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Obituario
Emiliu Feliu

La elipsis más triste

Emilio Feliu INFORMACION

Amaba la comunicación y la Universidad, sí. Pero además disfrutaba de otras grandes pasiones: la familia, la amistad, los valores y la vida. Se ha ido esta noche. Te has ido muy pronto. Me debes un café. 

Le conocí hace exactamente 24 años. Recibí una llamada suya desde la Universidad de Alicante diciéndome que había ganado una plaza y que tenía que empezar a dar clases en Publicidad.

Recuerdo mi viaje toda la noche en bus desde Pamplona y su recibimiento en los sótanos de la Facultad de Económicas, donde tenía su despacho improvisado.

Sus primeras palabras fueron:

-¿Tomamos un café? ¡Qué barbaridad!

Aquel fue el primero de muchísimos cafés...y muchísimos años de trabajo juntos, que se convirtieron en una gran amistad.

Filólogo de origen, en 1982 Emilio Feliu escribió una tesis sobre «Los lenguajes de la publicidad». Haciendo aquel trabajo (que le ayudó a mecanografiar su compañera de vida, Emi)- se enamoró (también) de esta forma de comunicación e intuyó, como hombre listísimo que era, que la Universidad de Alicante podría ser referente en este campo.

Así se lo comunicó a Andrés Pedreño, con quien trabajó durante años de Vicerrector...y le convenció.

Porque si algo tenía Emilio, además de agudeza, era una enorme capacidad de persuasión (como buen publicitario).

Feliu fue montando la licenciatura, una de sus grandes pasiones, con su sonrisa, sus bromas y su inolvidable muletilla “¡qué barbaridad!”.

Con un talante y una generosidad extraordinarias, como Coordinador de Área primero y, luego, como Director de Departamento, diseñó la carrera y luego fue incorporando a la mayoría los que hoy damos clases en el Grado.

Tuve el privilegio de vivir como pionera (con unos cuantos compañeros más) un proyecto profesional (y humano) inigualable.

Y es que, además de audacia, Feliu tenía calidad humana.

Emilio nos enseñó publicidad a generaciones de publicistas y académicos. Pero también, y sobre todo, nos enseñó con su ejemplo a disfrutar con el trabajo y con la vida en cada momento.

Feliu amaba la comunicación y la Universidad, sí. Pero además disfrutaba de otras grandes pasiones: la familia, la amistad, los valores y la vida.

Hoy día, que parece que triunfa más rápido el que menos tiene, es importante demostrar el valor de los principios. No es lo mismo ser un gran académico que un gran maestro.

Emilio Feliu se ha ido esta noche.

En el «haber» nos deja muchas, muchísimas cosas. Empezando por esos «lenguajes de la publicidad», que no conseguimos que reeditara, y que es parte del legado para todos esos alumnos ahora trabajan en publicidad gracias en parte a él. Muchos comunicadores y profesores no seríamos profesionalmente lo que somos hoy sin Feliu. Así que un enorme GRACIAS.

En el «debe» sólo hubiéramos querido más tiempo para que sus hijas, sus nietas, su Emi, sus compañeros y sus alumnos hubiéramos podido disfrutar un poco más con él.

Te has ido muy pronto, maestro. ¡Qué barbaridad! Me debes un café.

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