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Padres de alumnos y docentes piden mantener las mismas ratios que en el curso pasado

Asociaciones y sindicatos de profesores rechazan que se vuelva al número de estudiantes por aula de antes del covid, ya que supone «un paso atrás» y degrada la calidad educativa y las extraescolares

Imagen tomada en el arranque del curso escolar el pasado año en un colegio de Alicante, con medidas anti covid a la entrada del centro para los escolares. | HÉCTOR FUENTES

El covid va a alterar por tercer curso escolar consecutivo el discurrir y la organización de la enseñanza en colegios e institutos. Seguirá siendo un curso «extraordinario», en palabras de los responsables de la Conselleria de Educación. No obstante, ya no existe la sorpresa de marzo de 2020, cuando se interrumpieron bruscamente las clases. Tampoco es el experimento del pasado ejercicio de cómo transitaría la docencia con los nuevos protocolos y si estos iban a ser efectivos para cortar los posibles contagios . Ahora, con toda la experiencia acumulada, con la vacunación muy avanzada y con los datos en la mano de la baja tasa de incidencia del covid entre menores, Educación plantea un curso con algo menos de limitaciones que el anterior, pero no por ello, asegura, baja la guardia.

Padres de alumnos y docentes piden mantener las mismas ratios que en el curso pasado

Padres de alumnos y docentes piden mantener las mismas ratios que en el curso pasado J.M.GRAUJ.M.

No obstante, distintas asociaciones de padres y alumnos, así como sindicatos docentes con presencia en la provincia de Alicante no coinciden con todas las medidas previstas por el Consell y proponen más medios, más concreción, más consenso y, sobre todo, no dar pasos atrás. La ratio es el principal quebradero de cabeza.

8 de septiembre

El 8 de septiembre arrancan las clases oficialmente en centros de Primaria y Secundaria (algunos privados ya empiezan el 1 o 2 de ese mes) y aún hay incertidumbre por cómo va a ser la vuelta a las aulas. Inquietud entre los docentes e inquietud entre los padres de alumnos que todavía no tienen muy claro si sus hijos deben llevar o no mascarilla, qué ocurre con los no vacunados, cómo será esta vez el comedor, las ratios o si pueden volver a acompañar a los menores hasta el patio, entre otras muchas preguntas.

Educación asegura que ha sido la primera comunidad en presentar con antelación la planificación del curso. Así lo reconoce la presidenta de la Confederación Valenciana de AMPAs (Covapa) y secretaria general de la Federación Gabriel Miró, Sonia Terrero, pero al mismo tiempo critica que Educación no haya convocado aún al Consejo Escolar de la Comunidad antes del inicio de curso para al menos poner encima propuestas. «Se lavan las manos. Este inicio de curso hay más incertidumbre que el pasado», asevera.

Durante el pasado ejercicio, por orden de las autoridades sanitarias, los grupos de convivencia estable (GCE) o grupos burbuja en Infantil (3 a 5 años) y Primaria eran de un máximo de 20 alumnos de forma general, y de 25 de forma excepcional, y los alumnos de ESO, Bachillerato y FP debían estar a 1,5 metros de distancia en las clases, con lo que hubo que desdoblar grupos.

Para el nuevo lo que ordena Sanidad es que Infantil y Primaria tienen que ser GCE con las ratios establecidas en cada etapa: 25 alumnos en Infantil y 1º, 2º y 3º de Primaria: y 30 en 4º, 5º y 6º de Primaria. Es decir, volver a momentos de prepandemia.

En ESO, Bachillerato y FP todos los grupos tienen que ir a clase de forma presencial sin alternancia y a una distancia interpersonal de 1,2 metros. Las ratios máximas en ESO y FP son de 30 alumnos y en Bachillerato 35 alumnos. Eso sí, cuando el tamaño del aula no permita alojar a los alumnos a 1,2 metros de distancia interpersonal se han desdoblar los grupos, lo que explica gran parte de la contratación de profesorado de refuerzo por parte de la conselleria. Y es que Educación insiste: «Creamos más de 3.000 nuevos grupos y contratamos a más de 5.000 profesores para cumplir las medidas de seguridad».

Rubén Pacheco, presidente de la Confederación de AMPAs Gonzalo Anaya, considera que es verdad que en conjunto va a haber más docentes de refuerzo que el pasado curso, pero de forma desigual: «Va a haber más en Secundaria y menos en Primaria, y nos preocupa que no sea suficiente».

Otro punto que escama y mucho no solo a los padres, sino también a los sindicatos docentes es no mantener las ratios del pasado curso. «Pedimos que las ratios se mantengan e incluso bajen, por calidad educativa», señala Ignacio Amorós, del sindicato STEPV, mayoritario en la enseñanza, quien también se suma a la petición de más refuerzos porque pueden funcionar muy bien como medidas de apoyo para atender, por ejemplo, a alumnos con secuelas del curso pasado.

Javier González Zurita, responsable de enseñanza pública de UGT, discrepa también con que se bajen las ratios.: «Esperemos que los refuerzos docentes sean suficientes y que la vacunación del alumnado también contribuya».

Calidad

«Las ratios nos preocupan mucho. Fueron una medida justamente necesaria para dar una educación de calidad. Las ratios bajas hacen un papel importante», indica Rubén Pacheco que, por un lado entiende que los recortes en educación hace 20 años hizo que hoy falten infraestructuras, y, por otro, reclama que se haga un análisis crítico de lo que ha pasado en este curso y medio para aprender y tomar nota de lo bueno y de lo malo.

El representante de la Gonzalo Anaya asegura que están preocupados «por si la pandemia nos vuelve a sorprender y tenemos que retroceder. ¿Están preparados los planes de contingencia si las cosas empeoran? Educación nos dice que sí, pero...».

En resumen el nuevo protocolo de protección frente al covid no incluye, precisa conselleria, grandes cambios: sigue la mascarilla desde 1º de Primaria, ventilación de aulas, temperatura, higiene de manos… «Se sigue prohibiendo el acceso de las familias a los centros, habrá entradas y salidas escalonadas y las reuniones con padres serán telemáticas», añaden desde Covapa.

Desde la Gonzalo Anaya creen no obstante que hay algunas cuestiones de este protocolo que no están bien definidas: la adaptación curricular, la formación del profesorado, las actividades extraescolares, en este último caso porque un claustro puede decidir que no se hagan y otro del colegio de al lado que sí.

Para Txomin Angos, de la federación provincial de AMPAs Enric Valor, lo que de verdad debería preocuparnos es «lo mucho que llevamos perdido en la mochila», en el sentido de que, por ejemplo, el pasado curso alumnos de Secundaria fueran día sí y día no a clase y solo se abrieran los dos primeros libros de Matemáticas. «¿Es que el tercero no importa», reflexiona. «¿Cómo se va a recuperar lo que no se impartió? Puede ser gratuita y democrática, pero así la educación no es inclusiva», lamenta Angos, quien, por otra parte, pone el foco en cómo va a ser ese refuerzo de profesores, qué se refuerza y quién lo refuerza. Y en este sentido apunta que si no se rebajan de nuevo las ratios que, por lo menos, se pongan dos profesores por aula. Y por supuesto, acabar con las rotaciones de profesores y falta de plantillas estables, como ocurre sobre todo en centros de la Vega Baja.

Las autoridades educativas y sanitarias defienden que proponen una vuelta a la escuela «segura, saludable y sostenible», mientras que padres y sindicatos aplauden esa vuelta a la presencialidad total, pero que sea con todas las garantías educativas además de sanitarias. Desde la confederación de padres Gonzalo Anaya auguran un inicio de curso más tranquilo que el anterior. No así desde la confederación Covapa.

Preocupación por el bienestar emocional del menor

En lo que sí coinciden todas las partes (conselleria, padres de alumnos y sindicatos docentes) es que es preciso tomar medidas encaminadas a mitigar la brecha académica y desigualdades educativas que ha generado la actual crisis, así como desarrollar actuaciones para paliar el impacto de la pandemia en el bienestar emocional de la infancia y adolescencia. En las aulas de la provincia, durante el curso 2020-2021 y al igual que el resto de España, el impacto del covid en la actividad en los centros educativos ha sido bajo. El número de casos y brotes en los centros educativos ha sido pequeño y con pocos casos por brote, en una proporción menor a la de otros entornos, y vinculado a la transmisión comunitaria existente. La mayor transmisión es en el entorno familiar o comunitario que en los centros.

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