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Educación implanta en colegios e institutos un plan antisuicidios tras el repunte por la pandemia

El nuevo protocolo marca pautas al profesorado para detectar y controlar posibles casos Exige crear un equipo de intervención en cada centro educativo con tutores y orientadores

Educación plantea la necesidad de hablar sobre el suicidio en las aulas a los estudiantes. | DAVID REVENGA

Los máximos responsables educativos se han propuesto reforzar de forma singular el acompañar emocionalmente al alumnado en las aulas desde este curso para combatir los estragos que ha producido la pandemia.

El propio conseller, Vicent Marzá, ha hecho referencia esta semana al aumento de intentos de suicidio entre los adolescentes a consecuencia de las anómalas situaciones que derivan del mayor aislamiento que exige combatir al virus, por lo que ha puesto en marcha un plan antisuicidios de obligado cumplimiento en todos los centros.

«La situación psicológica del alumnado es más compleja por la pandemia y con este nuevo protocolo reforzamos la atención al tiempo que estamos elaborando programas específicos de salud mental y emocional», declaró Marzà.

Las instrucciones al respecto, remitidas a los centros este viernes por la directora general de Inclusión Educativa, Raquel Andrés Gimeno, contempla la creación «con la máxima rapidez posible» de nuevos equipos de intervención en todos los centros. Estas unidades las integrarán los directores, los orientadores, los tutores y los coordinadores de convivencia, pero además la totalidad del profesorado recibirá formación e instrucciones para detectar posibles señales que revelen conductas suicidas.

Vigilancia

Por primera vez también, aunque con «absoluta confidencialidad», los directores están obligados a registrar los casos tendentes al suicidio de la misma forma que hacen con los de abuso y acoso escolar, en el programa Previ, de prevención de la violencia escolar.

Entre las nuevas actuaciones que implican a todo el profesorado figuran el incremento y refuerzo de la vigilancia en todo el recinto escolar, incluidas aulas, pasillos, patios, aseos y comedores, e incluso se establece la supervisión fuera del centro con la colaboración de las familias, que, por otra parte, se indica expresamente que deben ser informadas puntualmente de cada posible caso detectado y de los propios alumnos si fueran mayores de edad.

Desde el departamento que dirige Vicent Marzà se han propuesto acompañar emocionalmente al alumno como uno de los principales ejes de este curso y junto a las nuevas instrucciones, que incluyen un seguimiento semanal por el equipo de intervención de cada centro educativo durante el primer mes, así como acentuar la vigilancia a lo largo de tres meses, Educación ha editado una guía para orientar a todo el profesorado sobre estas situaciones.

El documento descarta mitos o creencias erróneas y parte de que hablar del suicidio debe dejar de ser tabú en la escuela, como resume la directora general, Raquel Andrés. «En los últimos tiempos se ha producido un aumento significativo de este tipo de conductas autolesivas, sobre todo en adolescentes» y son consideradas como un problema de salud pública por la OMS, Organización Mundial de la Salud.

Para las autoridades educativas la intervención que posibilita que una personas siga viviendo es «posiblemente la actuación más importante de cualquier profesional en su recorrido laboral, sea docente o no», y en la guía incluyen señales de alarma y manera de proceder al respecto.

Sentimientos negativos, de desesperación y desamparo e incluso de culpa y de vergüenza son indicativos de que hay que intervenir, junto cambios de conducta hacia una mayor agresividad o todo lo contrario también.

Señales de alarma que evidencian síntomas suicidas

Desesperanza

El futuro se ve muy negativo y sin solución, no se advierte ninguna solución.

Desamparo

Soledad no elegida, sentir que no se es importante para nadie y que se estorba

Culpa y vergüenza

Odio a uno mismo, sentir que no se es útil para nada y se desea desaparecer.

Cambios de conducta

Mayor agresividad, sin respeto a los límites o periodos de calma y apatía.

Falta de concentración

La desatención y, como consecuencia, la pérdida de memoria.

Medidas de actuación y de protección

Información

Campañas y actividades formativas e informativas entre profesores y alumnos.

Vigilancia

Tanto dentro como fuera de los centros educativos para detectar los riesgos.

Intervención

Coordinada con los equipos sociales municipales. Que el alumno sienta que se le entiende y acompaña.

Familias

Firma del compromiso de los representantes familiares en las actuaciones.

Apoyo

Integrar a los compañeros en el apoyo voluntario.

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