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Militar del mando de Operaciones Especiales «Ubber»

El relato de un militar de Rabasa en Afganistán: «Mucha gente se ha quedado atrapada»

«Ubber», nombre de guerra de uno de los militares de Rabasa que ha participado en las evacuaciones en Kabul y preserva su identidad por seguridad, ha pasado más de la mitad de su vida en el Ejército. Tiene 40 años, lleva 16 en el MOE y esta ha sido la quinta misión internacional en la que ha participado, de la que ha regresado contento por la evacuación de más de dos mil personas pero pensando en la gente que no pudo ser rescatada por falta de tiempo y se ha quedado atrapada en Afganistán.

Un «boina verde» del MOE durante las labores de evacuación de afganos en Kabul. información Información

¿Cuál ha sido la participación del MOE en la evacuación de Afganistán?

El MOE ha aportado un equipo operativo con diversas capacidades para afrontar con éxito las tareas encomendadas y alguna más que hubiera podido surgir.

¿Habían intervenido en alguna ocasión en una operación de este tipo?

Ha sido la primera vez que el MOE en particular, como el Ejército de Tierra, ha participado en una evacuación de estas características. Con una dificultad añadida, ya que además de la presencia de fuerzas talibanes, el reloj corría en nuestra contra. Toda la operación ha sido una cuenta atrás.

¿Llegaron a salir de la zona de seguridad del aeropuerto de Kabul para realizar algún rescate?

Todas las operaciones que se realizaron tuvieron como escenarios las puertas de acceso al aeropuerto. La entrada conocida como Abbey Gate, donde estallo el artefacto explosivo el día 27, y la puerta Sur, la principal de la terminal civil del aeropuerto de Kabul.

Es duro cuando tu hijo de 7 años dice que el papá debería de pensar en la familia y buscar otro trabajo

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¿Cuál fue el momento más duro?

Han sido una suma de momentos realmente difíciles. Probablemente el último día previo al vuelo de regreso a territorio nacional, cuando no pudimos recuperar a una familia con la que teníamos contacto vía teléfono. Se encontraban en la zona de recogida de Abbey Gate y debido a la amenaza de atentado, que más tarde se materializó, la puerta se encontraba cerrada. Tuvimos que dejar la operación y decirles a estas personas que abandonaran la zona. Afortunadamente, pudieron salir antes de la explosión, y, aunque no pudimos evacuarlos, al menos no sufrieron ningún daño en el atentado.

¿El más complicado?

Sin duda, la negociación para poder facilitar el acceso de dos autobuses con un centenar de afganos, que esperaban en la puerta principal del aeropuerto civil. La responsabilidad de la seguridad en la zona era del ejército americano, pero el control del acceso recaía en las fuerzas talibán, que dilataban el acceso del pueblo afgano. Fue una ardua negociación que se extendió durante unas 50 horas y hubo muchos momentos de tensión, pero finalmente se consiguió evacuar a todas estas personas.

¿Y el más satisfactorio?

Hubo muchos, muchas palabras de agradecimiento, muchas miradas emocionadas... Todas y cada una de las personas que recuperamos nos ofrecieron un momento satisfactorio.

¿Es la primera vez que operaba en Afganistán?

No, había estado desplegado en dos ocasiones anteriormente. La primera en 2015, en la provincia de Herat, y la segunda fue hace apenas tres años en Kabul. En total, un año dedicado a tratar de conseguir que el país contara con unas fuerzas armadas más preparadas para ayudar a crear un futuro mejor para todas estas personas, aunque desgraciadamente se ha visto truncado.

Miembros del MOE en el despliegue realizado enKabul para evacuar a ciudadanos afganos.

En la tensión de estos días, ¿cómo han sido las relaciones con los militares de otros países? ¿Y con el resto del operativo español?

Ha habido una gran implicación por parte de todos los países en esta evacuación a contrarreloj. Las relaciones han sido excelentes, a pesar de la tensión que había en el ambiente. Cuando algún miembro de otro ejército se encontraba con algún afgano que solicitaba la presencia de soldados españoles, rápidamente nos buscaban para agilizar la situación. Todos los países tenían sobre el terreno fuerzas de operaciones especiales, lo cual también ayudó a una mayor comprensión mutua. Y por supuesto, la colaboración, cooperación y apoyo mutuo entre compañeros del Ejército del Aire y de la Policía Nacional ha sido la nota predominante durante estos días, como no podría ser de otra manera.

¿Y las reacciones de los rescatados una vez que se encontraban en el avión?

Han sido un cumulo de agradecimientos, lágrimas y emociones… La desesperación que marcaba sus rostros rápidamente desaparecía una vez eran identificados y trasladados a las zonas de espera previa al embarque.

Las reacciones de los rescatados han sido un cúmulo de agradecimientos, lágrimas y emociones

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¿Llegaron ustedes a temer por sus vidas, sobre todo después del primer atentado en el aeropuerto de Kabul?

La misión ha sido complicada y, por supuesto, el riesgo estaba siempre presente. A pesar de esto, la profesionalidad, preparación y predisposición de todos y cada uno de mis compañeros me dan confianza y me hacen sentir más seguro. Miedo no sé si es la palabra que usaría, más bien un sentimiento distinto, tensión. Siempre está presente, lo complicado es canalizarlo, esto siempre te hace estar alerta, lo que sin lugar a dudas es un factor que aumenta la seguridad.

¿Recuerda alguna otra operación que le haya provocado esa sensación?

Siempre existe esta sensación en una ruta con amenaza IED (siglas en inglés de artefacto explosivo improvisado). Es algo que no puedes controlar y solo se puede tratar de mitigar este riesgo adoptando medidas de protección.

¿Cómo se les queda el cuerpo después de haber vivido unos momentos de tanto estrés?

Es un cumulo de sentimientos, siempre queda la duda de si podría haber hecho algo más y en esta ocasión no ha sido distinto. A pesar del trabajo sin descanso, mucha gente ha quedado atrapada en Afganistán; esa es la peor sensación que se trae de vuelta.

No pudimos recuperar a una familia por la amenaza de atentado, pero al menos salieron antes de la explosión

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¿Son conscientes de las vidas que han salvado?

Un total de 2.200 personas han sido evacuadas a España. Espero haber podido ayudar a que tengan un futuro, una esperanza.

Acostumbrados a que las acciones militares en el extranjero pasen prácticamente desapercibidas para la mayoría de los ciudadanos, ¿se esperaba el revuelo mediático que ha provocado esta evacuación?

Desde antes del despliegue ya se veía en los medios la repercusión que estaba teniendo esta operación. Ahora mismo está en el foco de la noticia. Sí esperábamos que tuviese repercusión.

¿Cómo le dice uno a la familia que va a ser desplegado en Afganistán en esos momentos donde todo el mundo era conocedor del riesgo?

La familia es el principal apoyo y es muy difícil para ellas, pues son largas horas de espera y seguimiento de las noticias. Es duro cuando tu hijo dice que el papá debería de pensar en ellos y buscar otro trabajo. Eso da una idea de lo que un niño de 7 años siente cuando le dices que te vas a Afganistán.

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