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Agentes de la unidad de la Policía Nacional especializada en ciberdelitos.

La provincia sufre el mayor aumento de ciberdelitos en nueve años por el auge de las compras online

La delincuencia informática crece en el último año un 43%, debido también al mayor uso de redes sociales - A diario se registran 24 infracciones, sobre todo estafas bancarias y de tarjetas de crédito

Con la irrupción de las tecnologías, cambiado nuestros hábitos de ocio y compras han cambiado, volviéndolos cada vez más digitales: nos relacionamos con nuestros amigos y adquirimos todo tipo de productos desde el ordenador o el móvil. Un cambio de tendencia que ha venido acompañado de un aumento sin precedentes de los ciberdelitos. Nada menos que un 43% ha aumentado este tipo de delincuencia en el último año en la provincia de Alicante, según la última encuesta publicada por la Secretaría de Estado de Seguridad. Se trata del mayor incremento desde el año 2011, impulsado también por el mayor uso que se ha hecho de la tecnología durante la pandemia. En la provincia se cometieron en el año 2020 cerca de 9.000 delitos relacionados con la tecnología, lo que supone una media de 24 casos diarios.

Fruto del aumento de las compras online, los mayores incrementos se han producido en los delitos relacionados con las estafas bancarias y de tarjetas de crédito. «Generalmente introducimos nuestra tarjeta de crédito para realizar el pago, por lo que se han disparado las estafas por parte de personas y bandas organizadas que tratan de obtener tus credenciales de la tarjeta para suplantar tu identidad y realizar compras», señala Luis Muñoz, consultor en ciberseguridad. En estos delitos se enmarcan, por ejemplo, los correos electrónicos que, con la excusa de que hay un paquete para enviar, se piden los datos de la tarjeta o que suplantan la imagen on line del banco para pedir estas credenciales.

El perfil de quien comete este tipo de estafas es muy variado, añade Muñoz. «Hoy en día hay tutoriales en internet que te enseñan a suplantar identidades, así que nos encontramos desde personas que actúan en solitario, y que son más fáciles de detectar, a bandas organizadas que utilizan servidores en distintos países para complicar el rastreo de las compras».

Pero además de un mayor uso del comercio electrónico, la pandemia nos ha hecho pasar más tiempo en casa, utilizando las redes sociales y los programas de mensajería instantánea como herramientas para relacionarnos con nuestros amigos. De ahí que también hayan aumentado los delitos de acoso y extorsión a través de estos canales. «Crecen sobre todo los casos de grooming, un delito por el que adultos se hacen pasar por menores para contactar con otros chavales, ganarse su confianza para que les pasen material pornográfico y después extorsionarles para que mantener relaciones sexuales o conseguir dinero». Este tipo de delitos se suelen cometer por parte de bandas organizadas que actúan en red, con gente distribuida por distintos puntos de España.

La mejor forma de protegerse frente a estos peligros que encierran las redes sociales es la información. Luis Muñoz se ha especializado en dar charlas en los institutos para padres y jóvenes. «La regla principal es que no se fíen de nadie, porque no saben quién se esconde realmente tras una identidad en las redes sociales». También es aconsejable la implantación de un buen antivirus, porque en muchas ocasiones, junto a fotos, se suelen enviar trollanos capaces, por ejemplo, de activar la cámara del ordenador y grabar al menor en la intimidad de su cuarto. Por último, es aconsejable, que si finalmente se opta por quedad con una persona que hemos conocido por internet, «el primer encuentro siempre se haga en un sitio público, como un centro comercial o una cafetería, y que nunca se acuda a un domicilio particular». Y para los padres, fundamental que instalen un programa de control parental que les informe de todos los pasos que dan sus hijos cuando navegan por las redes sociales.

En el último año también ha habido un auge del denominado «ransomware» o secuestro de datos a empresas para cobrar un rescate por la devolución de la contraseña que permite volver a tener acceso a la documentación. «Generalmente te cifran los datos y te piden un rescate en bitcoin, que es más complicado de rastrear. El problema es que nadie te garantiza que pagando ese recate, vayan a liberar los datos de la empresa. Es un delito que hace mucho daño a las grandes empresas», sostiene Luis Muñoz.

Pese al aumento de los ciberdelitos, sigue sin haber un grado universitario o una especialización para formarse en ciberseguridad. Quienes se quieren especializar en este ámbito tienen que recurrir a masters o a formarse de manera autodidacta. Las empresas cada vez demandan más este perfil de profesionales para protegerse de ciber-ataques.

Hombre de entre 26 y 40 años, el perfil del malhechor

Un informe del Ministerio del Interior señala que el perfil del ciberdelincuente es el de un hombre (73,3% de los detenidos o investigados), de entre 26 y 40 años y de nacionalidad española, presuntamente implicado en la comisión de fraudes informáticos, amenazas y coacciones y delitos sexuales. Desde el punto de vista geográfico, la distribución de la ciberdelincuencia sitúa a Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana entre las comunidades autónomas que concentran más infracciones penales. Los fraudes informáticos (estafas) representan el 89,6% del total de ciberdelitos. A distancia se encuentran las amenazas y coacciones cometidas a través de internet.

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