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El cambio climático duplica el número de noches tropicales hasta alcanzar 71 este verano

Climatología constata que el aumento de la temperatura del mar provoca ya que todas las noches sean tropicales en la provincia desde junio, porque la temperatura nocturna no baja de los 22ºC

Un joven duerme echado sobre la cama junto a un ventilador para tratar de mitigar el calor nocturno de Alicante.

El aumento de la temperatura del mar Mediterráneo (cerca ya de los 28 grados en la costas de la provincia) ha tenido un efecto demoledor en el incremento del disconfort térmico del verano en la provincia de Alicante, ya que entre el 1 de junio y el 18 de agosto, el pasado miércoles, el Laboratorio de Climatología de la Universidad tiene censadas un total de 71 noches tropicales -la temperatura no baja de los 22 grados- de las que cinco fueron ecuatoriales (25 grados o más de mínima), el doble que en el verano de 2020, y completadas con un alto grado de humedad. La causa directa es la temperatura del mar y según Jorge Olcina, es ya un hecho que en verano en ciudades como Alicante la temperatura no baja de los 20 grados en ninguna noche del verano, sobre todo en el centro urbano, donde los edificios también ayudan a mantener el calor. Es decir, en muchas ciudades todas la noches son tropicales en verano. La última sucesión seguida de noches ecuatoriales, cinco en agosto, ya se dio en el verano de 2015.

Un informe del Laboratorio de Climatología sobre los efectos que provoca el cambio climático en la evolución de las temperaturas en la provincia alerta de que, en los últimos diez años, el aumento y combinación calor y humedad han hecho que durante el verano la sensación térmica (bochorno), sobre todo por las noches, llegue a ser más alta que en el Valle del Guadalquivir, la que está considerada como la zona más tórrida de España.

En la provincia, se aprecia perfectamente en los centros urbanos de Torrevieja, Elche, Alicante, Benidorm y Dénia, según apunta Jorge Olcina, autor del estudio junto a Samuel Biener. Las denominadas noches tropicales (la temperatura no baja de los 22 grados) se han triplicado desde 1980 y como anécdota destacar que el barrio de La Florida, en la ciudad de Alicante pasa por ser el horno del municipio, según los cálculos del informe.

Durante la primera quincena del mes de agosto los valores nocturnos han sido muy elevados toda la provincia culminando con ola de calor del fin de semana pasado. Las temperaturas mínimas no han bajado de los 25º. Cuando por la noche no se desciende de los 25º, popularmente se denomina noche ecuatorial.

Durante las dos últimas semanas la humedad relativa del aire ha experimentado múltiples vaivenes. Todas las noches, la sensación térmica ha rondado los 30º, incluso en algunos casos más, de acuerdo con el «heat Index», que es el que suele utilizar la Agencia Estatal de Meteorología. «Sin aire acondicionado es muy complicado conciliar el sueño con estos valores tan elevados de temperatura y humedad», explica Olcina.

Esta situación no se da en otras zonas de España, donde las noches tórridas suelen ser más bien puntuales o no prolongarse más de tres o cuatro jornadas, casi siempre coincidiendo con olas de calor, y uno de los mejores ejemplos es el valle del Guadalquivir.

Debido al calentamiento del Mediterráneo, al efecto de la isla de calor urbana y al cambio climático (aunque en el caso del litoral mediterráneo aún desconocemos el peso que tiene respecto a estas situaciones), se está produciendo un aumento muy importante en las últimas décadas de las noches tropicales (mínimas de 22o o más), y sobre todo, de noches tórridas (25o o más), según el informe de Climatología.

Hasta 1980, las noches tórridas en el Mediterráneo y en la costa eran excepcionales, pero en los últimos años se están volviendo más frecuentes en el litoral mediterráneo. En nuestra provincia, se aprecia perfectamente en los núcleos urbanos de Torrevieja, Elche, Alicante, Benidorm y Dénia.

El Mediterráneo subirá hasta los 28ºC a principios de septiembre

El calentamiento del mar, que se ha convertido en la principal consecuencia negativa del campo climático en la provincia, porque ese aumento térmico es el responsable de la violencia de la gota fría y, por ejemplo, las noches tropicales e ecuatoriales. Olcina, alerta de «todavía veremos este verano como la temperatura alcanzará los 28 grados en septiembre». De momento, el Mediterráneo está ya como si fuera el Caribe y el agua está muy caliente, lo que también es un factor para alimentar la gota fría del otoño, cuando se producen lluvias torrenciales. Desde 1980 la temperatura media ha aumentado 0,8ºC y este calentamiento es responsable de las noches tropicales.

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