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Dos activistas alicantinos sobre la Ley Trans: «Se trata de poder ser nosotros»

Dos personas transexuales de Alicante explican la importancia de pasos normativos como el de la Ley Trans a través de sus experiencias personales - «No me dejaron votar porque decían que no me parecía a la foto de mi DNI»

La actriz y activista Toni Díaz se casa en el Ayuntamiento de Alicante tras la conversación con INFORMACIÓN, en una imagen tomada este último sábado tras la ceremonia. | ALEX DOMÍNGUEZ

«Quién más, si no nosotras, sabe quiénes somos». El mediodía suena en la plaza del Ayuntamiento de Alicante cuando Toni Díaz llega pisando fuerte. Hoy es su día, se casa. Algunos invitados, pocos por las limitaciones, le van rodeando conforme llegan. En una terraza a escasos metros se toma un café Eloi Sarrió, que no está en la lista de invitados, pero al enterarse del acontecimiento se levanta y corre a darle un beso a la novia. Se conocen porque llevan tiempo luchando, como les pasa a la mayoría de los que lo hacen en Alicante. Pelean por los derechos del colectivo LGTBI y, como miembros del mismo, hoy celebran el paso adelante que supone la conocida como Ley Trans, el anteproyecto aprobado en el Consejo de Ministros con todavía recorrido por delante hasta ver sus líneas publicadas en el BOE.

Ambos son transexuales, viven en un género distinto al que les ha sido asignado al nacer en base a su sexo. Cuentan que la libre autodeterminación de género, es decir, poder cambiar nombre y sexo en el DNI sin informes médicos ni tratamientos hormonales, es el mayor avance de la Ley Trans. «Que alguien tenga que tutelarnos y decir ‘pues sí, eres este’... Certificar eso es absurdo. No necesitamos un psicólogo que nos diga quiénes somos porque ya lo sabemos», apunta Díaz, actriz ilicitana.

El camino para permitir a cada uno ser quien es se labra desde edades tempranas, algo que en la época adolescente de esta recién casada no estaba ni tan siquiera aterrizado. «Si a mí de pequeña me hubieran dejado ser quien era, yo hubiera tenido otra relación con mi cuerpo. Hubiera asimilado antes la persona que soy», explica Díaz, quien inició su proceso de transición con 32 años.

Esta ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, la mencionada como Ley Trans, alegra y mucho a la joven a pesar de dejarle «un sabor agridulce». Por ejemplo, uno de los puntos marca que los mayores de 12 años podrán acceder al cambio de sexo legal. «Si se acompaña a los niños en este proceso, no van a tener que deconstruir estereotipos hasta decir ‘soy esta persona’, no tendrán barreras para reconocerse», celebra. «Yo hubiera asimilado antes cosas que ahora mismo, atando cabos, digo ‘es que esto me pasaba por esto’, ‘es que es esto me pasaba por esto otro’», añade la activista.

Toni Díaz, actriz, activista y opositora a la Policía Nacional. | ALEX DOMÍNGUEZ

Entre 12 y 14 años, la autorización judicial sería necesaria para el cambio de sexo y nombre; entre 14 y 16, tan solo la autorización paterna; y a partir de los 16, el mismo menor podría solicitarlo. «Ya pueden decidir voluntariamente, igual que una niña de 16 años puede abortar sin la tutela paterna», explica Díaz, actualmente opositando para acceder a la Policía Nacional.

En la Comunidad Valenciana se exime a las personas trans de evaluaciones médicas o psicológicas, desde 2017, a la hora de que su género sea reconocido por la Administración pública. Pero, pese a poder contar con un documento autonómico con el género real, en el DNI, puesto que no es una competencia del Consell, puede aparecer el género fijado al nacer. «Este proyecto viene ahora a abarcar todo el estado español y a sumar a comunidades que no tienen leyes que incluyen la autodeterminación», cuenta la actriz.

En este momento, sin la ley aprobada, una de las partes más complicadas del proceso de transición tiene que ver precisamente con el instante en el que una nueva apariencia contrasta con lo que refleja el documento de identidad. Lo cuenta Eloi Sarrió, abogado y defensor de los derechos del colectivo LGTBI en Compromís. «Muy pocos meses a partir de la hormonación o del principio de intervención médica, la persona ya no se parece nada a su apariencia en el DNI. Eso supone un montón de problemas, a todos los niveles. Imagina cuántas veces tienes que sacarlo e identificarte en este tiempo...», señala Sarrió. «A mí no me permitieron votar porque decían que no me parecía a la foto de mi DNI, y yo no la podía cambiar», añade este letrado animalista.

Eloi Sarrió es abogado animalista y criminólogo en Alicante. | ALEX DOMÍNGUEZ pablogonzález

Si el anteproyecto se quedara tal y como está, la persona interesada en cambiar de sexo y nombre tendría que indicarlo así en el registro civil y confirmarlo en un plazo de tres meses. «A mí me llevó este cambio casi un año, ahora llevaría cuatro meses», señala Sarrió, quien cuenta que una funcionaria le puso infinidad de trabas a su proceso. «Me pidió hasta las notas de EGB», bromea. Parte de su vida se quedó congelada durante ese tiempo, como le sucedió en el ámbito laboral, cuando en medio de un juicio debía identificarse con nombre de mujer teniendo ya la apariencia que luce ahora. «Me pasé un año sin poder trabajar. Despatologizar nuestra condición a la hora de hacer este cambio es fundamental. No tenemos que necesitar la aprobación de nadie», apunta.

Eloi echa de menos la inclusión en la Ley Trans de personas no binarias, de los menores por debajo de los 14 años o de los migrantes, del mismo modo que lo hace Toni, aunque ambos celebran con alegría el paso hacia adelante que supondría su aprobación, y destacan como positivos otros puntos de la norma como la prohibición de terapias de conversión o la inclusión de referentes LGTBI en materiales escolares. «¡Vivan los novios!», sonaba en la puerta del Ayuntamiento. «Solo se trata de poder ser nosotros», explica Díaz.

Ley Trans: ¿Qué sucede con los derechos de las personas trans en España?

Ley Trans: ¿Qué sucede con los derechos de las personas trans en España? ZML / Miriam Lázaro

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