La colonización de especies exóticas continúa. Tras la expansión descontrolada hace unos años del cangrejo azul en Alicante, ahora es el cangrejo rojo, oriundo de Estados Unidos, el que se expande por diversos ecosistemas de la provincia. Una colonia de esta especie invasora ha sido localizada en el Barranco de las Ovejas de Alicante, tal y como muestra un vídeo publicado en el canal de Youtube "picknature" de Baldo Muñoz donde aparecen varios ejemplares de este cangrejo de río.

El cangrejo rojo (Procambarus clarkii), también conocido como cangrejo americano, es un decápodo que crece en España a gran velocidad en sitios con aguas estacionales, incluso salinas, como es el caso del Barranco de las Ovejas. También se retiraron recientemente algunos ejemplares en el Hondo de Elche. Son excavadores y tienen bastante impacto en el medio ambiente. Sus hábitos excavadores producen a menudo desplazamientos de tierra y desperfectos en embalses y estructuras de irrigación.

Está incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras ya que ha desplazado a los cangrejos de río autóctonos y es portador de un hongo que causa a estos últimos grandes daños. También de varios gusanos parásitos de algunos vertebrados.

Algunas investigaciones creen que esta especie puede reproducirse, además de por vía sexual, por partenogénesis, es decir solamente a partir de células sexuales femeninas, lo que vendrían a ser óvulos no fecundados.

Tienen una gran capacidad de adaptación, incluso en zonas relativamente secas, y son omnívoros. Pueden comer vegetales y a otros animales, incluso muertos, aun de su misma especie. Constituye una seria amenaza para las especies acuáticas, debido a su gran voracidad sobre invertebrados y peces, en todas sus fases de desarrollo. 

¿Se come este cangrejo rojo?

Sí, es comestible y se consume en todo el mundo, aunque según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente "acumula metales pesados y toxinas producidos por cianobacterias, tales como Microcystis aeruginosa".

Además, apuntan, "es hospedador intermedio de trematodos del género Paragonimus, los cuales son patógenos potenciales si los cangrejos consumidos no están bien cocinados". 

Al igual que otros crustáceos, tan solo se come una parte de su cuerpo, normalmente la cola y la carne del interior de sus pinzas mayores. Hay quien, al igual que con las gambas, chupa la cabeza.

Primer plano de un cangrejo rojo (Procambarus clarkii)

Corre cierta leyenda acerca de que consumir la carne de este crustáceo ayuda a mejorar el rendimiento sexual, extremo que no está demostrado. Tampoco es verdad, como algunos piensan, que no sea seguro comerse aquellos que presentan la cola recta, algo que se atribuye erróneamente a que murieron antes de ser cocidos. El indicio de que no debe comerse es si la carne de la cola está blanda.

La carne del cangrejo rojo es rica en proteínas, grasa, fósforo y potasio. Su aporte vitamínico principal es la B12 y, aunque con menor porcentaje, también tiene ácido fólico, B3, B6 y las vitaminas liposolubles A y E.

Hay infinidad de modos de cocinarlos, pero en Luisiana, de donde proceden originalmente, los preparan con una receta tradicional bastante sencilla. En primer lugar los limpian en agua salada y a continuación se meten en una olla de agua, que se pone a hervir con sal, limón, ajo, pimienta de cayena, cebollas y hojas de laurel. Se cuecen durante unos 4 minutos y luego se dejan entre 5 y 20 minutos cubiertos.