Ciencia al servicio de la investigación criminal. Los avances tecnológicos se incorporan poco a poco a las herramientas de la Policía Científica, que aplica nuevos métodos para identificar a delincuentes y obtener pruebas. Los expertos de la Comisaría Provincial de Alicante han identificado ya este año a casi 200 autores de delitos por sus huellas y en un 20% de las inspecciones han obtenido algún vestigio.
Su trabajo no es patrullar las calles para prevenir el delito ni realizar horas y horas de vigilancia sobre personas sospechosas de estar implicadas en delitos para poner al descubierto su actividad criminal. Su trabajo comienza cuando el delito ya se ha cometido y hay que recabar pruebas para identificar a un delincuente desconocido o reforzar la acusación contra una persona detenida por un hecho delictivo, entre otros asuntos. Son los especialistas en identificación de la Brigada Provincial de Policía Científica de Alicante, unos verdaderos científicos del delito que este año ya ha duplicado los objetivos marcados desde la Comisaría General y han obtenido identificaciones del autor de un hecho en un veinte por ciento de las inspecciones.
Las huellas u otros vestigios que analizan permiten en unos casos poner nombre y apellidos al delincuente al contar ya con antecedentes. De lo contrario, se incluyen en una base de datos que no tiene problemas de memoria. Tarde o temprano el delincuente será probablemente identificado si vuelve a delinquir y es detenido. Así ha ocurrido recientemente con un detenido en Alicante. Sus huellas fueron recogidas y grabadas por un robo cometido hace 25 años en Alicante y, pese a que el delito ha prescrito, el sistema ha reconocido ahora la coincidencia con motivo de la comisión de otro hecho por la misma persona.
Los especialistas de la Brigada Provincial de Policía Científica de Alicante están satisfechos con el resultado de su trabajo. Este año han identificado ya a casi 200 autores de hechos delictivos en Alicante, además del trabajo realizado para averiguar la identidad de alguna persona que ha aparecido muerta.
Una de las novedades en las herramientas de trabajo de la Brigada Provincial de Policía Científica es la inclusión del reconocimiento facial automatizado. Aún está en fase experimental pero se sumará al actual de identificación dactilopalmar -por huellas-. De momento, el Grupo de Identificación ya ha cambiado su denominación por Grupo ABIS, siglas en inglés de Sistema de Automatizado de Identificación Biométrica.
Este sistema, según el inspector responsable del Grupo ABIS en Alicante, es una herramienta «multibiométrica que va a permitir procesar, editar, buscar y almacenar imágenes de huellas dactilares y palmares y rostros de personas».
La estrecha colaboración de los cuatro especialistas del Grupo ABIS con el resto de miembros de la Brigada de Policía Científica, ha permitido la identificación y posterior detención de numerosos delincuentes que han cometido robos, agresiones y abusos sexuales.
Informática Forense
La incorporación del reconocimiento facial automatizado ha estrechado aún más la colaboración del Grupo ABIS con el Grupo de Informática Forense, que cuenta con dos especialistas que analizan el contenido de soportes digitales, dispositivos electrónicos o terminales de telefonía vinculados a un hecho delictivos. Estos agentes desencriptan y recuperan archivos eliminados en busca de evidencias del delito. Analizan una media de 250 dispositivos informáticos y electrónicos y emiten más de 65 informes al año, los cuales se remiten a los juzgados para aportar pruebas contra los autores de infracciones penales.
Buena parte del trabajo del Grupo de Informática Forense se centra en el análisis de dispositivos por investigaciones de producción y distribución de pornografía infantil, aunque también participan en asuntos relacionados con amenazas por correo electrónico o cualquier otro delito en el que se haya usado un soporte digital, electrónico o teléfono móvil.
En una de estas investigaciones, el trabajo conjunto de los especialistas de Informática Forense y del Grupo ABIS, en colaboración con sus compañeros de Delitos Tecnológicos, ha permitido identificar al autor de un delito de abusos sexuales a menores. El análisis de varias imágenes de contenido pedófilo descubiertas en un teléfono móvil incautado al detenido permitió identificarle como el autor de las mismas. Este tipo de identificación ha permitido imputar al pederasta una acusación más grave, la de un delito de corrupción de menores en vez de únicamente por posesión de pornografía infantil. La diferencia es clara. La tenencia está castigada con penas de hasta un año de cárcel y la corrupción de menores, entre 5 y 9 años de prisión.
El ABIS, que integra datos recogidos por la Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y Policía Foral de Navarra, dispone de unos tres millones de huellas que se cotejan con vestigios hallados en el escenario de un delito.
Los especialistas del Grupo ABIS de Alicante tiene que realizar cada año ejercicios con el fin de demostrar sus habilidades y pericia en el manejo de la técnica lofoscópica. En su jornada habitual analizan a diario decenas de imágenes de huellas dactilares y palmares, una labor que no sería posible sin el trabajo previo de sus compañeros del Grupo de Inspecciones Oculares, que recogen vestigios lofoscópicos; de Reseña, que toman las impresiones dactilares a detenidos; y del Laboratorio de Revelado Químico, donde se encargan de sacar huellas latentes en objetos y documentos mediante el empleo de procesos químicos.
