Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La hostelería de la costa tiene todo reservado hasta el 20 de agosto

Los negocios no descansan y abren a diario para aprovechar el tirón - Los hosteleros llenan las terrazas por el empuje del turismo nacional

Las terrazas se llenan de día y de noche sobre todo en ciudades costeras. En la imagen, ambiente un día laborable de esta semana en las proximidades del Ayuntamiento de Alicante. | RAFA ARJONES

Colapsados. Así están los hosteleros de la costa alicantina en agosto, que no dan abasto para atender la demanda de clientes que reservan con más de una semana de antelación su espacio en las terrazas al aire libre. Hasta tal punto que la gran mayoría ha suspendido la jornada de cierre por descanso semanal y abren a diario para aprovechar el tirón tras 18 meses de restricciones y cierres. Por el mismo motivo el comercio abre sus tiendas hasta medianoche en el caso de Benidorm.

Clientes esperan mesa este jueves en Benidorm. | DAVID REVENGA

El empuje del turismo nacional, el hecho de que los exteriores estén más ventilados y den menos reparo a la hora de pensar en un contagio de covid y las restricciones en los interiores de los bares, están detrás del furor por garantizarse una mesa para comer o cenar en la terraza de un restaurante. Negocios de Alicante, Santa Pola y Benidorm tienen todo reservado hasta el 20 de agosto y las llamadas, mensajes y mails para pedir cita son constantes, hasta el punto de que la dirección de un establecimiento de la Playa de San Juan confiesa que tienen toda la confianza puesta en la vacuna porque la demanda de este año llega a «asustarnos». Esta tendencia ha disipado el temor que tenían los hosteleros de perder el negocio del verano con el toque de queda a la una de la madrugada hasta el 16 de agosto (a las 00 horas se deja de servir y a las 00.30 se clausura), por la traba que suponía para dar dos turnos de cena. Agosto está siendo mejor de lo esperado, según coinciden tanto las patronales del sector como empresarios a título particular, con un 50% más de reservas, y no solo los fines de semana, sino a diario, y un incremento en este mismo porcentaje del negocio con respecto al verano de 2020 (en julio han facturado un 25% más).

El pico se prevé entre los días 15 y 20 de agosto, aunque calculan que la recaudación se quedará en el 75% de la que hicieron en 2019, en el verano previo a la pandemia, al mantenerse las restricciones en los interiores que les impiden poner todas las mesas, y a que no hay servicio de barra. Además, no todos los negocios tienen veladores y a algunos se les dio permiso para poner terrazas «pero son pequeñas.

En Elche también se cena en terrazas al aire libre este verano. | ANTONIO AMORÓS

«Tenemos lleno en agosto. No podemos atender la demanda que hay en terraza. Podríamos haber metido muchas mesas más. Todos los días lo tenemos a reventar y no cerramos ninguno», explican desde un establecimiento de la Explanada de Alicante, en este caso con reservas para todo el mes, e incluso con algunas ya para Nochebuena y Nochevieja. En este negocio hay quejas porque el Ayuntamiento cierra el acceso al centro los fines de semana «sin avisar previamente y se forman grandes atascos». Esto, afirman, provoca que haya personas que lleguen tarde o se marchen, quedándose algunas mesas vacías, por lo que dejan de coger reservas a las 21 horas. Además de turismo nacional, este restaurante está recibiendo clientes de Francia, Bélgica, Holanda o Suiza, que llegan en coche.

Colas ante un establecimiento de la playa del Postiguet de Alicante. | RAFA ARJONES

«Es un verano totalmente desbordado. Es increíble la cantidad de gente que hay, no recuerdo cosa igual en los años que llevo trabajando en la playa. Quizá es porque la gente no ha salido a nivel internacional y se ha quedado en la costa pero tremendo», explicó la familia propietaria de un restaurante a pie de la playa de San Juan. Este establecimiento está lleno hasta el 20 de agosto, con un 50% más de reservas que el verano pasado. «Nunca habíamos tenido la ocupación para tanto tiempo. Estamos prácticamente desbordados porque son constantes las llamadas. La playa está a tope. Estamos contentos».

El sector cree que se lograrían cifras de 2019 si no fuera por el aforo limitado en interiores y el cierre de las barras

decoration

Benidorm lo tiene todo también al completo, con las terrazas llenas, y la lamentación de no poder usar los interiores más que al 70%. «Esto nos impide trabajar como Dios manda, y los que funcionan con barra no las pueden tener abiertas, lo que corta el ritmo de recuperación, porque podría ser como en 2019», señala Javier del Castillo, presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Benidorm (ABRECA). Por ahora, están a un 25% menos de lo facturado el verano anterior a la pandemia, y un 75% por encima de la caja de 2020, cuando se trabajó con un ritmo muy inferior. «Este año no tiene nada que ver». «Los fines de semana es cuando más se junta la gente y vienen pidiendo mesa, de viernes a domingo es más fuerte el trabajo pero hay días entre semana que también está lleno, otros con alguna mesa libre», añade Del Castillo. En Benidorm no hay tanta costumbre de reservar, señala, y se forman filas de personas que esperan en los alrededores. «Se llenan las mesas al ritmo que marcan los comensales porque con las reservas, si se demoran, se quedarían los comedores al 60%». En la capital del turismo los restaurantes van más allá de un único turno de cena y pueden llegar a dar tres servicios porque los turistas extranjeros que hay llegan antes. Los negocios renuncian a cerrar por descanso en toda la semana porque «el verano es corto y el invierno se hace largo. Cuando llegue septiembre se volverá a cerrar por descanso. Los comerciantes igual, abren hasta las doce de la noche, intentando sacar lo que no se ha podido en este año y medio que ha sido muy duro».

En Santa Pola el ambiente ha mejorado de forma notable en comparación a la pasada temporada estival. Los restaurantes más próximos a la playa registran un repunte de clientela en pleno agosto. «Se nota más alegría. Desde por la mañana empiezan las llamadas para reservar, los fines de semana lo tenemos todo lleno y entre semana hay buena afluencia» señala una camarera de Capricho Bar, cerca del paseo Santiago Bernabéu, que resalta que los comensales son la mayoría nacionales pero también franceses o ingleses que visitan desde hace años la villa marinera. Muchos ilicitanos optan por irse a playas como las de Santa Pola a veranear. Que en Elche no haya por segundo año fiestas patronales al uso tampoco ayuda a atraer grandes afluencias y la campaña de agosto se está salvando por el visitante nacional que viene de vacaciones así como el cliente de confianza, apunta Paqui Solves Simarro, presidenta de la plataforma Hostelería Ilicitana. A este respecto, señala que las dinámicas este año son las reservas de última hora.

El presidente de la asociación provincial de restaurantes ARA, César Anca, admite que había miedo a que en agosto el cliente no respondiera pero «el que tiene terraza llena en fin de semana y entre semana, hemos cerrado julio con un 25% más de facturación que el año pasado, y a este ritmo agosto será un 50% más. La incertidumbre vendrá a partir del 16 de agosto (en principio expira el toque de queda) y por el pasaporte sanitario que quieren poner para entrar a los establecimientos. A la hostelería esto nos da pavor».

Compartir el artículo

stats