Apenas dos días después de que un informe sobre el nivel tecnológico y de conexión de los centros educativos revelara que solo uno de cada cinco en la Comunidad dispone de medios para avanzar en la digitalización de la enseñanza, el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, número dos del departamento que dirige Vicent Marzà, subraya ante los directores de institutos de Secundaria reunidos en sus XII Jornadas ADIEs-PV, que entre las materias a impartir en Secundaria y que recogerá la nueva ley educativa, Lomloe, figuran tanto Robótica como Inteligencia Artificial.
«Hacen falta un conjunto de disciplinas que permitan desarrollar estas nuevas competencias junto a la Ingeniería Tecnológica que, pese a que no corresponden a un ámbito determinado, forman en habilidades necesarias para dar respuesta a los retos del siglo XXI. Contando con los profesores de Informática se introducirán en la ESO la Robótica y la Inteligencia Artificial», adelantó Soler, en respuesta a una de las directoras que en el turno de preguntas, tras la exposición del secretario autonómico, puso el acento en la brecha de conocimientos digitales existente incluso entre docentes y alumnos.
«Nosotros seguimos usando las tecnologías básicamente para obtener información -precisó la docente- y ellos (por los alumnos) para la información y la comunicación. Sus conceptos no son los nuestros», advirtió, recalcando que la Cultura Digital es una «herramienta básica que solo dan los que la cogen como optativa».
Soler abundó, siempre en relación a los contenidos y formas de enseñar, que introduce la nueva ley para el curso que viene en los cursos impares, primero y tercero de Secundaria, que las ecuaciones siguen haciendo falta, «pero enfocadas a saber aplicar los conocimientos que trabajamos en las distintas disciplinas, para poder resolver los problemas que plantea la vida».
En la misma línea de la revolución digital que rodea al mundo de la enseñanza, el responsable educativo anunció que en el plazo de dos años está previsto formar a «más de 60.000 profesores» entre los 78.000 que conforman la actual plantilla en todos los niveles educativos no universitarios.
Planes
Puesto en marcha el proceso de digitalización ya en Formación Profesional, gracias a los fondos europeos para la compra a su vez de equipos, Soler afirma que «vamos a digitalizar más de 25.000 aulas» en los centros educativos, que dispondrán de «pantallas interactivas táctiles y otros elementos», junto a un plan de formación docente «muy potente para que los elementos sean útiles y no se limiten a hacer fotos de una pantalla. Vamos a trabajar en las aulas ordinarias acompañando con todo el material necesario», añadió.
Incluso, tal y como reclamaban desde estas mismas páginas los investigadores autores del informe sobre la necesaria digitalización en las aulas, está previsto en la Comunidad que un centenar de profesores especialistas se desplacen por todos los centros «entre este curso y el siguiente, para elaborar el plan digital de cada centro».
A partir del diagnóstico en cada uno de los centros, se elaborarán las directrices necesarias para alcanzar una competencia digital de referencia, similar al existente para las lenguas. De esta manera, los 60.000 profesores a formar tendrán un nivel medio o B2 en competencia digital, «y a partir de ahí irán ascendiendo a nivel superiores».
Asimismo, el secretario autonómico, que recibió una ovación de los directores tanto tras su exposición como tras responder puntualmente a cuantas cuestiones se le plantearon, advirtió de que Educación va a obligar a todos los institutos a contar con cursos de FP Básica «en el plazo máximo dedos o tres años» porque, dijo «tenemos que ser capaces de dar una respuesta adecuada a quienes no adquieren los conocimientos básicos de Secundaria para seguir con su formación».
Fracaso
Recalcó que la organización de los horarios del profesorado es labor de cada centro, e invitó a los responsables de institutos a hacer uso de esta autonomía para poder reforzar adecuadamente la enseñanza entre el 25% de alumnos que desde hace ya veinte años mantiene los mismos niveles de fracaso escolar «que hay que ir reduciendo». Soler concluye que ni el aumento de profesorado ni la reducción de la ratio estos últimos años, han mostrado ser medidas suficientes para poder conseguirlo.
