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El Gobierno se olvida de la reforma de la autovía más peligrosa de Alicante

El Ministerio de Medio Ambiente dio vía libre en noviembre de 2009 a la remodelación sin que se haya iniciado la obra en el mayor punto negro de la provincia, con un tráfico de 60.000 vehículos al día y 50 accidentes al año

Un camión se incorpora a la autovía en el tramo Petrer-Sax, uno de los más peligrosos de la autovía A-31. | ÁXEL ÁLVAREZ

La autovía Alicante-Villena cumple este mes de noviembre 12 años desde que el entonces Ministerio de Medio Ambiente aprobara la declaración de impacto ambiental positiva para su remodelación, actuación urgente que, sin embargo, sigue en el cajón, pese a tratarse de un autovía de las llamadas de primera generación, que se construyó desdoblando la antigua carretera nacional. El Ministerio de Transportes ha vuelto a dejar fuera de los presupuestos la construcción del demandado tercer carril en cada sentido entre Alicante y Sax, uno de los grandes, sino el principal, «punto negros» (conflictivos para Tráfico) de la provincia, al registrar una media de 50 accidentes al año, muchos con víctimas mortales. Los tramos más peligrosos se localizan entre Villena y Sax, Petrer y Novelda y Novelda-Monforte. En muchos de los tramos entre Alicante y Monforte del Cid, la carretera no cumple los estándares de calidad de una autovía, pese a que en jornadas punta puede alcanzar una intensidad de tráfico de 60.000 vehículos/día. Además, circular todas las mañanas se multiplican los atascos en dirección a Alicante entre Novelda y Monforte y en la entrada la Universidad de Alicante.

El diputado de CS, Juan Ignacio López-Bas ha presentado una batería de preguntas parlamentarias entre las que incluye si el Gobierno puede garantizar oficialmente que la autovía cumple con los estándares de calidad, algo de los técnicos dudan y que ratificaría el por qué de las decenas de accidentes que se producen cada año. Ciudadanos también denuncia que sigue sin resolverse la conexión de la autovía con la estación del AVE de Villena, inaugurada en junio de 2013.

La autovía A-31 es una de las más transitadas y peligrosas de España debido a su condición de nexo de unión viaria entre la Costa Blanca y Madrid. El último trámite que faltaba para licitar las obras fue la declaración ambiental favorable en 2009, pero llegó la crisis y el Ministerio de Fomento archivó el proyecto al no encontrar constructoras que estuvieran dispuestas a asumir la inversión por el denominado «sistema alemán» (la iniciativa privada adelanta las obras y el Estado le paga a plazos).

La autovía se construyó en los años 80 del siglo XX desdoblando la antigua nacional, y es de las pocas que queda de primera generación. Está mal peraltada y tiene limitada, incluso, la velocidad en algunos tramos a 90 km/hora. El Ministerio de Medio Ambiente desbloqueó en julio de 2009 el proyecto para remodelar el tramo alicantino de la autovía, en concreto los 73 kilómetros que separan Alicante de Villena, con la publicación en BOE de la declaración de impacto ambiental favorable, documento que se esperaba dos antes y que había comenzado a tramitarse en 2004. Fomento llegó, incluso, a licitar en 2007 por 395 millones de euros la primera fase. El proyecto lo iba a ejecutar la iniciativa privada mediante el pago por el sistema de peaje en sombra (la adjudicataria construía la autovía y el Estado le abonaba la tarifa en función del número de vehículos). Básicamente, se contemplaba la adecuación y reforma del trazado para dotarla de confort y mayor seguridad vial con una velocidad de proyecto de 100 kilómetros a la hora y una reordenación de los accesos El objetivo era, y es, la remodelación del tramo para ajustarlo a las condiciones técnicas que exige una autovía actual.

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