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Dos de cada tres adolescentes con problemas de peso sufre acoso escolar

Sanidad desarrolla un plan para detectar casos de bullying en jóvenes con obesidad e intervenir con la familia y el colegio - Un 40% de los niños de entre 4 y 8 años tiene sobrepeso, y la pandemia ha agravado la situación

Un pediatra pesa a un niño en su consulta de un centro de salud, en imagen de archivo. | PILAR CORTÉS

Sobrepeso, obesidad y bullying van en muchas ocasiones de la mano. Tanto que dos de cada tres menores que tienen problemas con la báscula reconoce haber sido objeto de burla por parte de sus compañeros de aula o de colegio. Muchas de estas burlas llegan a través de las redes sociales o de los teléfonos móviles, como recogen diferentes estudios, nacionales e internacionales, y como día a día constatan en sus consultas los pediatras y endocrinos. Sanidad, a través del Hospital de Sant Joan, acaba de arrancar un proyecto pionero encaminado a detectar estos casos de acoso escolar de forma precoz en estudiantes con obesidad, con el objetivo de hacer planes de actuación con el colegio y con la familia encaminados a erradicar el bullying.

La pediatra Ana Pilar Nso, responsable de la consulta de obesidad en este centro sanitario, es la responsable del proyecto. El primer paso del mismo «ha sido adquirir unos test que en base a unas escalas determinadas nos permiten hacer unos diagnósticos más objetivos, porque hasta el momento nos guiamos por lo que nos cuentan los chicos en la consulta, pero hace falta objetivarlo».

Una vez que se detecte el caso de un menor que debido a sus problemas de peso está siendo objeto de burla entre sus compañeros, de lo que se trata es que la maquinaria se ponga rápidamente en marcha para cortar esa situación cuanto antes. «Nuestra idea es alertar a colegios de lo que está ocurriendo y hacer una intervención con las familias para que el niño gane en motivación», añade Nso.

Esta especialista señala que el acoso escolar y la obesidad conforman un círculo vicioso sin que muchas veces se sepa qué es la causa y qué la consecuencia. «Muchos niños comen más por la ansiedad que les genera el que sus compañeros se metan con ellos y hay otros que dicen que no quieren hacer deporte porque temen que sus compañeros se metan con ellos al verlos en pantalón corto o porque son más lentos», lo que agrava la situación de los menores.

Un rasgo común que comparten casi todos estos niños es la baja autoestima, señala Nso, «creen que de este círculo no van a poder salir». El problema del acoso escolar en estas situaciones es más intenso conforme mayor es el joven y es más frecuente en chicos que en chicas, explica la pediatra del Hospital de Sant Joan. «En algunos casos llega a afectar al 70% de los pacientes, en función de su edad y sexo, pero por lo general se puede decir que más de la mitad de los adolescentes con obesidad sufre este problema»

El aumento del sobrepeso y la obesidad en la población infantil es un problema que preocupa, y mucho a los especialistas, ya que las cifras no dejan de aumentar. Actualmente, el 40% de los niños de entre 3 y 8 años en España tienen más peso del que deberían por su edad, según datos recientes del Estudio Nutricional de la Población Española (Enpe). Si se toma como referencia la población juvenil, hasta los 24 años, las cifras no son más alentadoras, ya que el 34% tiene problemas de control del peso.

39% Chicos con problemas de peso Los problemas de sobrepeso y obesidad afectan en mayor medida a los chicos que a las chicas (28,4%).

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Ana Pilar Nso está convencida de que la pandemia ha agravado estos problemas, no sólo por el confinamiento y por la ansiedad derivada de la incertidumbre, «también es porque se han cancelado muchas actividades deportivas, lo que ha provocado un mayor sedentarismo en los niños». Seis de cada diez consultas de endocrinología en este centro sanitario son por obesidad.

Por sexos, el estudio Enpe destaca que por sexos, el 39,2% de los chicos de entre 3 y 24 años presenta sobrepeso u obesidad frente al 28,4% de las chicas de esa misma edad y que la prevalencia de la obesidad infantil y juvenil en España es de las más altas de Europa, posicionándose en primer lugar Grecia (18%), seguida de Italia (15,2%) y, en tercer lugar, España (14,2%).

El sedentarismo y una dieta inadecuada están detrás de este problema de salud pública. El sobrepeso y la obesidad en la niñez se asocian con mayor probabilidad de ser adultos obesos y con mayor riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles, como pueden ser la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer entre otras alteraciones en etapas posteriores de la vida.

88% De los padres no lo consideran problema La inmensa mayoría de los padres de niños con sobrepeso no creen que sus hijos tengan un problema.

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A mayor pobreza, mayor riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad. Así se desprende del estudio Aladino, del Ministerio de Sanidad, publicado el pasado mes de marzo. El análisis por categorías sociales concluye que las familias con ingresos inferiores a 18.000 euros y cuyos progenitores no tienen estudios superiores ni trabajo remunerado conforman el colectivo más vulnerable al exceso de peso. Una de las causas es que estos niños y niñas tienen peores hábitos alimentarios: acuden más a establecimientos del tipo comida rápida, toman menos fruta diaria y consumen golosinas con más frecuencia. Por contra, los menores de familias con rentas superiores a 30.000 euros con estudios universitarios presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea, con un consumo diario de frutas, verduras, legumbres y pescado y donde el aceite de elección es el de oliva.

De otro lado, el estudio muestra que los progenitores de los menores con exceso de peso no perciben el problema y frecuentemente consideran su peso como normal o sólo como ligero sobrepeso. El 88,6% de los padres de escolares con sobrepeso no lo perciben como tal, según el estudio del que dispone Sanidad. La cifra se sitúa en un 42,7% cuando se trata de obesidad y en el 19,1% cuando el niño o niña sufre obesidad severa.

En cuanto a la calidad de su alimentación, el informe detalla que un 76,2% de los escolares ha de mejorarla. Aunque ha aumentado el consumo de fruta respecto a años anteriores, solo un 20,1% de los escolares la consume habitualmente en el desayuno, mientras que los alimentos que deberían ser ocasionales tales como galletas, pasteles, bollería, batidos, néctares y golosinas se consumen incluso cuatro o más veces por semana, en un porcentaje no desdeñable de escolares.

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