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Hostelería, cadenas de alimentación y ONG se alían para evitar el desperdicio de comida

De las 57.000 toneladas de alimentos que acaban cada año en el cubo de la basura, la mayor parte pertenece a los hogares

En el restaurante César Anca colaboran con la ONG Sintigo, a la que le suministran una vez a la semana menús para distribuir entre familias pobres PILAR CORTÉS

El objetivo, que la comida no termine en el cubo de la basura. El Gobierno está trabajando en la primera ley que tratará de reducir el desperdicio alimentario, o lo que es lo mismo, dar una solución a esos 31 kilos de comida por persona que cada año se desaprovechan, según cálculos del propio Ejecutivo. En la provincia supondría en torno 57.000 toneladas anuales, la mayoría procedentes de los hogares.

Productos rebajados en Carrefour para evitar el desperdicio alimentario. | PILAR CORTÉS

La futura Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario pretende establecer un modelo de buenas prácticas para evitar el desperdicio de alimentos con actuaciones en toda la cadena alimentaria, desde el origen en el propio proceso de cosecha, hasta los hábitos de consumo en los hogares y en la restauración. Conscientes de la necesidad de reducir este despilfarro de comida, supermercados, restaurantes y tiendas de alimentación de la provincia han puesto en práctica durante los últimos años numerosas iniciativas para evitar tirar la comida.

Una de las principales novedades del texto es que obliga a los supermercados y restaurantes a donar la comida que les va a caducar a empresas sin ánimo de lucro o bancos de alimentos. En este sentido, deberán suscribir convenios con las organizaciones receptoras en los que se debe recoger específicamente las condiciones de recogida, almacenamiento y transporte y la selección de alimentos, entre otros aspectos.

En la provincia de Alicante, la donación de alimentos a ONG y comedores sociales por parte de supermercados es una realidad que ha ido aumentando en los últimos años. Con la pandemia, además, está suponiendo el salvavidas para muchas de estas entidades, ya que las ayudas por parte de la administración apenas han crecido. Desde Asucova, la Asociación de Supermercados de la Comunidad Valenciana, cifran en 4.000 las toneladas de alimentos donadas en la Comunidad Valenciana por parte de sus establecimientos asociados: Mercadona, Consum, Mas y Más y grupo Musgrave. Desde esta entidad defienden que la distribución sólo representa el 5% del desperdicio alimentario «ya que una de las claves para ser competitivos en nuestro sector es vender absolutamente todo lo que tienes, no estocar», señala Pedro Reig, director de Asucova. A la espera de conocer el texto definitivo de la nueva ley, Reig cree que una cuestión indispensable que de momento no se ha abordado es la del régimen fiscal de los alimentos que se donan. «Donar supone un gran esfuerzo logístico, para que encima tengas que asumir el IVA y no vender el producto».

Además de colaborar con ONG, la norma prevé que las empresas distribuidoras de alimentos incentiven la venta de productos con fecha de consumo preferente o de caducidad próxima. Los establecimientos de mayor tamaño deberán contar con líneas de venta de productos considerados feos, imperfectos o poco estéticos que estén en condiciones óptimas de consumo. Así mismo deberán incentivar la venta de alimentos de temporada, de proximidad, ecológicos y ambientalmente sostenibles y a granel, y mejorar la información sobre el aprovechamiento de los mismos.

Almudena Espuch prepara bandejas para servir a través de una app que evita tirar comida. | PILAR CORTÉS

En la provincia ya se pueden encontrar establecimientos que aplican estas medias, como es el caso Carrefour, entre otros establecimientos. Fuentes de la cadena de distribución en Alicante explican que disponen de neveras con productos rebajados por contar con una fecha de caducidad más reducida. También ofrecen promociones del 25% de descuento en aquellas hortalizas que cuentan con formas menos atractivas pero que tienen el mismo sabor y calidad. Otra de las medidas para evitar el despilfarro alimentario es que productos como los croissants y el pan que no se han consumido en ese día se ofrecen tostados a un precio más económico.

Pero al margen de las cadenas de distribución, la nueva ley contempla medidas para los restaurantes y bares, entre ellas que también colaboren con ONG para entregarles los alimentos que sobren y que cuenten de manera obligatoria con recipientes para que los clientes que lo deseen puedan llevarse la comida que les sobra.

Desde el sector hostelero defienden también que en su negocio está muy integrada la cultura de evitar el desperdicio. «Todo lo que se puede aprovechar, lo aprovechamos. Si preparas un pescado, utilizas las espinas para hacer un caldo… y así con todo», explica César Anca, presidente de Asociación de Restaurantes de Alicante. Muchos restaurantes también se han sumado a colaborar con ONG y comedores sociales para darles alimentos que les sobran o directamente para darles menús preparados para ser distribuidos directamente entre las familias. En el caso de César Anca, entregan semanalmente alimentos a la ONG Sintigo. Para el vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Alicante, Miguel García, a falta de conocer también la letra pequeña de la nueva norma, el uso de envases para ofrecer a sus clientes la comida que les ha sobrado es una realidad plenamente implantada en bares y restaurantes. «La gente te lo pide y no solo para llevarse la comida que les sobra, también es cada vez más habitual que te llamen por teléfono y hagan encargos de comida para llevar a casa».

La tecnología también se ha aliado para prevenir el desperdicio de alimentos. En el último año hay un auge de app para que bares, restaurantes y establecimientos que venden comida cuelguen ofertas de última hora con productos que les van a sobrar. Y cada vez son más los locales adheridos. El establecimiento de comida para llevar de Almudena Espuch, pollos asados El Polse, es uno de ellos. «Cada vez tengo más pedidos, la verdad es que es muy útil, porque puedes ir subiendo a lo largo de la mañana las ofertas en previsión de lo que ves que va a sobrar», señala esta empresaria.

Frutas, verdura y lácteos, lo que más acaba en la basura

Entre los productos sin utilizar que más se desperdician en los hogares se encuentran las frutas y hortalizas y las verduras, con un 46% del volumen de productos sin utilizar, seguido de los derivados lácteos (13%), según un estudio del Gobierno que se realizó en el año 2018.

Por lo que respecta a alimentos cocinados, los platos basados en legumbres, sopas, cremas y purés, y los platos con base de carne y con base de arroz son las recetas que más terminan en el cubo de la basura. Los desperdicios más significativos en este apartado son las lentejas, ensalada verde y tortilla de patata. Asimismo, 8 de cada 10 hogares reconocen tirar alimentos y bebidas a la basura. Andalucía es la región que más volumen de productos sin utilizar desperdicia, seguida del Levante.

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