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Los últimos vacunados de IFA

Sanidad administra más de 250.000 dosis contra el coronavirus en el «vacunódromo» de la institución ferial

Personas en IFA tras vacunarse Antonio Amorós

Más de cuatro meses después la Institución Ferial Alicantina (IFA) ha dejado de funcionar este jueves como uno de los grandes centros de vacunación masiva contra el coronavirus en la provincia. Cuando en abril se habilitó el gran «vacunódromo» había dudas sobre si sería una buena opción pero los profesionales sanitarios sienten que han cumplido con creces todos los objetivos que se les marcaron. Durante este periodo se han inoculado más de 250.000 dosis, un 80% con la pauta completa.

Al mediodía cerraba ayer sus puertas el recinto y empezaba a desmontar todo el equipamiento tras una última jornada con una afluencia mínima, de apenas 1.400 personas citadas en comparación a otros días en los que se han superado las 6.000 personas.

La institución reanudará su actividad ferial en los próximos días y a partir del lunes se retomará la vacunación en otros centros en El Toscar y el pabellón Lara González de Santa Pola. En este sentido, Sanidad va a volver a mandar mensajes de citación a aquellos usuarios a los que por error se les citó en IFA para la segunda dosis en los próximos días.

Si preguntásemos a todos los cerca de 80 profesionales sanitarios de los departamentos del Hospital General de Elche y Vinalopó que han formado parte del proceso de vacunación en estas instalaciones, dirían que ha sido una experiencia especial y única al tiempo que estresante y agotadora por momentos.

«Hemos trabajado codo con codo. La labor era importante y hemos cumplido lo que se nos pedía que era vacunar a la población semana a semana», resalta Carlos de Gregorio Bernardo, director de Atención Primaria del Hospital General de Elche y responsable de la coordinación del «vacunódromo» en IFA. Este profesional resalta que a pesar de conocer otras vacunaciones masivas como las de la gripe, «esta vez era un ambiente diferente, teníamos que desplazarnos a un sitio nuevo, montar una enfermería, y a pesar de todas nuestras inquietudes estamos muy contentos de cómo ha resultado todo, hemos cumplido objetivos».

Manuela Ibarra, directora de Enfermería en Atención Primaria resalta que el día que más conflicto tuvieron fue cuando se dio el salto a la vacunación de los adolescentes porque también iba ligado a más afluencia al acudir acompañados. También han tenido que resolver confusiones porque se daban casos de adolescentes menores de 16 que acudían con familiares que no eran sus progenitores o tutores legales y se tenía que tramitar en el momento la autorización. Aún y así esta profesional concluye que «IFA lo cogimos con mucha ilusión y miedo al ser tan grande pero se ha dado una cobertura a tantas personas que ha sido un acierto».

Alba Pérez, trabajadora de Admisión, resalta que se ha encontrado con usuarios «que no tenían clara la vacuna, había reticencias y al final se ha intentado que queden contentos explicándoles la composición de cada una de ellas».

«Ha sido raro, nunca había participado en una campaña así. Ha llegado gente que se echaba a llorar por los nervios y compañeras que han acompañado a usuarios que venían solos», relata Elena Ortega, también auxiliar administrativa.

Al hilo, algunos profesionales señalan que están cansados y entre risas esperan un merecido descanso. «Ha habido una carga de trabajo muy grande y el agobio es generalizado» apunta Cristina Rocamora, enfermera recién graduada que sigue desde que empezó la pandemia con un contrato covid.

Héctor Rodríguez, también enfermero contratado durante la crisis sanitaria, apostilla que se ha enfrentado a muchas dudas de los usuarios que venían con información errónea sobre la vacuna.

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