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Ómicron colapsa los centros de salud de la provincia de Alicante: cientos de pacientes y sin citas hasta mitad de enero

La sexta ola de la pandemia estalla en los centros de salud, con un aumento del 30% en el número de pacientes y de pruebas - La mitad de la plantilla está de vacaciones y sin sustituir

Una sanitaria, enfundada en un EPI, sale a la puerta de un centro de salud de Alicante para llamar a los pacientes. | ALEX DOMÍNGUEZ

«El otro día me dio por primera vez un ataque de ansiedad en la consulta. Tuve que parar, salir y respirar». Quien así habla es un médico de familia de la ciudad de Alicante. Es veterano, rozando ya la edad de jubilación, pero la situación que está viviendo ahora no tiene comparación con nada a lo que se haya tenido que enfrentar hasta el momento.

La sexta ola de la pandemia ha caído como una bomba en los centros de salud. Una Atención Primaria que ya estaba tocada se tiene que enfrentar estas últimas semanas a un aluvión de pacientes con síntomas de coronavirus, a una lista interminables de pruebas diagnósticas que hacer, bajas laborales por tramitar, contactos estrechos a los que llamar... El trabajo, en las últimas semanas se ha triplicado, según cuentan médicos y enfermeros de los centros de salud, y sobre todo ha explotado en estos últimos cuatro días, cuando están aflorando ya todos los contagios de cenas y comidas navideñas. Todo con la mitad de la plantilla de vacaciones por Navidad y sin que Sanidad haya puesto sustitutos. Médicos y pediatras advierten de que el covid ocupa estos días el 80% de su tiempo, por lo que han tenido que aparcar otras tareas, como por ejemplo el seguimiento de los pacientes crónicos.

Muchos centros de salud, según ha podido comprobar este periódico, no disponen de citas hasta mediados de enero. «Hemos tomado la decisión de no abrir las agendas hasta el 13 de enero porque no damos abasto», señalaba esta semana un médico de un centro de salud de la ciudad de Alicante, donde estos días los enfermeros sólo atienden los domicilios y los casos urgentes. El resto se lo lleva el covid: PCR, antígenos, vacunas… sólo en pruebas diagnósticas se están haciendo en este centro unas 500 diarias en los últimos días. Las urgencias con casos sospechosos de coronavirus tampoco bajan. «El otro día llegaron en toda la mañana 117 enfermos con problemas respiratorios y sólo dos médicos de urgencia para atenderles. Echa cuentas».

En otros departamentos, como el de Alcoy, «el personal de refuerzo covid está supliendo los días de libranza de Navidades dado que no hay enfermería en bolsa», explican desde el sindicato de enfermería Satse. Los programas de atención a crónicos se han tenido que suspender también en este departamentos debido a la avalancha de usuarios que demandan test de antígenos y PCR, «muchos de ellos sin sintomatología o con sintomatología leve y familias enteras para que se les haga la prueba».

Sobrecarga también en el departamento de Marina Baixa. Según información del Satse, los centros de salud en esta comarca están sobrecargados de trabajo, con profesionales sin cubrir y una elevadísima carga de trabajo.

Colas de usuarios a las puertas de un centro de salud de Alicante, esta semana. | PILAR CORTÉS

En la última semana, los contagios de coronavirus se han disparado en la provincia de Alicante un 46%, fruto ya de las cenas y comidas de Nochebuena y Navidad. La variante ómicron lo ha acelerado todo. Tarda menos en contagiarse, apenas tres días frente a los 10 de las anteriores, e infecta a un mayor número de personas, ya que es hasta un 70% más contagiosa. La buena noticia es que es mucho más leve, ya que no afecta a órganos internos y sólo a las mucosas. Sin embargo estos casos leves están recayendo en Atención Primaria y en una plantilla de médicos y enfermeros cansados y desmoralizados.

«Estamos agotados porque no le vemos fin a esto y además tenemos que lidiar con la inacción de los políticos, que lo único que han hecho ante esta sexta ola es poner mascarillas en el exterior», lamenta Eva Suárez, pediatra y portavoz del Foro de Médicos de Atención Primaria, quien vaticina que «la cuesta de enero va a ser terrible». Y es que la epidemia de gripe está a la vuelta de la esquina. «Si al final llega, la Atención Primaria no lo soporta». También los pediatras están empleando el 80% de su tiempo en atender toda la casuística del coronavirus, «todo con buena parte de las plantillas de vacaciones y sin personas que nos sustituyan». Suárez advierte de las consecuencias que puede tener esta situación. «El día que nos equivoquemos fruto de ver tal avalancha de pacientes, nosotros podemos ir al Juzgado, pero a lo mejor hay un niño que no lo cuenta. Esto es así de duro».

En las consultas de los médicos de familia esta semana se están batiendo récords de asistencia, con profesionales que han llegado a ver al día hasta 70 enfermos en una auténtica medicina de trinchera. «Todo es prácticamente covid, lo demás ha habido que dejarlo aparcado», señala Víctor Pedrera, secretario general del Sindicato Médico en la Comunidad Valenciana y médico de familia, quien lamenta que buena parte de todo este trabajo al que se están enfrentando es burocrático, en especial con la tramitación de bajas laborales. A juicio de Pedrera las colas ante los centros de salud no desaparecerá hasta que Sanidad no contrate a más médicos de familia. «Los contratos de refuerzo no han sido suficientes, porque el número de facultativos que incluye es ínfimo».

Esta saturación sin precedentes que se vive en la Atención Primaria hace que a diario haya profesionales que se marchen a sus casas con el temor de que se les escape algún caso grave, entre tanta llamada y tanta cita de pacientes con síntomas leves. «Llegamos a tener citados a tres enfermos en la misma hora, la demanda se ha triplicado, la petición de pruebas también y todo con menos gente», afirma amargamente Javier Blanquer, vicepresidente de la Sociedad Valenciana de Medicina de Familia. Encima, en muchas ocasiones, toca lidiar con pacientes con menos paciencia de la que cabría esperar en estas circunstancias. «La gente se queja de que le hacemos esperar y no se dan cuenta de que no somos superhéroes». Ante este colapso, Blanquer advierte de que la Atención Primaria ha desaparecido. Los perdedores, «pacientes con otras enfermedades y problemas de ansiedad que ven mermada su atención».

Por la parte de Enfermería, la sensación de impotencia es la misma. «Hay personas a las que se contrató como refuerzo covid y que no piensan renovar ahora en enero porque no pueden mas. Todo a pesar de que eso en bolsa les perjudica», advierte Emilia Guevara, secretaria de Acción Sindical del sindicato de enfermería, Satse. El diagnóstico que hace Guevara de la situación también es muy pesimista. «El sistema sanitario de la provincia se encuentra en una situación crítica de sobrecarga, saturación y tensión asistencial que perjudica a los profesionales de Enfermería y a la ciudadanía en su conjunto. En concreto la situación de la enfermería en los centros de Atención Primaria ha ido agravándose con el paso de los meses hasta llegar de nuevo a encontrarse en un callejón sin salida».

Para el presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria, José Ramón Martínez Riera, de aquellos polvos, estos lodos. «Atención Primaria lleva muchos años de abandono, sufriendo un recorte de presupuesto y de plantillas». La situación de colapso que se está viviendo estos días en los centros de salud, lamenta este profesional, hace que volvamos a un modelo basado sólo en atender la enfermedad, dejando a un lado la parte de promoción, tan importante en este nivel asistencial y la comunitaria «encaminada a que la población se empodere».

Nuevo protocolo para descargar las consultas

Para poder descargar de trabajo a médicos y enfermeros, el Ministerio de Sanidad ha acordado con las comunidades autónomas que se eliminen los rastreos para localizar contactos estrechos. De esta forma sólo se hará el censo de los convivientes y de personas vulnerables que hayan estado en contacto con un positivo y el paciente será quien deba comunicar la situación a sus contactos. Las pruebas como PCR o antígenos se hagan prioritariamente a las personas vulnerables. Los test comprados en farmacia servirán para confirmar la enfermedad. Tampoco habrá que hacer seguimiento a casos leves o asintomáticos.

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