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El urbanismo vertical como el de Benidorm frente al disperso es clave para combatir el cambio climático

El climatólogo y geógrafo Jorge Olcina alerta a la Administración que debe blindar las ciudades y la primera línea de costa - Los PGOU deben adaptarse a las nuevas necesidades

Impacto de un temporal de levante sobre las viviendas de la playa de Babilonia (Guardamar). | TONY SEVILLA

¿Cómo blindar la provincia frente a la que se nos viene encima con el cambio climático?. El climatólogo y geógrafo alicantino Jorge Olcina tiene claro que la Administración tiene que reaccionar. Desde la protección de los ciudadanos ante el incremento de lluvias torrenciales que afecten a los cascos urbanos, hasta aprovechar el cambio climático como imagen de marca de una provincia que hace los deberes y se blinda ante los episodios atmosféricos, pasando por la necesidad de proteger la costa de los temporales o aumentar las zonas verdes de la ciudades para amortiguar el calor.

Esquema con consejos ante el cambio climático. INFORMACIÓN

El modelo de ciudad compacta, como Benidorm, es más eficiente ambientalmente que el modelo de ciudad dispersa, porque se emplea menos suelo y se consigue mejorar la eficiencia en la gestión del agua y de la energía, puesto que se producen menos pérdidas en la red de suministro. Además, los desplazamientos de los servicios básicos (recogida de basuras) son menores, así como la movilidad urbana en general (vehículos, autobuses), con lo cual las emisiones de CO2 son menores.

Por contra, el modelo de ciudad dispersa es más derrochador de suelo, agua y energía. Y supone la realización de un mayor número de desplazamientos por parte de la población, por tanto, mayores emisiones. Estas son algunas de las actuaciones que Jorge Olcina, climatólogo, catedrático de Análisis Geográfico Regional y presidente de la Asociación Española de Geógrafos considera clave para afrontar el cambio climático en la provincia de Alicante en los próximos 30 años.

Además, según Olcina, el modelo compacto es el que crea ciudad, frente al modelo disperso que genera células urbanas desconectadas entre sí. En el Mediterráneo, la cultura de ciudad siempre ha estado basada en el modelo compacto, frente al modelo disperso propio del mundo anglosajón. Eso sí, el modelo disperso genera mayores beneficios a corto plazo a los ayuntamientos (licencias de obra) por eso se desarrolló tanto en España en los años noventa y en el comienzo del siglo XXI, en la etapa de «boom» inmobiliario.

Por otro lado, Jorge Olcina recuerda que el art. 22 de la Ley del Suelo de 2015 obliga a hacer mapas de inundaciones, de los temporales de la costa (efecto de oleajes en la línea de costa) y de los incendios forestales para planificar la interfaz urbano-forestal).

«Las proyecciones climáticas nos hablan de un clima menos confortable térmicamente hablando -especialmente en verano-, menos lluvioso en su conjunto, aunque con matices comarcales y con desarrollo más frecuente de eventos extremos», recuerda Olcina. En la costa, el mayor problema es la mayor frecuencia de los temporales marítimos. Esto nos obliga, según Jorge Olcina, a revisar la Ley de Costas de 2013, con su ampliación de concesiones.

Otras actuaciones urgentes son la elaboración de planes de adaptación al Cambio Climático de ámbito municipal, la reformulación de los PGOU para incorporar medidas de mitigación y adaptación, promover ordenanzas municipales para el diseño de edificios públicos adaptados con medidas de ahorro de agua, eficiencia energética, aprovechamiento de la luz solar y sistemas de refrigeración natural. Olcina apuesta por dotar a las ciudades de mayor superficie urbana de zonas verdes para mejorar la pérdida de confort térmico, mayor amplitud de calles y avenidas, y peatonalización de centros urbanos. También impulsar la movilidad urbana sostenible y con emisiones cero (autobuses, taxis, tranvías) y puntos de carga eléctrica de vehículos.

En cuanto a la prevención de las inundaciones, Olcina subraya que deben hacerse ciudades más seguras con la instalación de sistemas de drenaje sostenible (tanques de tormenta y parques inundables como el que se hizo en la playa de San Juan) para adaptarse al nuevo tipo de precipitaciones, de mayor intensidad, que se están registrando y, por otro lado, elaborar protocolos sanitarios adaptados al mayor calor de verano y sus efectos sobre la salud.

Olcina recalca, por otro lado, que hay que afrontar de una vez por todas la garantía de suministro hídrico. «No se trata de renunciar a los trasvases, pero sí es cierto que la realidad es que vamos a un escenario con menos lluvias en general y debemos trabajar en varios sentidos. Cultivos más resistentes a las sequías, mejorar la depuración y no despreciar la desalación».

El Consell premiará a los municipios que reduzcan emisiones

El Consell premiará a aquellos ayuntamientos que introduzcan iniciativas públicas para combatir los efectos del calentamiento global. La calificación de Municipio de Baja Emisión de Carbono y Resiliente la otorgará la Conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica para aquellos que hayan conseguido más reducciones de emisiones, o hayan avanzado de forma significativa en la penetración de renovables como la solar o la eólica. Capítulo este básico para transitar hacia la neutralidad climática fijada para 2050.

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