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La presión policial reduce drásticamente los «mojiteros» y la venta ambulante en las playas

Al despliegue de agentes locales con quads y a pie, drones y lanchas se suman los efectivos de paisano de la Policía Nacional que se mezclan con los bañistas para prevenir los hurtos

Tres agentes de la Policía Local vigilan este martes en la playa del Postiguet de Alicante para evitar robos y venta ilegal, y que se cumplan las medidas anticovid. | RAFA ARJONES

La presencia de manteros y vendedores de sangría y mojitos en las playas de Alicante este verano es residual ante la presión policial que les lleva a buscar otros rincones de la costa de la provincia. El refuerzo de agentes tanto municipales como de la Policía Nacional, en este caso de paisano para mezclarse con los bañistas sin llamar la atención, ha logrado acabar con las quejas de los hosteleros que tienen negocios en los paseos marítimos cercanos, que arreciaban cada vez que llegaba el buen tiempo por la competencia desleal; además de contribuir a una mayor seguridad del bañista contra los habituales hurtos, coinciden desde la Comisaría y el Ayuntamiento de Alicante.

La reducción de la presencia de «mojiteros», que años atrás vendían fruta y alimentos a la carta, preparaban las bebidas a escondidas e incluso «reciclaban» los vasos lavándolos en los lavapiés, de acuerdo a grabaciones realizadas por diversos testigos (contraviniendo todas las medidas higiénicas), se debe a una presión policial presente en la arena pero también desde el aire y el agua que tiene mucho que ver con la pandemia. La Policía Local de Alicante despliega un dispositivo de 74 agentes por las playas del Postiguet, la Albufereta, Urbanova y San Juan caminando de uniforme entre los usuarios de los arenales o en quads. Los agentes hacen uso del dron para vigilar las aglomeraciones desde el aire y de una lancha por mar «para garantizar las medidas anticovid y unas playas más seguras. Este operativo ese puede decir que casi ha eliminado la venta ambulante», explican desde la Concejalía de Seguridad. El dispositivo se completa con una treintena de voluntarios de Protección Civil en bicicleta que patrullan por los paseos entre las 10 y las 20 horas cada día de la semana.

Los agentes de playas también vigilan que se deje libre un pasillo en la orilla para que los bañistas puedan pasear y que nadie se instale en la arena por delante de los jalones de madera que delimitan la primera línea; así como para prevenir hurtos y robos, con varios detenidos en lo que va de verano; y colaborar en labores de auxilio y salvamento en el mar. Los hosteleros corroboran la efectividad de unas medidas que relacionan con una vigilancia más estrecha por la crisis sanitaria. «El problema de los robos y de la venta ambulante ha mejorado muchísimo con respecto a otros años debido a que hay mucha más presencia policial. Se les ha dado mucha caña a los ladrones y vendedores, y la mayoría han emigrado a otros sitios», señalaban este martes hosteleros de la playa urbana del Postiguet. Una situación similar se da en la playa de San Juan, donde este domingo, pese a la multitud, la venta ambulante era residual, con apenas un par de vendedores de vestidos y pareos recorriendo la arena, que huían a la carrera hacia la playa de Muchavista (término municipal de El Campello) cuando veían aproximarse los quads de la Policía Local.

«Mojiteros siempre existirán pero se ven muy pocos porque además les requisan todo el material y a los manteros también. Han puesto policías permanentes y solo vienen los gorrillas cuando saben que se van o cambian turno», explicaban desde los negocios del paseo marítimo del Postiguet en referencia a los cobradores ilegales que otros veranos copaban el aparcamiento en superficie de la playa donde ya se paga al ser zona azul. Tampoco se ven personas asiáticas que ofrecían masajes por la arena de las playas, al menos en lo que va de verano.

Volviendo a la Policía Nacional, ha reforzado sus patrullas en las playas del término municipal, tanto de uniforme, como motorizadas en los paseos, y de paisano a pie de playa para prevenir hurtos de carteras y bolsos. «Está habiendo pocas incidencias, son bastante efectivas estas patrullas entre los bañistas», señalaron desde la Comisaría Provincial.

Vigilancia de grupos que se reúnen en la arena cuando cierran los bares

La Policía Nacional también ha reforzado la vigilancia de las playas a la hora del cierre de los bares para evitar que los grupos que se reúnen en la arena vayan a beber, especialmente los sábados y domingos por la tarde y la noche. Con ello evitan también hurtos que se producen en esas aglomeraciones de personas que van a consumir, explican fuentes policiales. Por otro lado, los hosteleros que tienen sus negocios ubicados en las proximidades de las playas alicantinas sí se han percatado de la presencia de «recaderos», personas que ofrecen, sobre todo a turistas internacionales, latas de bebida o comida que les compran en un supermercado próximo y después entran en la arena para llevarles los pedidos.

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