora produce en todos los que aman este acto una mezcla de sensaciones que ahora se echan de menos.

Todos recuerdan estos días alguna de esas mascletàs que no ha dejado al público indiferente y que ha hecho que las calles de Alicante retumbaran sin descanso durante escasos minutos, vibraciones que se quedan grabadas y que sirven en estos tiempos de añoranza para recordar y nutrirse de anhelos en este tiempo de espera. Ya son dos años sin ruido, estremecimiento y pólvora, dos años en los que Luceros permanece en silencio y se aguarda para volver a resonar.

En las mascletàs la pólvora hace vibrar la Plaza de los Luceros. Pilar Cortés

Hermandad de racó

Otra de las peculiaridades de estas fiestas que sus amantes echan de menos es su hermandad, esa que se crea en racós y barracas. Y es que cuando la música suena y las mesas se llenan de gente para compartir juntos, estos lugares festeros cobran vida y son la mejor definición de fiesta y sobre todo un gran sinónimo de hermandad.

Las noches de plantá, de disfrute y fiesta en los que se comparte con familiares y amigos, son otra de las cosas que también se añoran y que estos dos años han hecho que cobren vital importancia. Y es que estos días se echarán de menos las multitudes, esas que son verdadero sinónimo de ambiente y festejo.

Monumentos que duermen

Pero sin duda las verdaderas protagonistas son ellas, las que llevan dos años guardadas en almacenes y que esperan deslumbrar miradas y cámaras fotográficas. Las Hogueras, esos monumentos que no solo dan color y visten de fiesta Alicante sino que han creado a lo largo de los años un círculo de artistas con nombre propio que también esperan con fuerza el momento de su regreso.

Hay que reconocer que antes se lloraba el día que las llamas reducían a cenizas estas grandes composiciones de color y ahora se siente una enorme tristeza al recordar que la cremà no calienta la noche alicantina desde hace dos años. Este acto que pone punto y final a las Hogueras es, sin duda, otra de las paradas que todos sus amantes también echan de menos pero que volverán con más fuerza.

Las Hogueras 2021 toca volver a vivirlas de recuerdos y con sentido común, sin celebraciones ni masificaciones para que las del 2022 sean una realidad y estos dos años de parón queden grabadas en la historia como un aprendizaje en el que además de reconocer y valorar muchas cosas se aprendió a echar de menos las fiestas.

Esas que dan vida a pueblos y ciudades, esas que los dan a conocer por todo el mundo, esas que los hacen estallar de alegría y que todos esperan con fuerza su retorno, esa vuelta que no dejará a nadie indiferente y que sin duda, se vivirá con más energía que nunca porque hay sed de Hogueras y su vuelta es el deseo de toda una ciudad.

Toca seguir soñando y pensando que 2022 está más cerca y que si todo va por buen camino Alicante volverá a vibrar y a disfrutar de sus días más grandes.