Distancia, mascarilla y ventilación. Es la triada que impone la Conselleria de Sanidad para la celebración de las fiestas de Moros y Cristianos en la Comunidad Valenciana, según el plan sanitario para estas celebraciones que ha hecho público el departamento de Ana Barceló. Así, la mascarilla será obligatoria en todos los actos, aunque se celebren al aire libre, tanto para los participantes como para el público mayor de seis años que presencie los desfiles, alardos, guerrillas o procesiones.

En cuanto a la celebración de entradas, dianas, actos de arcabucería, ofrendas, estafetas, desfiles de embajadas y pasacalles, el nuevo protocolo recoge que su organización deberá ser exclusivamente en formación de batallón. No se podrán romper las filas, que siempre tendrán que cumplir la norma obligatoria de una distancia de 1,5 metros entre los participantes. Cada fila o escuadra deberá tener un máximo de entre cuatro y cinco componentes adultos «en el supuesto de que el ancho de la calle por la que transcurra el festejo permita mantener la distancia de seguridad». En el caso de los niños será como máximo de cinco componentes y, además, en todo caso los músicos se situarán a dos metros de los festeros y también tendrán que permanecer distanciados entre ellos otros dos metros. Los actos deberán organizarse evitando las aglomeraciones y, para ello, se establecerán los itinerarios que lo garanticen. Pero si no es posible habrá que modificarlos.

La conselleria insta asimismo a las entidades festeras a que traten de reducir al máximo la presencia del público en las diferentes actividades mediante medidas como facilitar una amplia cobertura televisiva. Del mismo modo se pide limitar la participación a los festeros que formen parte del desfile y porten indumentaria festera. Se descentralizarán los actos susceptibles de generar aglomeraciones, no utilizándose el centro de las localidades o los cascos antiguos como punto neurálgico de la fiesta. 

En todo caso se deberán tomar medidas adecuadas y suficientes para reducir la posibilidad de que se produzcan aglomeraciones en los alrededores del lugar donde se desarrolle la actividad. La zona se delimitará y se controlarán los accesos indicándose al público dónde ubicarse guardando siempre la distancia de seguridad. Pero, si se comprueba la imposibilidad de implantar medidas de prevención eficaces -por falta de recursos o de medios técnicos- las autoridades sanitarias advierten que deberá replantearse su celebración. Es más, si se comprueba la ineficacia de las medidas preventivas planteadas y se genera una situación de riesgo, deberá suspenderse la celebración. Las embajadas también se ajustarán a unas normas sanitarias específicas. Éstas se realizarán estableciendo butacas o asientos preasignados, manteniendo un asiento de distancia en la misma fila en caso de asientos fijos o cumpliendo con la distancia interpersonal de 1,5 metros si no hay asientos fijos, excepto en caso de ser convivientes.

Respecto a los almuerzos, comidas, aperitivos y cenas se recomienda que se hagan preferentemente al aire libre, en carpas sin laterales o en calles cortadas para tal fin. Además, en estos casos se deben seguir las normas que rigen para la hostelería, de manera que sólo se pueden reunir diez comensales por mesa, preferentemente miembros de una misma familia, o como máximo dos núcleos familiares. 

Prohibidas las verbenas

Las barras sólo se podrán usar para recoger la comida y la bebida. En ningún momento se hará uso de las mismas para consumir, y el horario de finalización de estas actividades será el establecido en general para toda la hostelería y restauración. Sanidad advierte, por último, sobre la prohibición de celebrar verbenas, discomóviles, karaokes y actuaciones esporádicas o amateurs de música y canto, ni tampoco se permitirá el baile ni en interiores ni en exteriores. 

En definitiva, unas fiestas de Moros y Cristianos muy diferentes a como lo eran antes de la pandemia.