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Los aceleradores de Amancio Ortega reducen las secuelas de la radioterapia y ahorran a Sanidad 9.000 € por paciente

El equipamiento instalado en el Hospital de Sant Joan logra disminuir el número de sesiones a pacientes con cáncer y desarrollar nuevas técnicas que hasta ahora solo ofrecían las clínicas privadas

Uno de los aceleradores donados al Hospital de Sant Joan. ALEX DOMÍNGUEZ

Menos sesiones, menos radiación y menos efectos secundarios para los pacientes. La instalación de dos nuevos aceleradores para aplicar radioterapia a enfermos de cáncer ha permitido al servicio de Oncología Radioterápica del Hospital de Sant Joan administrar los tratamientos a pacientes con tumores de mama y próstata en menos sesiones, reduciendo de esta manera la posibilidad de dañar órganos vitales. En algunos casos, el número de sesiones se ha podido reducir de 20 a tan solo 4 o 5. «De esta manera mejora y mucho la calidad de vida de los pacientes», señala Gabriel Vázquez, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital de Sant Joan.

Este servicio es de referencia para la provincia y asume a los pacientes de toda la ciudad de Alicante, a los que se derivan de Orihuela y a los enfermos de cáncer de próstata de Elche. El objetivo a corto y medio plazo es asumir también a los enfermos de los departamentos de La Vila y Elda.

Las nuevas máquinas fueron donadas por la Fundación Amancio Ortega y han comenzado a funcionar este año después de acometer una obra de gran envergadura, ya que para la instalación de ambos aceleradores era necesario construir previamente los bunkers para albergar estas máquinas. «También había que incorporar un TAC específico para la preparación de los tratamientos y remodelar parte del semisótano del ala norte del hospital para crear una sala de espera y consultas médicas», explica Vázquez.

Estos nuevos aceleradores permiten tratar tumores cerebrales, de pulmón, de cabeza y cuello, de mama, digestivos, de próstata, de matriz y de útero, entre otros. La tecnología «es la más puntera que existe en este momento» y ha permitido a los médicos de Sant Joan formarse en nuevas técnicas que hasta el momento no podían ofrecer debido a la obsolescencia de las máquinas con las que trabajaban.

«Las máquinas, por ejemplo, permiten controlar la respiración de las pacientes con carcinoma de mama izquierda durante la aplicación de la radioterapia, de manera que se reducen las dosis de radiación al pulmón y al corazón». También se han desarrollado nuevas técnicas para tratar con radiocirugía cerebral tumores de pequeño tamaño con metástasis y también lesiones pulmonares, de los huesos y de los ganglios, tratamientos, añade Gabriel Vázquez, «que antes teníamos que derivar porque no disponíamos de la tecnología adecuada». En el caso de tumores cerebrales, de cabeza y cuello, digestivos y pélvicos, los nuevos aceleradores suministran la radiación a la zona afectada mediante un giro continuado, lo que permite que la dosis llegue de forma precisa adaptándose a la forma del tumor y al mismo tiempo reducir la dosis en los órganos de alrededor.

Actualmente están recibiendo tratamiento con estas máquinas nuevas entre 60 y 70 pacientes diarios. El coste de cada tratamiento es de unos 9.000 euros, que antes, en la mayor parte de los casos tenían que ser derivados a la privada por falta de tecnología. «Al año el ahorro estimado es de unos 500.000 euros, ya que derivábamos a la privada uno 50 pacientes», señala Vázquez.

El responsable de Oncología Radioterápica del Hospital de Sant Joan recuerda que la radioterapia es actualmente una de las armas para luchar contra el cáncer, junto a la quimioterapia y la cirugía e interviene, por si sola o asociada a otros tratamientos, en la curación del 40% de los pacientes oncológicos. Para poner en marcha estos nuevos aparatos, la dirección del hospital ha ampliado la plantilla del servicio con cuatro médicos, ocho técnicos y dos radiofísicos más.

En el año 2017 la provincia de Alicante recibió de la mano de Amancio Ortega cerca de 10 millones de euros para paliar el déficit de tecnología que padecen los hospitales públicos para el tratamiento de los pacientes con cáncer. El más beneficiado de esta inversión fue el Hospital de Sant Joan. En este centro sanitario la inversión alcanzó casi seis millones de euros para adquirir los dos aceleradores y una segunda resonancia. El empresario también donó 400.000 euros a este centro sanitario para poner en marcha un servicio de preparación de los radiofármacos que necesitan los pacientes para el diagnóstico y tratamiento del cáncer.

El Hospital General de Elche recibió otro acelerador. En este caso, sin embargo, lleva montado desde el mes de enero, pero aún no ha entrado en funcionamiento por problemas de personal.

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