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La gratuidad de la AP-7 en toda Cataluña permitirá llegar a Francia desde la provincia sin pagar peajes

El fin de la concesión del tramo de autopista desde Tarragona permitirá ahorrar a partir del miércoles 10,95 euros al viajar a Barcelona y 25,75 hasta la frontera - La liberalización se extiende a otras autopistas catalanas y a la AP-2 hasta Zaragoza

Tráfico en la A-70, autovía que continúa como autopista AP-7, que será gratuita hasta Francia a partir del miércoles. | MANUEL R. SALA

La inminente gratuidad de todo el recorrido de la AP-7 en Cataluña permitirá llegar a Francia desde la provincia sin pagar peajes, por primera vez desde que se abriera el primer tramo de esta autopista en 1969. Después de 52 años de la puesta en servicio de esos primeros kilómetros en la provincia de Barcelona, y 47 desde que se completara el trazado entre la Jonquera (Girona) y Salou (Tarragona), que se ha mantenido de pago hasta ahora, la concesión caduca mañana, 31 de agosto, por lo que a partir del miércoles, 1 de septiembre, no habrá que desembolsar tarifa alguna por utilizarla.

Esto quiere decir que se podrá viajar desde la provincia de Alicante hasta Barcelona, Girona o la misma frontera francesa sin más gasto que el del combustible. Para el conductor de un turismo será un ahorro de 10,95 euros si quiere desplazarse a la capital catalana, y 25,75 si se dirige a Francia. En el caso de los camiones, un trayecto a Barcelona suponía en peajes un mínimo de 20,95 euros, y 44,70 para llegar hasta Francia, según las tarifas que hoy y mañana todavía están vigentes.

Junto con los 259 kilómetros de la AP-7 desde Salou hasta la frontera francesa y del acceso a Barcelona desde la localidad de Molins de Rei, a partir del miércoles serán también gratuitas las autopistas C-32 y C-33, cuyas concesiones corresponden a la Generalitat de Cataluña. La primera de ellas fue la primera autopista abierta en España, en su tramo entre Barcelona y Mataró, en 1969. Así, se podrá viajar igualmente sin pagar peaje a toda la costa norte de Barcelona y el sur de la Costa Brava. Y también se levantarán pasado mañana las barreras de la AP-2, que se bifurca de la AP-7 en El Vendrell (Tarragona) para llegar hasta Zaragoza. En total son más de 560 kilómetros de autopista los que pasan a ser libres de peaje.

Esta liberalización se suma a la del recorrido entre Salou y Alicante, el 1 de enero de 2020, otros más de 370 kilómetros, unidos a su vez por los 47 gratuitos del «bypass» de València. Esa gratuidad ha supuesto una auténtica revolución en las comunicaciones por carretera de la provincia hacia Cataluña, pero también en el propio territorio alicantino al eliminar el pago en los trayectos por la costa, algo de lo que se han beneficiado especialmente en la Marina Baixa y la Marina Alta. Como publicó este periódico el pasado mes de abril, el tráfico se incrementó el año pasado en estas comarcas hasta en un 56% en relación a 2019, a pesar de la pandemia de coronavirus. Desde València hacia el norte se nota sobre todo el aumento del tráfico pesado.

Esta gratuidad, con todo, podría ser efímera, si finalmente el Gobierno decide aplicar algún tipo de peaje por utilizar no ya las autopistas, sino todas las autovías. Esa podría ser la realidad en toda España a partir de 2024.

La circunvalación sigue sin coste en sentido València desde San Vicente

La falta de barreras en el enlace de esta autopista con la AP-7 hace que el tramo sea gratuito

A la eliminación de peajes se suma la imposibilidad de cobrar otros que siguen vigentes. Es lo que ocurre desde hace ya 20 meses en la autopista de circunvalación de Alicante, cuyo uso resulta gratuito para los conductores que la toman en sentido norte a la altura de San Vicente del Raspeig y después continúan por la AP-7 en dirección a Benidorm y València. Tal y como ha indicado ya este periódico en anteriores ocasiones, la ausencia de barreras en el enlace entre las dos autopistas hace que sea materialmente imposible pagar. Así, los conductores de turismos dejan de abonar 1,85 euros por cada recorrido. El ticket que recogen al acceder a la vía queda como recuerdo de esta situación.

Lo paradójico es que, en sentido inverso, el mismo recorrido sí se paga, dado que en el acceso de San Vicente se mantienen las correspondientes cabinas de peaje. No parece que, a corto plazo, vaya a cambiar este panorama, en una autopista que, cabe recordar, nunca ha cumplido las expectativas que se pusieron en ella. La concesionaria acabó quebrando y la vía fue rescatada por el Estado, junto con otras que habían corrido la misma suerte. 

Desde abril de 2018 la autopista es explotada por la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seitt). En ella, al igual que en las otras rescatadas, las barreras de los peajes están levantadas todos los días entre la medianoche y las 6.00 horas, es decir, es totalmente gratuita. Y aun así, su uso es muy bajo: en los cuatro primeros meses del año ha tenido un tráfico medio de 3.839 vehículos diarios, según datos del Ministerio de Transportes.

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