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El tiempo en Alicante: riesgo de tormentas aisladas por la tarde

Meteorologìa activa el aviso amarillo pero el mayor riesgo está en la Marina Alta, Valencia y Castellón

El día invita a ir a la playa pero no será tan soleado como el de ayer domingo ALEX DOMÍNGUEZ

La primera semana de agosto en la provincia va a estar marcada por la inestabilidad climática en una primera mitad, y el calor que que irá en aumento a partir del jueves con un fin de semana tórrido, sobre todo en el interior. Hoy lunes la temperaturas no superarán los 30 grados de máxima y partir de primera hora de la tarde hay riesgo de tormentas, más probables en el interior y violentas debido la alta temperatura del mar, 27 grados en muchos puntos, puede actuar a acelerante, vamos como si echas gasolina a un incendio.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado el aviso amarillo por tormentas con probabilidad de granizo en el interior de la provincia de Valencia. El riesgo está decretado entre las 13 y las 21.59 horas, tanto en el norte como en el sur de la provincia, mientras el resto de la Comunidad Valenciana está en nivel verde.

Ante este pronóstico, el Centro de Coordinación de Emergencias 112 de la Generalitat ha emitido un boletín de información meteorológica en el que recuerda que el nivel amarillo no activa la preemergencia al no alcanzar umbrales de riesgo importante, aunque pueden generar problemas en actividades o localizaciones vulnerables que obliguen a adoptar medidas preventivas.

Para el segundo día de agosto se prevé que el cielo esté nuboso con precipitaciones desde mediodía que pueden ir acompañadas de tormenta, más probables en Valencia y Castellón que en Alicante, donde también puede llover en la Marina Alta. Eso sí, las temperaturas mínimas irán en ascenso en la mitad norte o sin cambios en el resto mientras las máximas se mantendrán en ligero descenso o en valores similares. El viento llegará del este y sureste flojo con intervalos de este moderado en el litoral de Alicante por la tarde.

Más de 32 millones de españoles, es decir, un 70% de la población, ya se están viendo afectados por las consecuencias del cambio climático, un fenómeno que está provocando un alargamiento de los veranos, acumulando años muy cálidos en la última década y provocando un aumento de la frecuencia de noches tropicales. El calentamiento del agua del mar Mediterráneo que se registra en las dos últimas décadas frente a las costas de la provincia de Alicante es, para Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, la manifestación más evidente del cambio climático y el problema más importante. En cuanto a la prolongación de los veranos, en Alicante la estación se estira hasta finales de octubre.

El mar es un medio que conserva mucho el calor, que lo acumula, por tanto que ya se haya manifestado este calentamiento en el mar Mediterráneo es un serio problema, porque supone que ese calor se transfiere a la atmósfera e impulsa la subida de temperaturas en las zonas próximas a la costa para las próximas décadas.

El calentamiento del agua del Mediterráneo tiene dos consecuencias climáticas directas. Es la responsable del aumento de las noches tropicales (el termómetro no baja de los 20 grados en verano) en las ciudades de la costa de Alicante. Estas "noches tropicales" se han triplicado desde 1980 a la actualidad. Es responsable del aumento que se ha registrado en el número de tormentas intensas, de corta duración, que ocasionan inundaciones en las ciudades de la costa (Alicante, Torrevieja, Benidorm, Denia, Xàbia...ya han notado los efectos de estas tormentas intensas con inundaciones)

El calentamiento del mar Mediterráneo está ocasionando cambios en especies vegetales y animales de nuestro mar. Han aparecido especies "invasoras" de algas y de peces, porque ahora encuentran condiciones de temperatura del agua favorables para su desarrollo.

En definitiva, "el calentamiento del mar Mediterráneo es el problema principal del proceso de calentamiento térmico que se registra desde 1980. Porque es un proceso de largo plazo, al acumular el calor que se manifestará lenta pero progresivamente en las temperaturas de la fachada litoral, apunta Olcina.

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