Tres días necesitará el artista alicantino José Gómez Fonseca para trasladar los remates y otras escenas de los cuatro monumentos que plantará en València en las Fallas que se celebrarán la próxima semana (del 1 al 4 de septiembre) mientras que Lorenzo Santana empleará cinco días para llevarse en camiones góndola las piezas de las ocho fallas que construirá.
Los dos empezaron este viernes el transporte y el lunes lo hará Pedro Espadero, otro artista que, como ellos, guardó las obras ya acabadas en Ciudad de la Luz cuando se suspendieron las Fallas de 2020 por el covid.
La Generalitat cedió 2.000 metros cuadrados en el antiguo complejo cinematográfico para alivio de los constructores, que han dispuesto de un espacio para guardar su trabajo todo este tiempo.
Las Fallas arderán el sábado 4 de septiembre. El jueves 2 todos esos monumentos que tendrían que haberse quemado el año pasado deben lucir en sus respectivos distritos falleros, en una celebración desplazada del calendario (no coincidirá con San José) y que estará muy marcada por la pandemia por las restricciones acordadas, como el uso de la mascarilla incluso en los actos al aire libre, la celebración de la Ofrenda en un recinto cerrado y sin público o el adelanto horario de la Cremà para hacerla compatible con el vigente toque de queda.
Al margen de los artistas que decidieron guardar piezas en Ciudad de la Luz, son muchos otros los alicantinos que plantarán estos días en la capital de la Comunidad. «Va a haber mucha movilización en el sector, tras resistir a este año y medio», señala el maestro mayor y presidente del Gremio, Joaquín Rubio, sorprendido por la fortaleza del oficio pese a las dificultades económicas, a las que de momento sobreviven todos los talleres de Alicante.
Gómez Fonseca montó este viernes en los tráilers los remates y escenas de las fallas que plantará en València (tiene hechas otras tantas para pueblos con celebraciones pendientes). A algunas ha incorporado nuevas escenas relacionadas con la pandemia. Es el caso de la comisión fallera Pelayo Matemático Marzal, donde ha ampliado el monumento con la introducción de un homenaje a los falleros fallecidos por el coronavirus.
El constructor señala que vive «una experiencia muy diferente. Volver a plantar después de un año y medio es una mezcla de emoción y nervios, viendo a los compañeros cómo salen con los camiones. No parece que haya transcurrido un año y medio, sino diez años. Es un mundo que volvamos a sacar fallas encerradas en los talleres desde hace mucho tiempo», dijo Fonseca, agradecido a las comisiones falleras, el Ayuntamiento de València y la Federación de Gremios «por estar siempre ahí. Nos consta que, a pesar de las restricciones, el colectivo fallero se ha sacrificado para ayudar a los artistas y a otros sectores que lo estamos pasando muy mal. No como otros que han pensado más en otras cosas», criticó.
También quiso destacar la unión y el compañerismo que ha despertado la delicada situación que están viviendo a causa del parón provocado por el covid-19, «con llamadas de compañeros que no plantan en València ofreciéndose a echar una mano, lo que es de agradecer».
