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Alicante bate su récord de “bochorno” alcanzando una sensación térmica de 46 grados en la ola de calor que hoy remite

La ciudad marca 39,5 grados, la segunda temperatura más de la historia, solo superada por los 41,4 registrados en julio de 1994

A las 14 horas de ayer domingo la sensación térmica era de 46 grados en el municipio de Alicante

La ola de calor sahariano que ha achicharrado la provincia de este pasado fin de semana comienza despedirse hoy lunes en el que las temperaturas no deben pasar de los 30 grados tras una nueva noche “ecuatoral” en la costa donde en muchos municipios no se bajo de los 27 grados con una humedad del 60%. La ciudad de Alicante ha batido su récord histórico de sensación térmica y el domingo registró, además, la segunda temperatura más alta de la historia con 39,5 graados, a 1,9 grados del récord de la ola de calor de julio de 1994 (41,4 grados ), según lo datos del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Con todo, el domingo fue el día más bochornoso de la historia pues a las 14 horas el termómetro marcó 38 grados con un 45% de humedad, por lo que la sensación térmica fue la más alta de la historica climática de la ciudad a ser similar a 46 grados al sombra, según explica Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la UA. La Generalitat mantien la alerta por incendios forestales pero ha levantado la de altas temperaturas al finalizar esta ola de calor.

Sigue, no obstante el calor, pero no va a ser ya tan acusado. La primera entrega del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicada la semana pasada ha añadido nuevas evidencias a la realidad del cambio climático y a la responsabilidad de la actividad humana como causante de las graves alteraciones del sistema climático y responsable último del calentamiento global. El estudio, dedicado a las bases físicas de la ciencia del clima, corrobora que la escala de las perturbaciones del clima global no tiene precedentes en siglos o incluso milenios, y proyecta subidas de las temperaturas superiores a los 1,5º -o incluso a los 2º- a menos que la comunidad internacional logre drásticas reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según Jorge Olcina, todos estos cambios están relacionados con la crisis climática, pero la pandemia del covid también ha supuesto un “sock” que nos ha avisado de forma brusca de la necesidad de cambiar nuestro discurso en la relación del ser humano con su medio, con su territorio. La apuesta por la sostenibilidad es un camino sin vuelta atrás. Lo que se haga en estos meses para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en la ciudad, es la hoja de ruta que se debe mantener en las próximas décadas El cambio climático ya no es es una evidencia científica. Ya no es una creencia. Tenemos datos científicos que lo avalan. Los datos están ahí: el decenio 2010-20 fue sido el más cálido de la historia reciente, desde 1850 con un aumento 1,2 grados ya, por lo que solo quedan 0,8º C de margen según el Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los dos grados por encima de los niveles preindustriales, y perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C, reconociendo que esto reduciría significativamente los riesgos y efectos del cambio climático

El calentamiento atmosférico está afectando a los tiempos diarios, es decir, a la circulación atmosférica general, hay más gotas frías ahora que antes. Olcina recuerda que las proyecciones climáticas nos hablan de un clima “menos confortable térmicamente hablando -especialmente en verano-, menos lluvioso en su conjunto, aunque con matices comarcales y con desarrollo más frecuente de eventos extremos. La subida del nivel del mar en el litoral mediterráneo no va a ser muy acusada. El mayor problema es la mayor frecuencia de temporales marítimos. Esto nos obliga a reconsiderar la Ley de Costas de 2013, recuerda Olcina.

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