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Restaurantes y bares no encuentran camareros para trabajar tras la pandemia en Alicante

Establecimientos de Alicante buscan empleados a la desesperada y publican más de cien ofertas semanales - Profesionales del sector relacionan la escasez con la «cómoda» estancia en los ERTE y la necesidad de un nuevo convenio de hostelería

El restaurante Qué rico, como otros de Playa de San Juan, se encuentra con dificultades para contratar camareros profesionales. | JOSE NAVARRO

La pandemia se ha llevado a los camareros. Los restaurantes, bares y pubs de Alicante buscan como el bien más preciado a estos trabajadores, a quienes recurren de nuevo tras la disminución de restricciones, la llegada del verano y el aumento de clientes. Pero no los encuentran. Los profesionales del sector relacionan esta problemática, entre otros, con una «cómoda» estancia en los ERTE y con la importante necesidad de renovar las condiciones de los camareros. Varios negocios mantienen parte de sus locales cerrados al público por la imposibilidad de atender a los comensales.

La herramienta de empleos de Google recoge, tan solo en la última semana, más de un centenar de ofertas de negocios que buscan camareros en Alicante. Si la búsqueda se extiende a las publicaciones hechas en el último mes, la demanda de trabajadores se dispara. «Se busca camarero urgente», anuncia una de estas empresas en un portal de trabajo. Carteles, mensajes en grupos de WhatsApp, llamadas a contactos... No hay cómo dar con ellos.

El tema es complicado de tratar. Así lo advierte César Anca, presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante (ARA). «El sector en sí está teniendo graves problemas para encontrar camareros. Es una realidad que todos estamos viviendo», señala Anca. «Considero que el problema es que los ERTE han hecho bastante daño», añade el también empresario, quien explica que estos han significado un detonante para una problemática que «viene de lejos».

Carencias del sector

El presidente enumera tres factores importantes que han llevado a esta situación: la reciente «comodidad» en los ERTE, la falta de profesionalidad del sector y la necesidad de hacer un convenio que regule mejor las condiciones.

Por una parte, Anca explica que hay personas dentro de un expediente de regulación temporal del que «no quieren salir» porque, cobrando la cuantía que les corresponde y haciendo algunas «horas extra», están recibiendo el mismo monto mensual que si trabajaran con su jornada habitual.

«Esto quizás ha sacado a relucir las carencias que tenemos en el sector», reconoce el portavoz de ARA, quien critica la falta de preparación de muchos trabajadores, que difícilmente están especializados «en coctelería, como baristas, en técnicas de venta o corte de jamón, entre otros».

Entonces no es que los camareros se hayan ido todos a vivir fuera o hayan cambiado de profesión. Parece que la bola de los ERTE, las condiciones de trabajo y el salario, que, destaca Anca, debería guardar relación con la formación, han causado un embrollo que ha llevado a este «colapso». «Quizá sea el momento de sentarse patronales y sindicatos a hacer un convenio de hostelería como Dios manda para sacar verdaderos profesionales, para que los sueldos y la preparación sean la que tengan que ser. Es un momento delicado, pero en algún momento tenemos que hacerle frente», señala el presidente.

Camareros en el ocio

La falta de demanda de este tipo de empleo se extiende también al ocio. Los pubs del centro de Alicante y de otros puntos, como la playa de San Juan, se están cruzando de lleno con esta realidad. La primera quincena de julio ha arrancado y establecimientos conocidos de la avenida Costa Blanca, por ejemplo, van en búsqueda urgente de personal.

Lalo Díez, presidente de la Coordinadora Empresarial de Ocio y Hostelería (​CEOH) de la Comunidad Valenciana, explica que, en el caso del ocio nocturno, los empleados que están en ERTE «no quieren salir para hacer cuatro horas los viernes y cuatro los sábado». Díez apunta que, al existir limitaciones de horario, «el turno de noche no existe», lo que dificulta la posibilidad de disponer de una jornada completa para una persona de la plantilla, señala el dirigente de la agrupación, integrada por cerca de 30 asociaciones del sector.

En primera línea

«La gente responde al anuncio que tenemos, pero cuando ven que es la playa y el trabajo que hay, muchos se echan para atrás», cuenta Pablo Buigues, dueño de Qué rico, uno de los restaurantes que ocupan la primera línea de la playa de San Juan. Buigues se refiere a camareros con conocimientos previos. «Encontrar profesionales ahora mismo es muy difícil. Gente con una base mínima, también es complicado. Lo que se presenta a la oferta ahora mismo es mucha gente que quiere trabajar por la situación que ha habido, que está dispuesto a coger cualquier oficio, y lo de camarero es lo más simple» explica el responsable, que justo ayer promocionaba la búsqueda de personal en las redes sociales del establecimiento.

Enseñar a los que aterrizan en la profesión es la opción que tanto Buigues como otros negocios optan por escoger en última instancia, pero, con julio ya encima, no resulta fácil. «Estamos en unas fechas en las que necesitamos a gente con un mínimo de conocimiento», asegura el empresario.

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