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Negocios en la Rambla: cinco veces más locales de hostelería que comercios

La restauración acapara las nuevas aperturas - El comercio reclama al Ayuntamiento medidas para equilibrar la actividad económica en el centro

Mesas y sillas de negocios hosteleros en la Rambla de Alicante, en una imagen de ayer. | HÉCTOR FUENTES

La desaparición de tiendas tradicionales en los años ochenta y el cierre de negocios con la crisis de 2008 abocó a la Rambla de Alicante a un ocaso del que ha salido reforzada la hostelería, que copa la emblemática avenida, con una treintena de establecimientos frente a media docena de tiendas contando un estanco, un despacho de lotería y una franquicia en la que el pequeño comercio confía como motor para arrastrar a otras marcas a ocupar con su actividad los escasos locales disponibles. De momento sin éxito puesto que la restauración acapara las nuevas aperturas, media docena en los últimos meses, desde un local de comida rápida a una heladería y restaurantes. Próximamente la oferta aumentará con una cafetería en el local que ocupaba una entidad bancaria, ahora en obras de reforma.

Las asociaciones sectoriales del pequeño comercio reclaman a las administraciones en general y al Ayuntamiento de Alicante en particular una estrategia para equilibrar la actividad económica no solo en la céntrica arteria sino en todo el Centro Tradicional ante lo que califican como «monocultivo» de la hostelería y el ocio.

«Cada vez que nos sentamos con el gobierno local reivindicamos medidas para potenciar todo el eje desde Castaños hasta el Casco Antiguo y desde la plaza de España a la Explanada, con el Mercado Central como locomotora, para hacer un gran centro comercial abierto, que es lo que toca en estos tiempos en que tanto se habla de economía sostenible», apunta Vicente Armengol, presidente de la Asociación Corazón de Alicante y vicepresidente de la patronal del pequeño y mediano comercio de la provincia de Alicante Facpyme.

Este tejido económico insta a las autoridades locales a salir fuera de la provincia y a contactar directamente con las principales firmas nacionales e internacionales para ofrecerles los locales que se queden vacíos en arterias céntricas y emblemáticas de la capital como la Rambla y la Explanada. El objetivo, «lograr un mayor flujo de negocio comercial y contrarrestar la actividad hostelera y de ocio que hay en el centro de Alicante». Es decir, buscar empresas comerciales «igual que hacen con las digitales» para evitar la desaparición total del comercio en arterias como la Rambla y la Explanada, donde en los últimos años se han destruido una veintena larga de tiendas.

Las asociaciones sectoriales consideran que la supervivencia del comercio en el Centro Tradicional está amenazada y que se está dejando perder el «diamante en bruto» de Alicante, una zona donde «hay restauración y vida cultural gracias al Teatro Principal y a los cines, que, con las tiendas, son pilares básicos. Hay que dar visibilidad a las tiendas, buscar enseñas internacionales y evitar el monocultivo de la hostelería en favor de una oferta mixta».

Los hosteleros, por su parte, entienden que la Rambla ha transformado su modelo económico con los años hacia la restauración y que hay negocio para todos los que se han implantado.

«Es muy complicado instalar una alternativa a la hostelería en la Rambla, donde si pones una oferta de restauración un poco diferente y original tienes garantizados dos o tres años de negocio», afirma el presidente de la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa), Javier Galdeano. «La Rambla está llena de locales de hostelería porque es lo que el mercado demanda. Quizá si la ciudad crea una actividad con los cruceros más intensiva tendrían cabida tiendas de moda en la Rambla pero tendría que ser con una estrategia muy razonada». Galdeano explicó que la Rambla es considerada Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), lo que complica la instalación de pubs por criterios de distancia a locales ya instalados en el Casco Antiguo, de ahí la proliferación de establecimientos de restauración rente a los locales de ocio, cuyas nuevas aperturas son de carácter residual.

Por su parte, César Anca, presidente de la Asociación de Restaurantes (ARA), señaló que el problema del desequilibrio entre oferta y demanda entre sectores se da en la mayoría de ciudades. «Pasó con las panaderías y las peluquerías, y ahora con la hostelería. Tanta masificación de lo mismo no es beneficioso, sino más bien al contrario».

Alquileres de 8.500 € mensuales que ahuyentan a los emprendedores

Los precios de los locales comerciales en la Rambla tampoco ayudan a la implantación de emprendedores con nuevas ideas de comercio. Hay locales disponibles, uno de ellos de 430 metros cuadrados que además cuenta con licencia de restauración, y una esquina de grandes dimensiones que acogió una zapatería que lleva en el mercado desde hace un par de años pero a la que no se logra dar salida. El coste del arrendamiento oscila en la Rambla entre 7.500 euros y 8.500 euros mensuales. Los últimos locales que han abierto en la céntrica avenida son de hostelería, en los bajos de un edificio de nueva construcción esquina con la calle San Isidro; en la antigua joyería Gomis, en la confluencia con Mayor; y otro en la esquina con Santo Tomás. El local de un antiguo banco se está reformando para implantar otro negocio del sector hostelero. Ante este predominio de la restauración, los comerciantes lamentan que no triunfara el proyecto de una conocida marca de moda de implantarse en la Rambla al considerar que habría ejercido de polo de atracción de más negocios de tipo comercial. De cara al futuro, estos pequeños empresarios reclaman apoyos reales con campañas de reconocimiento del comercio local, mejoras en seguridad, iluminación y limpieza, e integrar el comercio en el Patronato Municipal de Turismo.

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