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El uso de dispositivos digitales reduce los ingresos y mejora el control de pacientes con insuficiencia cardiaca

Un estudio pionero utiliza tablets, básculas y relojes personalizados que miden distintos parámetros y envían los datos al médico - La mitad de los enfermos redujo la presión arterial

Un paciente prueba uno de los dispositivos digitales que se han empleado en este estudio. | ALEX DOMÍNGUEZ

La insuficiencia cardiaca provoca cada año en la provincia de Alicante más muertes que el infarto de miocardio: 642 frente a 510, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística.

Una enfermedad que va al alza debido, entre otras causas, al envejecimiento de la población. Controlar esta enfermedad y poder anticiparse a sus complicaciones es un reto para los sistemas sanitarios modernos. En este empeño, la tecnología puede convertirse en un importante aliado, como acaba de poner de relieve una investigación pionera desarrollada por médicos de los hospitales de Sant Joan, Marina Baixa y del Hospital Fundación Alcorcón.

El estudio, el primero de estas características que se hace con enfermos de insuficiencia cardiaca, «ha demostrado que los pacientes que hacen uso de dispositivos de telemedicina reducen hasta en un 50% la presión arterial y el BNP otro marcador que predice la evolución de la dolencia», señala Domingo Orozco, responsable de la Unidad de Investigación del Hospital de Sant Joan. Un mejor control de la insuficiencia cardiaca que se traduce en un descenso en la asistencia a Urgencias, a las consultas de los especialistas y en menos ingresos hospitalarios.

Los investigadores también han detectado un descenso de mortalidad con la aplicación de estos dispositivos, «una tendencia que tendrá que ser ratificado por estudios en los que se incluya a un mayor número de pacientes», añade Vicente Bertomeu, cardiólogo y jefe de servicio en el Hospital de Sant Joan hasta su reciente jubilación, cuando tomó las riendas del servicio y también del estudio Pilar Zuazola.

En la investigación, desarrollada a través de Fisabio y financiada con cien mil euros por el Instituto de Salud Carlos III, han participado 220 enfermos que han sido monitorizados durante seis meses. A 117 se les daban estos dispositivos de telemedicina y al resto simplemente se les hacían controles para poder comparar las diferencias entre ambos grupos.

Los pacientes a los que se les aplicaba la telemedicina disponían de tablets conectadas al peso y a aparatos de presión arterial proporcionadas por Telefónica. También relojes de actividad física. Estos dispositivos inalámbricos envían los datos a los ordenadores de los médicos y permiten actuar de manera rápida si el paciente se descompensa. Para ello, una enfermeras se encargaba de contactar con los pacientes para citarlos en caso de que algún parámetro no estuviera dentro de la normalidad.

Dispositivos con el que los pacientes controlaban su enfermedad. | ALEX DOMÍNGUEZ

Tras el periodo de evaluación, aproximadamente la mitad de los enfermos que participaron en este estudio mejoraron en su presión arterial y en el BNP. «También hemos observado que el grupo que no tenían dispositivos mejoraban, por el hecho de que se hacía un seguimiento más estrecho de la enfermedad, lo que indica la necesidad de crear unidades específicas para estos enfermos», señalan Orozco y Bertomeu. Este estudio también ha arrojado un descenso en la mortalidad del 30% en los pacientes con insuficiencia cardiaca. Este dato ser ratificado por estudios más amplios, pero indica una tendencia. Al margen de la mejoría en salud, este estudio ha posibilitado que los pacientes se impliquen más con su enfermedad y estén más empoderados, lo que a la larga determina un mejor control de la enfermedad.

Cerca de 20.000 personas en la provincia de Alicante padecen insuficiencia cardiaca, una dolencia provocada por la incapacidad del corazón de bombear la sangre que el organismo necesita. De estos pacientes, la inmensa mayoría son mayores de 75 años. Y es que una de las causas del incremento de esta dolencia es el envejecimiento de la población y los factores de riesgo que se asocian a él, como la hipertensión o la diabetes.

La insuficiencia cardiaca supone la primera causa de ingreso hospitalario y representa el 30% de todas las hospitalizaciones del área de Cardiología. Un estudio publicado por la Revista Española de Cardiología concluye que la insuficiencia cardiaca consume enormes recursos sanitarios: es la primera causa de hospitalización de mayores de 65 años y representa el 3% de todos los ingresos hospitalarios y el 2,5% del coste de la asistencia sanitaria.

Estos datos ponen de manifiesto, a juicio de Orozco y Bertomeu, como es preciso reorientar los sistemas sanitarios para atender mejor la enfermedad. «La telemedicina es un apoyo al que no todos los pacientes llegan y puede ser útil para determinados momentos».

De ahí la necesidad de reorganizar los servicios para incrementar la atención directa sobre estos pacientes de cara a reducir las complicaciones derivadas de esta enfermedad, y con ellas la mortalidad.

Enfermos con más mortalidad a causa del covid

Una investigación retrospectiva de la Sociedad Española de Medicina Interna basada en datos de 16.461 pacientes revela que la mortalidad fue más elevada entre los pacientes que se complicaron de forma aguda por insuficiencia cardíaca durante el ingreso (53%) que entre los que ya tenían esta condición previa de forma crónica a su ingreso en el contexto de la infección (45%). Los factores de riesgo de muerte al ingreso de pacientes con insuficiencia cardíaca hospitalizados por covid fueron: edad mayor de 80 años, dependencia severa y taquicardia.

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