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Noelia de Mingo podría regresar al psiquiátrico de Fontcalent, de donde salió en 2017

Un juzgado de Madrid ha ordenado la prisión sin fianza para la exenfermera por apuñalar a dos personas

Noelia de Mingo ingresa en la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de Estremera

Noelia de Mingo ingresa en la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de Estremera Agencia ATLAS / EFE

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Noelia de Mingo ingresa en la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de Estremera Mercedes Gallego

Cuatro años después de haber salido del psiquiátrico penitenciario de Fontcalent, la exenfermera Noelia de Mingo, condenada a 25 años de reclusión por el asesinato de tres personas en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, podría volver a este centro tras ser detenida por apuñalar a dos mujeres en la localidad madrileña de El Molar.

Un juzgado de Madrid ha ordenado este martes la prisión provisional comunicada y sin fianza para De Mingo por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y otro de atentado a agente de la autoridad. La juez ha ordenado su ingreso en la Unidad de Psiquiatría de la cárcel de mujeres de Alcalá Meco por si procede su traslado al psiquiátrico de Alicante, donde estuvo 14 de los 25 años a los que fue condenada.

La exenfermera se ha acogido a su derecho a no declarar en la vista celebrada este martes en el Hospital Infanta Sofía, donde se ha mostrado «orientada y apesadumbrada», informa Efe.

De Mingo abandonó el psiquiátrico de Fontcalent el 6 octubre de 2017 por decisión de la Audiencia Provincial de Madrid que, de acuerdo con el juez de Vigilancia Penitenciaria de Alicante y los informes médicos y forenses, sustituyó el internamiento en centro psiquiátrico por el tratamiento ambulatorio y la custodia familiar.

Desde entonces ha estado sometida a controles médicos y, según el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el último informe facilitado por los médicos del Hospital Infanta Sofía, con fecha de 3 de septiembre de este año, planteaba que la paciente «no presentaba descompensación psicótica» y señalaba que había acudido puntual a la administración de la medicación, el antipsicótico que los médicos le habían recetado y que se le pone cada cuatro semanas.

Dos meses antes, el 2 de julio de 2021, el Servicio de Especialidades de Psiquiatría Forense del Instituto de Medicina Legal de Madrid exponía que Noelia de Mingo «padece una enfermedad grave de curso crónico de la que en la actualidad no presenta sintomatología psicótica activa». Añadía que la paciente había presentado justificante de la inyección mensual de antipsicóticos con que la tratan los psiquiatras del Infanta Sofía y la emplazaba para una nueva valoración en un periodo de tres meses.

También el informe elaborado ayer por el médico forense establece que la investigada «no padece una descompensación psicótica, si bien requiere la necesidad de un estudio posterior».

Cuando De Mingo quedó en libertad, tras varios permisos y salidas terapéuticas en las que su comportamiento no encendió ninguna alarma, todos los informes incidían en la situación de estabilidad de la enferma, en la realidad de que no había vuelto a presentar episodio alguno de descompensación, y en el hecho de que era plenamente consciente de su enfermedad, de los síntomas que podían descompensarle el curso de su dolencia y la conciencia del daño que había causado.

La Audiencia de Madrid condicionó el tratamiento ambulatorio a que la afectada se sometiera hasta el fin de la pena (su condena expiraba en 2028) al control, al principio quincenal, de psiquiatría del Hospital Infanta Sofía, a la supervisión de los médicos forenses de la propia Audiencia Provincial y al compromiso adquirido por la familia de dar cuenta al tribunal y al especialista clínico de la aparición de síntomas de descompensación en la enferma.

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