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La cita para salud mental infantil alcanza los seis meses de retraso en Alicante

La provincia afronta las consecuencias de la pandemia con solo seis camas de ingreso y sin centros de día. Desde enero se han duplicado los casos de ansiedad y depresión, así como los trastornos de la personalidad

Los problemas mentales en niños y adolescentes se han duplicado con la pandemia. | ANTONIO AMORÓS

Siempre fue la cenicienta de la sanidad, pero la pandemia de coronavirus está llevando aún más contra las cuerdas al maltrecho sistema de salud mental en la provincia de Alicantes, especialmente al que atiende a niños y jóvenes. Y es que el aumento de problemas mentales derivados de la pandemia y la falta de recursos han multiplicado los tiempos de espera en las Unidades de Salud Mental Infantil de la provincia, sobre todo en el área de psicología, donde la falta de especialistas es más acuciante.

Según han detallado distintos profesionales consultados por este periódico, las primeras citas con psicólogos infantiles para problemas que no son urgentes ni preferentes se están demorando hasta seis meses. En paralelo las citas de seguimiento se están dando cada dos o tres meses, cuándo lo optimo es que el paciente sea visto una o dos veces al mes para que la terapia sea lo más efectiva posible. En clínicas privadas están detectando un aumento de casos del 30%.

Desde comienzos de este año, la demanda de citas ordinarias en las Unidades de Salud Mental Infantil de la red pública se ha duplicado y en el caso de las citas preferentes, a las que hay que atender con relativa urgencia, se han llegado a triplicar. La situación afecta sobre todo a los jóvenes, a quienes les está pasando una factura tremenda el aislamiento impuesto por el coronavirus. En estos meses se han duplicado los casos de urgencias psiquiátricas infantiles, los trastornos de conducta alimentaria, que son cada vez más graves, los casos de ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos, depresión y las autolesiones e intentos de suicido en adolescentes. Derivado del mayor número de horas que los chavales pasan en casa y de la enseñanza a distancia se ha disparado el consumo de pantallas en niños y jóvenes.

Pese a este aumento de problemas sin precedentes, Sanidad apenas ha aumentado los recursos para que psicólogos y psiquiatras puedan hacer frente a esta avalancha de casos. Sí que es cierto que las plantillas de psiquiatras y psicólogos se han reforzado con contratos covid, pero no son suficientes a tenor de los meses que tienen que esperar los menores para recibir atención. Además, hacen falta recursos de otro tipo y que éstos se distribuyan mejor entre los distintos departamentos sanitarios, como exige la recién fundada Avalpia, la Asociación Valenciana de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia. Esta entidad, que en estos momentos se encuentra en trámites para su registro oficial, pone el acento en la falta de camas de ingreso para niños y jóvenes con problemas mentales. Para toda la provincia de Alicante sólo hay disponibles en estos momentos seis camas en el Hospital de Orihuela, «que siempre están al cien por cien de ocupación, por lo que es habitual que los profesionales de las USMI tengan que alargar en el tiempo la espera para que sus pacientes ingresen hasta que se queda una cama libre, asumiendo riesgos», explica Laura Revert, vicepresidenta de la junta promotora de la entidad. En otras ocasiones se opta por ingresar a los niños en plantas de Pediatría, con la vigilancia de sus familias, opción que no es la más adecuada. Otra consecuencia «es que los ingresos son más cortos por falta de camas y al cabo de un tiempo es necesario volver a ingresar al paciente porque recae», señala Helena Romero, integrante de la junta promotora de Avalpia. En comunidades como Cataluña disponen de 130 camas para ingresar a niños y jóvenes que sufren alguna crisis.

La falta de un centro de día también es una asignatura pendiente en la provincia de Alicante. Este recurso hace de puente entre el hospital y el hogar de los chavales y ayudaría a resolver muchos problemas que no se pueden abordar en las unidades de salud mental infantil pero que tampoco requieren de un ingreso hospitalario. Tomás Cantó, presidente de la junta promotora de Avalpia, pone ejemplos. «En los casos de fobia a la deglución, es decir cuando el niño tiene miedo a comer, es necesario un apoyo diario de profesionales que estén con el niño a la hora de comer. Eso en los centro de salud no tenemos capacidad de hacerlo y tampoco requiere de un ingreso hospitalario. Como este problema hay otros mil más». De nuevo, las comparaciones dejan a la Comunidad en el furgón de cola. Cataluña dispone de 440 plazas para la atención en centros de día de niños y adolescentes.

Esta entidad también quiere luchar porque la distribución de los recursos destinados a los niños y adolescentes sea homogénea en toda la provincia y ponen como ejemplo áreas como la de Elche, donde hay dos departamentos sanitarios pero que hasta hace poco tiempo sólo contaba con una Unidad de Salud Mental Infantil. En Dénia, por ejemplo, sólo hay un psiquiatra infantil para una población de 150.000 personas. «Necesitamos que haya una homogeneidad de recursos, para que no haya diferencias si se nace en Alicante, Orihuela o Torrevieja», insiste David Rohner, integrante de Avalpia.

Los miembros de esta recién creada asociación coinciden en señalar que la situación de precariedad ya existía antes de la pandemia. «El problema es que desde principios de año la demanda se multiplicó, primero por dos, y luego por tres, con lo que las carencias también se multiplicaron, primero por dos y luego por tres. Es como si tuviéramos tres veces menos recursos», lamentan. Al aumento de casos por la pandemia también se suma que cada vez más USMI empiezan a asumir la asistencia a los jóvenes hasta los 18 años y no los 15 que marca el fin de la edad pediátrica. Una ampliación de la edad de asistencia que creen necesaria, pero que no ha venido acompañada de más recursos.

Una nueva entidad para visibilizar las necesidades de niños y jóvenes

Un grupo de psiquiatras funda la Asociación Valenciana de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia

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Un grupo de psiquiatras de la Comunidad Valenciana está en trámites para poner en marcha la Asociación Valenciana de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia. Entre sus objetivos, el de velar por cuanto afecte al desarrollo psíquico del niño y del adolescente y visibilizar las necesidades de salud mental. La entidad también pretende fomentar la psiquiatría infanto-juvenil y promover su funcionamiento tanto en su vertiente asistencial como docente e investigadora, prestando además atención a los aspectos sociales y relacionales de sus miembros.

Apalvia también se ofrece a asesorar a los organismos oficiales y privados en todo lo que se refiere al bienestar psicológico, familiar y social del niño y adolescente. «Queremos que se nos escuche y estar unidos para conseguir nuestro objetivo, que es el bienestar de los pacientes y de sus familias». Esta entidad también se ha comprometido a publicar periódicamente análisis críticos sobre la calidad y variedad de recursos asistenciales disponibles.

También a la difusión de los conocimientos y criterios científicos de la especialidad que en cada momento sean de utilidad pública y la intervención activa en la formación de los profesionales de la psiquiatría infanto- juvenil, y en especial la de sus miembros.

Además, se comprometen a la organización de sesiones científicas sobre temas de actualidad de la psiquiatría infanto-juvenil dentro del ámbito de la Comunidad Autónoma Valenciana.

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