Con las fotos íntimas que una amiga le había mandado al móvil tiempo atrás, creó una falsa cuenta de Instagram y las subió visibles para terceras personas. Ésta es la tesis que mantiene la Fiscalía en el caso de un vecino de un municipio de la provincia de Alicante al que ha llevado al banquillo como presunto autor de un delito de revelación de secretos y por el que le reclama cuatro meses de prisión. La causa acaba de llegar a un juzgado de lo Penal de Alicante para que se celebre el juicio. La última memoria de la Fiscalía General del Estado alerta precisamente del auge de este tipo de delitos, detrás que de los cuales hay «una banalización de los comportamientos sexuales a través de las redes», aunque en el Ministerio Público se carecen de datos fiables sobre cuál ha sido su evolución.

Según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario, el acusado y la víctima habían mantenido desde el año 2016 una relación de amistad, en la que tuvieron también algún que otro encuentro esporádico. En ese tiempo, la joven llegó a intercambiar con el acusado a través del teléfono móvil fotografías y vídeos de carácter íntimo. La Fiscalía sostiene que en el momento en el que envió estas imágenes, la mujer no dio en ningún momento su consentimiento para que terceras personas pudieran ver este material.

La víctima descubrió que el 27 de agosto de 2018, dos años después de enviar estos archivos, las fotos aparecían en una cuenta de Instagram con su nombre, precedido de la palabra «todo». El Ministerio Público concluye que fue el acusado quien, en contra de la voluntad de la denunciante, abrió esta cuenta con la colaboración de terceras personas. El material que estaba disponible en este perfil procedía de las fotos que ella le había enviado en el pasado. Entre estas imágenes se podía ver a la chica en ropa interior y hasta con los pechos al aire. La víctima presentó una denuncia y reclama la indemnización que pudiera corresponderle por este ataque contra su intimidad.

Revelación de secretos

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de revelación de secretos y por el que reclama la pena de cuatro meses de prisión y una orden de alejamiento que le impida acercarse o comunicar con la víctima durante un año y medio.

En el juicio, los informes aportados van a ser determinantes, ya que se ha requerido a la denunciante para que aporte todos los WhatsApps o correos donde conste la remisión de esas imágenes al acusado, a fin de determinar si se corresponden con las que acabaron publicadas en la red social. Para la vista oral han sido citados tanto el acusado como la víctima.

La causa ha llegado esta misma semana a un juzgado de lo Penal de Alicante procedente de otro órgano judicial de Elda que tramitó la causa tras la denuncia. Ahora se deberá señalar fecha para la vista, así como tantear a las partes para la posibilidad de llegar a una conformidad antes de la vista oral.

Casos como éste son cada día más frecuentes en los juzgados de lo Penal. El intercambio de imágenes íntimas a través de las redes sociales suele acabar en los tribunales cuando éstas acaban llegando a terceras personas o se difunden a través de internet. En unos casos son piratas informáticos quienes tienen acceso a este material, pero en otros es uno de los intervinientes en estas prácticas de cibersexo quienes lo acaban convirtiendo del dominio público.

Desde la Fiscalía General del Estado se incide en que la difusión de imágenes de contenido sexual va asociada frecuentemente a una ruptura de pareja, entre menores de edad se toma como «un puro juego», ya que «se faciliten imágenes sin que exista una relación previa sentimental alguna». En algunos de los casos que se han detectado en España han participado menores de 12 y 13 años de edad que no perciben el riesgo que conllevan estas conductas.

Las cifras en la pandemia

En la memoria se refleja que los delitos contra la intimidad en la provincia de Alicante durante el pasado 2020 se mantienen a niveles de otros años. Y eso que fueron los meses de la pandemia y del confinamiento y en el que el uso de las redes fue mucho más habitual durante las restricciones. La memoria refleja un pequeño descenso de los delitos contra la intimidad durante el año pasado, que pasan de 105 a 102. Aunque la cifra tampoco es muy indicativa, ya que 44 de ellos corresponden a allanamientos de morada. La memoria de la Fiscalía explica que los delitos difundidos por vía informática no está cuantificados, pero que los recuentos manuales que se están haciendo en algunas zonas indican que este tipo de delitos se mantiene en los niveles de años anteriores.

Otros casos en los juzgados de la provincia

En la provincia de Alicante se tramitan casos por otros delitos contra la intimidad en redes sociales y la creación de perfiles falsos con imágenes de otras personas. Uno de los casos más singulares es el de un hombre que creó una cuenta fake con imágenes que otra conocida tenía publicadas en las redes. Las fotos eran públicas y no tenían contenido íntimo pero sirvieron al acusado para creara ese perfil con la que entabló contacto con otra persona que se acabó enamorando de él. El fiscal le acusó por los daños morales al afectado.