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La Nochevieja Australiana coge fuerza frente a la cancelación masiva de cenas y cotillones

Hosteleros y locales de ocio confían en la comida y el tardeo del 31 para «salvar los muebles» de un Fin de Año marcado por el miedo y pendiente de si se imponen nuevas restricciones

Familias celebran el cotillón infantil de Alicante en 2018, una fiesta que, por ahora, se mantiene. | PILAR CORTÉS

Tomarse las uvas a la vez que lo hacen los ciudadanos que viven en la otra punta del mundo y brindar por el nuevo año doce horas antes de que el viejo realmente haya terminado. La celebración de la denominada Nochevieja Australiana será la fórmula con más adeptos para despedir, el próximo viernes, al 2021 en la provincia. Así lo constatan, al menos, las previsiones con las que trabajan restauradores y empresarios del ocio nocturno de Alicante y de otros municipios, que confían en las comidas y los tardeos para salvar los muebles de otro Fin de Año que se avecina desastroso para la hostelería. «Estamos notando que la gente tiene auténtico miedo a juntarse en tono a una mesa y eso es lo peor que le podía pasar a nuestro sector», lamenta César Anca, el presidente de la Asociación de Restaurantes de Alicante, ARA.

Este lamento se asienta sobre la realidad que se está viviendo estos días en cientos de locales. El miedo a poder contraer el coronavirus, sumado a la incertidumbre de público y hosteleros ante la posibilidad de que se endurezcan las restricciones antes del día 31 por el cariz que está tomando la sexta ola, ha asestado una puñalada mortal a la Nochevieja tradicional. Cancelaciones masivas y freno en seco de las reservas son la tónica que bares y restaurantes llevan sufriendo desde mediados de este mes, lo que ha llevado a muchos negocios, incluso, a bajar la persiana en una noche que, hasta hace muy poco tiempo, era una de las más rentables del año.

César Anca, Asociación de Restaurantes de Alicante Manuel R. Sala

El sector calcula que más de la mitad de los restaurantes de Alicante y también de localidades tan turísticas como, por ejemplo, Benidorm no harán cenas, ni cotillones y ni siquiera abrirán la noche del 31, por lo que fiarán todos los ingresos de ese día a la caja que hagan en horario diurno, un cambio de tendencia que se viene observando de unos años a esta parte y que se ha acabado de consolidar durante la pandemia. «El año pasado, con el toque de queda, la gente no tuvo más remedio que salir a comer y este año parece que también va a ser así, porque tenemos muchas reservas y buenos aforos para comer en Nochevieja y nada, nada, para cenar», mantiene el portavoz de ARA que, sin embargo, matiza que aunque al mediodía se hagan buenas cajas, «el beneficio es mucho menor» que con las tradicionales cenas y galas de Nochevieja, que suelen incluir barra libre y donde el precio siempre es mayor.

«La gente tiene auténtico miedo a juntarse en torno a una mesa y eso es lo peor para nuestro sector»

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Imposible planificar

Además de la escasez de reservas, otro de los motivos por lo que muchos hosteleros han acabado por cancelar las cenas para el 31 ha sido la incertidumbre ante lo que podría pasar de cara a esa fecha. «Ha sido imposible planificar con tiempo porque estamos expuestos a que nos impongan nuevas medidas de un día para otro y, después de todas las comidas y cenas de amigos o empresas que se han cancelado, no nos podíamos arriesgar a quedarnos con más género colgado», mantiene César Anca.

Lalo Díez, Coord. empresarial de ocio y hostelería Alex Domínguez

Esta opinión también es compartida por el portavoz de la Asociación de Bares y Restaurantes de Benidorm (Abreca), Álex Fratini. «No puedes hacer compras el último día porque los productos se encarecen muchísimo y no encuentras muchas cosas que se agotan rápido, pero es que hasta el último día no sabemos lo que va a pasar», mantiene. Y a ello se suma que hay que «contratar personal extra, promocionar los menús y otras tareas que no hemos podido hacer por miedo a que, de la noche a la mañana, cerrasen la hostelería o pusieran toque de queda», agrega el empresario benidormense. No obstante, confía en que de aquí al viernes se animen algo las ventas y que, finalmente, «los restaurantes que van a abrir por la noche, trabajen bien».

«Que salga más o menos gente dependerá de la última hora, de la sensación de seguridad que haya»

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Dos públicos, dos horarios

La Nochevieja Australiana también es la gran esperanza para los locales de ocio, en los que el tardeo es una práctica ya más que consolidada entre el público de 30 años en adelante. Por eso, Lalo Díez, portavoz de la Coordinadora Empresarial de Ocio y Hostelería, no tiene dudas de que la gente acudirá a los pubs de zonas como Castaños o la playa de San Juan, aunque reconoce que la cantidad de público acabará dependiendo de «la sensación de seguridad que haya en ese momento y de si se coge más o menos miedo a salir».

Álex Fratini, Asociación bares y restaurantes de Benidorm INFORMACIÓN

Canceladas las fiestas municipales en todas las grandes ciudades, el sector apunta que «también va a haber público por la noche, en este caso entre la gente más joven», pero alerta de que por ahora la venta de entradas para estos cotillones es todavía muy baja. «No sabemos qué pasará esta última semana y si se venderá a última hora, cuando antes lo tenías todo vendido desde mucho antes», añade Díez.

«Muchos negocios van a cerrar esa noche porque no hay reservas y no se ha podido planificar»

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Por último, este empresario alerta de la complicada situación que se avecina para este sector tras las fiestas navideñas: «Apenas se ha hecho caja y en nada habrá que empezar a devolver ICOs; o hacen una moratoria y muchos vamos a tener que cerrar», teme.

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