El sector hotelero lleva meses viendo con preocupación el futuro del programa de vacaciones sociales para mayores del Imserso y, pasado ya el ecuador del mes de septiembre, sus peores augurios amagan con hacerse realidad. El retraso en la adjudicación de los contratos para organizar este programa y, con él, la ya más que probable demora en la llegada de los primeros viajeros amenazan con dejar en la provincia de Alicante un agujero económico de más de 6,6 millones mensuales a partir del próximo mes de octubre, poniendo además en riesgo la continuidad de cerca de 5.000 empleos, que podrían verse de nuevo abocados a un ERTE. Así lo han trasladado fuentes de la organización turística Hosbec, que dan ya por hecho que los viajes se demorarán, como mínimo, un mes sobre el calendario inicialmente previsto, aunque el plazo podría ser todavía mayor en el caso de que alguna de las tres empresas que ha optado a la licitación acabe presentando recursos, como sucedió en ediciones anteriores.
Tradicionalmente, el 15 de septiembre había sido la fecha que daba el pistoletazo de salida al programa. Agencias de viaje de todo el país sacaban a la venta los paquetes vacacionales subvencionados, con Benidorm como destino estrella a nivel nacional. De hecho, las más de 150.000 plazas contratadas en la capital turística se agotaban en cuestión de horas, por lo que, de haberse mantenido la dinámica este año, la ciudad tendía ya asegurado un buen cupo de clientes con los que sostener su planta hotelera, desde mediados de octubre y durante todo el otoño e invierno. Nada más lejos de la realidad.
«En esta fecha tendían que estar ya vendiéndose los viajes, pero ni hay viajes ni hay programa», mantiene la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes. No es la primera vez que la patronal alerta de lo que podía ocurrir. En el mes de junio, cuatro meses después de que la ministra de Turismo, Reyes Maroto, anunciara el regreso del Imserso tras más de año y medio de bloqueo por la pandemia, el presidente de Hosbec, Toni Mayor, ya se rebeló contra el Ejecutivo central: «El retraso que sufre el turismo del Imserso demuestra una pasividad irresponsable del Gobierno ante una de las actividades más castigadas por la crisis del covid», dijo entonces. Su opinión apenas ha variado un ápice en todo este tiempo. Sobre todo, después de comprobar que a pesar de todas las reivindicaciones del turismo, la licitación del programa no arrancó hasta entrado ya el mes de julio y ahora, dos meses después, aún sigue sin adjudicar.
La clave
Antecedentes
Los jubilados tardaron 3 meses en llegar en 2015. Las tres últimas adjudicaciones han estado fuera de plazos. La más grave, en 2015: el programa se licitó en julio y los mayores no llegaron hasta enero de 2016.
La cifra
65 hoteles de la provincia dependen de este plan, en su mayoría en Benidorm, dependen del Imserso para operar en invierno. Si no hay clientes, muchos podrían cerrar.
Amor / odio
La relación entre los hoteleros de Benidorm y el Imserso ha oscilado siempre como un péndulo que va del amor al odio. Ambos saben que se necesitan el uno al otro para sobrevivir: la ciudad turística, porque los jubilados representan un mercado infalible para romper con la estacionalidad durante la temporada baja; el Imserso, porque sin Benidorm perdería gran parte de su tirón entre los viajeros de la tercera edad. Sin embargo, los bajos precios a los que el programa mantiene desde hace años sometidos a los hoteles —poco más de 22 euros por persona y día en régimen de pensión completa, a falta de ver el incremento que ofrece el nuevo operador— hace que los empresarios tilden de «humillación» el verse abocados a trabajar en estas condiciones, que llevan años exigiendo revisar.
Incertidumbre para los viajeros
Una nueva gota amenaza otra vez con colmar el vaso. «Un invierno sin Imserso puede acabar siendo un desastre», reconoce Nuria Montes. Por lo pronto, los cálculos que maneja el sector apuntan a que, cada día de retraso en la puesta en marcha del plan, restará a los hoteles de Benidorm alrededor de 130.000 euros diarios de facturación directa; 3,9 millones al mes solo en facturación hotelera, a la que habría que sumar las pérdidas por el efecto arrastre; es decir, por el consumo en cafeterías, compras, excursiones, transporte. Y, si atendemos al conjunto de la Costa Blanca, el agujero se agranda hasta los 6,6 millones.
Hay un factor que puede hacer que el perjuicio sea todavía mayor: la indefinición. «Nos estamos encontrando con que hay muchas personas mayores que ya están vacunadas y quieren venir a Benidorm, pero no contratan sus vacaciones porque están esperando a ver qué pasa con el Imserso», explica la secretaria general de la patronal. «No saben si esperar, si reservar por su cuenta, si venir o no venir... Y eso en un momento de miedo e incertidumbre como el que acabamos de pasar con la pandemia, puede acabar perjudicando mucho al sector», agrega.
Por lo pronto, hay agencias y agrupaciones de jubilados que han comenzado a organizar viajes baratos a Benidorm por su cuenta. Entre ellas, la Asociación de Mayores de Fuenlabrada, que ya organizó hace un año el primer paquete de vacaciones seguras a la ciudad desde el inicio de la pandemia y que ahora regresa con otro grupo de jubilados el 27 de septiembre.