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Los alumnos de FP que hacen prácticas en Europa se multiplican por cinco en un curso

La media de dos Erasmus por centro se dispara este curso hasta superar la decena - Jóvenes del IES Canastell animan a sus compañeros a salir fuera tras lograr contratos de trabajo en Londres y Dublín

Prácticas de FP del ciclo de Emergencias en el Instituto Leonardo da Vinci. | PILAR CORTÉS

Los institutos de FP multiplican este curso por cinco los alumnos que se van a hacer prácticas a Europa. La media de dos a tres estudiantes con contratos de prácticas en empresas europeas se ha disparado y superan la decena en todos los centros consultados.

Se trata de los módulos obligatorios de las prácticas de FP en centro de trabajo, que se han abierto de forma exponencial hacia los países europeos.

Esta misma semana, con motivo de la celebración de las Jornadas Erasmus organizadas por los profesores Tono García y Cristina González en el Instituto Canastell, dos ex alumnas han participado a partir de sendos vídeos dirigidos a sus compañeros, en los que explican su experiencia en Londres y Dublín, donde han conseguido quedarse con un puesto remunerado después de hacer las prácticas.

«Me dieron la oportunidad de quedarme después de tres meses de prácticas y me eché para delante». Laura Pastor trabaja en una empresa londinense de Sanidad Ambiental haciendo análisis microbiológicos de las aguas de la ciudad para preservar la salud.

«Estaba a gusto allí y no tenía visión de futuro en España, así que dije que sí», abunda. Puntúa su experiencia con las prácticas de FP con un 9 sobre 10. «Se lo recomiendo a todo el mundo, no os vais a arrepentir. Abres la mente al cien por cien, aprendes y creces personalmente. Es increíble. No os perdías esta oportunidad. Espero que os atreváis» traslada con gran entusiasmo a los compañeros del instituto presentes en las Jornadas Erasmus.

Los coordinadores del programa destacan el impulso que se ha logrado este curso con las prácticas Erasmus en Europa. «Cada año se iban dos o tres alumnos y esta vez hemos logrado hasta once becas, cada una de ellas para tres meses en el módulo obligatorio de prácticas», señala Tono García.

Las prácticas se relacionan con los distintas familias de FP del instituto, «desde Restauración y Cocina hasta Electricidad y Automoción, lo cubrimos todo», añade.

También Mónica cuenta su experiencia con las prácticas, que la llevaron a Irlanda, donde se ha quedado también a trabajar como chef en un hotel de Dublín a sus 21 años. «Cursé el módulo de Cocina y Gastronomía y estuve un año de Erasmus. Después de acabar las prácticas llevo cuatro meses trabajando como chef de pastelería. Nos acogieron muy bien».

En el Instituto Leonardo da Vinci de Alicante corroboran los datos del Canastell. De tres alumnos en prácticas en Europa han pasado a quince y cinco profesores. «Para mi gusto se iba el instituto entero», subraya Juan Formigós, jefe de ciclos formativos en el centro. «Mi plan es que toda la FP salga a Europa, todos los que sepan inglés», puntualiza.

Actualmente hay estudiantes alicantinos en un pueblo de montaña de la República Checa, del ciclo de sanidad en la rama de auxiliar de Enfermería en un hospital público, y el resto se irán en marzo. Son del ciclo de administrativo, con prácticas en la ciudad de Praga, además de los del ciclo de Bomberos y Emergencias y algún técnico de ambulancia y de Mecánica, a Francia.

«Lo más interesante para el alumnado es la experiencia», abunda el profesor. Y es que hay estudiantes que no han ido más allá de Benidorm y salir unos meses «les supone un trauma porque van a países, dicen, donde no se habla castellano, a pesar de que ellos salen con un examen previo de inglés».

Este instituto ha suscrito acuerdos con las empresas europeas de forma que todos los años a partir de ahora se comprometen a recibir alumnos de prácticas españoles «procedentes de Alicante», indica Formigós.

Brecha

Las Jornadas Erasmus del Canastell ponen el acento, por otra parte, en el propósito de disminuir la brecha digital que se ha evidenciado durante el confinamiento por la pandemia.

Los coordinadores advierten de que la educación digital crea desigualdades desde el momento en el que no todos los alumnos tienen acceso a los medios, y en el plan Erasmus se han propuesto «poner los cimientos» para que esto no suceda, destaca Tono García. Cristina González advierte de que se detectó a alumnos que no sabían enviar un mail o que en el apartado del asunto escriben la totalidad del texto. «Lo damos a conocer desde el Erasmus para que sean aptos en la digitalización», concluye.

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