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ENTREVISTA
Fernando T. Maestre Gil INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

«Con el cambio climático cada vez habrá menos agua. Hay que limitar la superficie de regadío»

El experto en Ecología, incluido en la lista de los mil científicos internacionales más influyentes y premio Jaume I 2020 en la categoría de Medio Ambiente, afirma que no podemos perder un minuto más en la lucha contra el cambio climático porque vamos hacia un punto de no retorno

El investigador avisa de que lo que hagamos hasta 2030 condicionará el clima del futuro. | INFORMACIÓN

El investigador distinguido del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio «Ramón Margalef» y del Departamento de Ecología obtuvo en 2020 el premio Jaume I por su contribución a la formación del paradigma de zonas áridas.

¿Es el Mediterráneo la zona cero del cambio climático?

El informe del comité de expertos independiente que asesora a la ONU sobre cambio climático deja bien claro que los fenómenos extremos cuya frecuencia se incrementa, como los grandes incendios de Grecia, Turquía o California, las olas de calor o las lluvias torrenciales, se deben a la mano del hombre. Tenemos evidencia clara de que el Mediterráneo es una de las zonas cero donde los efectos del cambio climático se sentirán con más fuerza. La temperatura va a subir más, habrá más sequías. Condiciones meteorológicas propias para grandes incendios forestales y gotas frías cada vez más intensas y frecuentes. Nos debe preocupar muy mucho que estemos en una de las zonas más afectadas del planeta. Esto es un aperitivo de lo que está por venir.

«No implica que las dunas nos vayan a engullir pero el clima de Alicante se está africanizando»

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¿Hacia dónde vamos?

Vamos ya hacia el punto de no retorno. Pero el informe pone de manifiesto que hay una ventana pequeña. De lo que hagamos hasta 2030 dependerá el clima en décadas, que tiene una inercia. Aunque paremos ya de emitir gases de efecto invernadero, la temperatura seguirá aumentando. Hay una oportunidad de actuar, reduciendo de manera drástica las emisiones. Se nos acaba el tiempo. No podemos buscar más excusas y no hacen falta más evidencias científicas. Además, con más olas de calor, más largas y con temperaturas más altas, aumentarán los problemas de salud y la mortalidad ligada al clima.

¿La provincia acabará convertida en un desierto?

El clima de Alicante aumenta la aridez de la zona. Las temperaturas suben cada vez más con menos disponibilidad hídrica, y los modelos dicen que tendremos menos precipitaciones y más concentradas en el tiempo, con más gotas frías y danas. El clima de Alicante se está africanizando. Eso no implica que nos convirtamos en desierto ni que las dunas nos engullan, pero los paisajes se parecerán cada vez más a los del norte de África, con condiciones más extremas. Árboles como la encina o los pinos carrascos verán restringida su distribución y aumentarán especies como el esparto.

¿Cómo ve el problema del agua con el cambio climático?

Es un problemón que sufrimos ya. El trasvase Tajo-Segura provoca fricciones políticas y roces entre regiones, aunque no se recorta por capricho, sino porque en la cabecera del Tajo hay menos agua disponible y esto se va a agravar. Solo hay que ver la serie histórica. Vamos a tener menos recursos hídricos en lugares como Alicante. Hay que plantearse ya limitar la superficie de regadío, que no para de crecer teniendo cada vez menos agua. Es un imposible. Necesitamos más agua y cada vez tenemos menos. La única solución es limitar la superficie de regadío y acoplar mejor nuestra agricultura a los recursos que tenemos. No se puede suministrar tanta agua para cubrir la demanda de los cultivos. Es un tema política y socialmente muy sensible pero es la realidad que tenemos, no se puede negar.

«Con más olas de calor, más largas y extremas, la mortalidad ligada al clima aumentará»

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¿Y la desalación?

Aparte de que plantea otros problemas como la emisión de gases de efecto invernadero al ser un proceso energéticamente costoso, están los problemas de la salmuera y el coste. Es mucho más cara y de peor calidad para el riego que la del trasvase porque hay que mezclarla con agua dulce o someterla a tratamiento para que sea apta para los cultivos. Supone una logística que los agricultores no pueden asumir para ser competitivos en el mercado. Salvo en un escenario catastrófico en que no haya otra fuente de agua que desalar el Mediterráneo, no se puede plantear como alternativa al trasvase o a los acuíferos, maltrechos porque se profundiza cada vez más para extraer el agua, lo que crea problemas de salinidad por intrusión de agua marina y contaminación por nitratos, lo que no la hace apta para uso agrícola.

¿Y la subida del nivel del mar?

La inmediatez depende del escenario de emisiones. En lugares como Alicante ya vemos que cada vez hay una tormenta fuerte las playas desaparecen. Aumentarán esos fenómenos y para la provincia es un grave problema porque dependemos del turismo y mucha gente vive en zonas potencialmente inundables. Lo intentó atajar la ley de Costas pero aún no está bien resuelto.

«La desalación no se puede plantear como alternativa salvo en un escenario catastrófico»

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¿Qué se puede hacer?

Implica cambiar muchos aspectos de nuestro modo de vivir, del sistema socioeconómico y productivo. Todo lo que pueda disminuir la huella de carbono tiene importancia, como usar menos el vehículo particular y más el transporte colectivo, no coger tantos aviones, no despilfarrar agua ni comida, minimizar la producción de residuos....Pero serán insuficientes sin leyes a nivel gubernamental y supragubernamental que limiten la emisión de gases de efecto invernadero en la generación de energía, producción de alimentos o bienes.

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