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Emergencias en la provincia: sobrepasados por el covid y bajo mínimos este verano

Dos personas atienden las llamadas de una población estival de 2,7 millones - Desde UGT exigen refuerzos y Sanidad insiste en centralizar

Emergencias está bajo mínimos. | INFORMACIÓN/ RAFA ARJONES

El servicio de emergencias de la provincia está sobrepasado por el covid y bajo mínimos. Apenas dos personas asisten las llamadas para 2,7 millones de personas este verano, para las que se dispone de 37 ambulancias en horario completo y otros 17 servicios Samu, no todos de 24 horas. «El aumento de población flotante en la época estival hace imprescindible el refuerzo de profesionales en el CICU de Alicante, dado el elevado número de llamadas recibidas», tal y como ha reclamado por escrito ante la Conselleria de Sanidad la secretaria general de UGT en el departamento del Hospital General de Alicante, Rosa Queijas.

Protesta contra el cierre del CICU.

Apenas reclaman un mínimo de un operador más «en turno de mañana y tardes, y que se sustituyan las vacantes de coordinadores CICU. Se han marchado dos y ya había una plaza sin cubrir», recuerdan desde el sindicato.

La sobrecarga de trabajo que sufren la considera Queijas «insostenible», que ya advirtió de la situación conforme la pandemia ha dio al alza y teniendo en cuenta que el servicio se multiplica en cuanto llega el verano. «Urgen coordinadores y locutores en el CICU de Alicante. Exigimos que se tomen las medidas oportunas para que se dote de profesionales suficientes y el servicio pueda funcionar correctamente, tanto por el bien de la ciudadanía como de los trabajadores, con una sobrecarga indefinible», abundan desde UGT.

Los propios operadores confiesan que hay días que llegan a casa llorando, a pesar de la dilatada trayectoria y experiencia en el servicio, a consecuencia de la enorme tensión que sufren para legar a todo porque de ellos depende la vida de los demás.

Su día a día ante el ordenador en el locutorio les exige «sentarse y no volverse a levantar hasta que concluye la jornada. El aumento de casos covid y la carga de trabajo en verano por la población flotante es increíble» confiesan.

Al refuerzo covid con el que contaban hasta finales de mayo no se le prorrogó el contrato a pesar de que se acercaba el verano y ha pasado de atender a 1,9 millones de personas a 800.000 más, además de que los contagios van a más y aunque no resulten de gravedad llaman a Emergencias. «En los peores momentos llegamos a tener dos o tres avisos por minuto y nos la jugamos mucho porque el volumen de llamadas es muy rápido y hay que seguir controlando la evolución de avisos previos por si hay que enviar un soporte», explican.

Presión

Insuficiencias respiratorias, accidentes, ahogamientos, rescates, comas etílicos y, por descontado, el covid. Nadie quiere quedarse sin atención y de ellos depende que llegue a tiempo.

Por eso, y porque conocen el territorio de la provincia como la palma de la mano tras tantos años de experiencia, no se explican que desde Sanidad se argumente que con la centralización del servicio en València se vayan a acortar los tiempos de respuesta desde Emergencias, como ha explicado la consellera Ana Barceló cuando se le pregunta sobre el propósito de reorganizar el servicio, amén de que descarta con rotundidad que vayan a desaparecer los servicios de Alicante y Castellón.

Desde el CICU replican que si lo centralizan en València es fácil que se den direcciones erróneas y el servicio empeore sustancialmente. «En la Generalitat saben los avisos que tenemos y que harían falta 4 ó 5 locutores, pero ni siquiera mandan el tercero a tiempo completo», lamentan.

La presión a la que están sometidos los operadores en Alicante les lleva a ni siquiera lamentar la hipotética pérdida del puesto laboral con la citada centralización. «Siempre vamos a tope pero con el coronavirus y el verano se convierte en una sobresaturación. Los que pasan por aquí temporalmente dicen que nos vamos a volver locos, y no es para menos», reconocen.

Cuando ante una situación crítica se encuentran sin ambulancias, avisan al centro de salud más cercano para que envíe un soporte en cuanto se quede libre. «Nos buscamos la vida como sea, lo primero es que nadie se quede sin ayuda si la necesita, pero con solo dos personas a veces es muy difícil hacer las cosas bien. Atendemos a gente que puede morir y hay veces que no te levantas al aseo, ni mucho menos a almorzar, que viene a ser entonces lo de menos. Hay que ser muy conscientes de que en este servicio cualquier fallo puede significar que alguien muera», concluyen.

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