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Los centros de mayores permanecen cerrados pese al fin de las restricciones

El Ayuntamiento atribuye la situación «a los exigentes» requisitos del Consell mientras los usuarios preparan una concentración para reclamar su apertura

Imagen del centro de mayores de San Gabriel. | HÉCTOR FUENTES

«No podemos entender cómo abren las discotecas y permiten los conciertos y los centros de mayores siguen cerrados». Esta queja de Jesús Gómez de Villavedón, representante del centro de mayores de Urbanova, resume el sentir de los usuarios de estas instalaciones dependientes del Ayuntamiento de Alicante y que dan servicio a 28.000 usuarios.

Critican que pese al alivio de las restricciones, estos centros permanecen prácticamente cerrados a cal y canto. «Sólo se permiten contadas actividades, en grupos muy reducidos. Pero no se permite que accedamos a la cafetería, que podamos hacer nuestras partidas o simplemente ir a leer el periódico», lamenta Agustín Conesa, representante del centro de mayores de San Gabriel. Centros que están cerrados «mientras los mayores pasan el día sentados en bancos en la calle porque no tienen otro entretenimiento», lamenta Conesa. Ante esta situación, 16 colectivos de mayores han pedido ya permiso para concentrarse el próximo 28 en el pleno municipal.

Desde el Ayuntamiento señalan que hoy precisamente hay una reunión de la Concejalía de Acción Social con todas las asociaciones de mayores para abordar el asunto de la apertura de los centros y achacan parte de lo que está ocurriendo a los «exigentes requisitos que plantea la Generalitat para la apertura de los centros de mayores».

Sin embargo, desde Compromís, el edil Rafa Mas, atribuye lo que está ocurriendo a la falta de conserjes para estas instalaciones. «De los 18 centros que hay, solo tres cuentan con conserje. El resto carecen de esta figura y se son personas voluntarias de 70 o 80 años las que se responsabilizan de abrir y cerrar estos centros». Así, añade Mas, «es imposible controlar las medidas de seguridad, no porque no se pueda, sino porque no hay conserjes. No es una cuestión de protocolos, sino de que son personas mayores las que se ocupan de estas instalaciones, con el riesgo de que puedan contagiarse».

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