Poco a poco la recuperación empieza a llegar para el sector turístico, y en concreto para los cruceros. Esta semana la ciudad de Alicante bate un récord al recibir a unos 10.000 turistas que llegarán hasta el domingo a bordo de seis barcos. Se trata de la semana del año con mayor movimiento de pasajeros, según ha confirmado Francesco Balbi, director general de la Asociación por el Turismo de Cruceros. Turistas que llegan además en una semana marcada por el puente de la Hispanidad, que en la provincia ha sido especialmente bueno, con una ocupación hotelera del 72%, similar a la registrada antes de la pandemia.
La semana de cruceros arrancó con la llegada de dos barcos con 2.300 turistas a bordo. El primero en entrar al puerto, a las 6.30 de la mañana, fue el Celebrity Apex, con 1.400 pasajeros americanos. Es la primera vez que este crucero, procedente de Barcelona y con el siguiente destino en Cartagena, ha hecho escala en la ciudad de Alicante. El segundo barco en atracar, en torno a las 8 de la mañana, fue un habitual del puerto de Alicante. Se trata del Aida Perla, que visita la ciudad cada dos semanas. A bordo, 1.900 turistas alemanes, que recalaron en la ciudad procedentes de Palma y después siguieron navegando con destino a Ibiza. Este martes llegó el Aidastella, con 1.400 pasajeros alemanes. A lo largo de la semana recalarán otros tres buques.
Para finales del mes de octubre está previsto que el puerto de Alicante reciba uno de los mayores cruceros de la compañía MSC, el Virtuosa, con una capacidad máxima de 6.000 pasajeros. Sin embargo, la limitación de aforos por la pandemia está haciendo que los barcos viajen a un 60% de su capacidad. De haberse mantenido los aforos habituales, hubieran sido más de 15.000 los turistas llegados esta semana en crucero a la ciudad.
Ascensor
Nada más bajar a tierra, los turistas dividen entre las excursiones organizadas para conocer los rincones más emblemáticos de la ciudad y las rutas que hacen por libre. El ascensor del Castillo sigue cerrado, así que quienes acceden a la fortaleza estos días lo tienen que hacer, bien en los microbuses de las excursiones organizadas por las navieras, andando, en taxi o vehículo VTC .
Francesco Balbi confía en que pronto se solucione el problema del acceso al Castillo. «Hemos mantenido conversaciones con el Ayuntamiento y sabemos que se está buscando una solución». La falta de transporte público para acceder a la fortaleza ha llevado al bipartito a plantearse presentar de forma independiente el proyecto de lanzaderas, que costaría 300.000 euros, desgajándolo del paquete de mejoras del transporte público en el que estaban incluidas sin esperar a que se adjudique el nuevo contrato del servicio de transporte en autobús, que se prevé para 2022. El bipartito espera tener listo el proyecto en un par de meses.
Respecto a la puesta en marcha del ascensor que sube hasta el Castillo, y que lleva sin funcionar toda la pandemia, fuentes del Patronato de Turismo señalan que «se está a la espera de un informe de prevención de riesgos laborales para su reapertura».
El puerto de Alicante tiene previsto acoger entre octubre de este año y diciembre de 2022 un total de 97 escalas de cruceros -35 en los próximos tres meses y 62 entre enero y diciembre del año que viene-, lo que devolverá este tráfico a los buenos tiempos, superando incluso al último gran año, que fue 2019 con 59 cruceros.
Las excursiones, la gran asignatura pendiente
Pese a las buenas perspectivas que se esperan para el sector de cruceros, la ciudad sigue teniendo asignaturas pendientes, como se puso de manifiesto recientemente en la IV jornada organizada por la Asociación Alicantina de Turismo de Cruceros. Expertos en este mercado y del puerto han coincidido en destacar que Alicante continúa siendo un destino muy atractivo para las navieras que, no obstante, siguen exigiendo a la Administración que mejore la oferta y, en concreto, el programa de excursiones que se ofrece a los cruceristas que bajan del barco en Alicante. Otro de los grandes objetivos es conseguir una conexión aérea directa con EE UU para tratar de captar a los cruceristas de EE UU que navegan por Europa.
