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El comercio en la provincia de Alicante sufre un desplome del consumo por el alza de contagios

Las tiendas pequeñas reducen del 30% al 10% el margen de mejora previsto en Navidad y las grandes superficies cerrarán por debajo de 2019

El comercio esperaba Navidad con grandes expectativas que el temor a ómicron ha estropeado.

La inquietud por la contagiosa variante ómicron en plena campaña de Navidad y Reyes supone un ataque frontal también para el comercio de la provincia. A la pandemia se suma la continua subida del gasto por el consumo de la luz y la inflación desbocada, que merman el consumo en un sector que tenía la esperanza de remontar las pérdidas acumuladas. Antes de que empezase la campaña, pymes y tiendas pequeñas, que emplean a 135.000 trabajadores en la provincia y representan el 12% del PIB, pensaban crecer en facturación en un 30% pero ante la situación han bajado ya su techo al 10% en el caso de las asociaciones agrupadas en la patronal Facpyme, mientras que desde Unió Gremial indican que las ventas se han visto reducidas en términos generales un 12% este año. En el caso del gran comercio, la expectativa es mejorar un 3% en Navidad, dado que en diciembre de 2020 sí que recuperaron movimiento, quedándose un 6% por debajo de las últimas fiestas prepandemia, las de 2019, que es donde habían puesto el listón. Las asociaciones sectoriales coinciden en que la incertidumbre y el miedo no son buenos, y que pueden lastrar la campaña como sucedió en 2020, cuando el negocio cayó entre un 25% y un 70% en moda y ceremonia, frente a la aspiración inicial de acercarse a las cifras de 2019.

La decoración navideña es uno de los incentivos para el consumo en estas fechas. | PILAR CORTÉS

«Existe mucha incertidumbre ante cuál va a ser el comportamiento del consumo por la evolución de la pandemia, las cifras de contagios y los mensajes, muchas veces contradictorios, que están lanzando las administraciones. En estos momentos no estamos llegando a las cifras de 2019», afirma el presidente de la Federación Alicantina de Pequeño y Mediano Comercio (Facpyme), Carlos Baño, que admite que el sector está expectante ante el impacto que esta situación puede tener sobre las rebajas de enero, «clave para la recuperación».

Las tiendas recortan sus previsiones de mejora de negocio respecto a 2020. | PILAR CORTÉS

Bono comercio

«Acciones de dinamización como el bono comercio son muy positivas y necesarias. Hemos visto en estas últimas semanas que en localidades donde se han puesto en marcha, como Benidorm, Torrevieja, Mutxamel o Xixona, ha sido un factor de reactivación muy importante. En cambio, el comportamiento ha sido muy desigual allí donde no se han llevado a cabo estas campañas», señala el representante de la patronal, quien reclama ayudas directas e incentivos fiscales. De lo contrario «la cuesta de enero va a ser especialmente dura». El vicepresidente segundo de Facpyme, Vicente Armengol, garantiza que los comercios están abastecidos y «los ciudadanos pueden realizar sus compras con precios aún sostenidos, excepto algún producto de tipo tecnológico, en los sectores tradicionales del vestir, calzado, complementos y regalos». Armengol, presidente de Corazón de Alicante, defiende que los establecimientos cumplen a rajatabla los protocolos de seguridad e higiene. «Hay comercios que mantienen aforos restringidos aunque esté autorizado el 100% por ofrecer una mayor seguridad y protección. La enorme ventaja del pequeño comercio al encontrarse tan cerca del cliente es poder realizar la compra y llevársela de inmediato o con envíos a domicilio si lo prefieren».

Compras en El Corte Inglés de Alicante, que se vuelca con la campaña de Reyes. | PILAR CORTÉS

Desde la federación Unió Gremial sostienen que «si bien es cierto que el aumento de casos por la variante ómicron ralentiza la recuperación y propicia que las ventas en estas fechas no sean tan buenas como esperábamos, entendemos que el impacto económico será limitado», señala su presidente, Juan Motilla. La entidad pone el acento en la falta de regulación comercial respecto a la temporada de rebajas, lo que «ha propiciado que las grandes superficies las hayan adelantado. Cosa que el comercio local no puede hacer. Se genera una desigualdad que perjudica al comercio de nuestros barrios y ciudades. La situación también ha propiciado que los consumidores adelantasen sus compras a la primera semana de diciembre o incluso antes».

Según Unió Gremial, en estos últimos días, el confinamiento derivado por el aumento de contagios, implica que haya menos gente en la calle. «El comercio local ha sabido responder a esta situación y hemos visto un aumento de pedidos con entrega en domicilios. En este aspecto, la digitalización y la venta online del comercio local, con plataformas como Nou Gremial, nos ha permitido seguir atendiendo las necesidades de nuestros clientes».

La situación es similar en el gran comercio. El último resumen de indicadores que maneja la Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged), correspondiente a diciembre, refleja cómo las incertidumbres que acechan a la economía, las nuevas mutaciones del covid, los problemas logísticos y las tensiones de los precios energéticos han generado un tropiezo en la confianza del consumidor, y afectan al desarrollo de la campaña de Navidad. El consumo hasta octubre crece un 3,5% respecto a 2020, año nefasto, pero sigue por debajo de los niveles prepandemia.

Categorías como electrodomésticos tiran del consumo. «A medida que las restricciones se han levantado, los hogares han recuperado parte del consumo de alimentos y bebidas fuera del hogar. La normalidad en las tiendas físicas, que el año pasado estuvieron sujetas a fuertes restricciones y cierres, es esencial de cara a la campaña de Navidad, sobre todo en categorías relacionadas con regalos y celebraciones, como juguetes, perfumería, moda y complementos», señala Anged. Su portavoz, Joaquín Cerveró, destaca el cambio de tendencia que supuso noviembre, «un mes extraordinariamente bueno, con un ligero crecimiento frente a 2019, nuestra referencia más que 2020, un año raro aunque en Navidad repuntó la actividad».

Frenazo

Sin embargo, la sexta ola ha frenado en diciembre esta tendencia. «Estamos con un ligero crecimiento con respecto al año pasado pero no llegamos a las cifras del 2019, que era el objetivo que teníamos hace un mes. El dichoso virus nos ha enfriado la actividad. Ha tenido un impacto real en la confianza emocional del consumidor. La primera quincena de diciembre fue mejor que la segunda, aunque aún queda la semana de Reyes. Somos optimistas porque su impacto principal son los juguetes y regalos, no tanto el equipamiento personal en un contexto en que la socialización se ve frenada con la cancelación de fiestas de Nochevieja. Además, las familias son más generosas cuando se trata de niños». Uno de los grandes centros, El Corte Inglés, maneja positivas previsiones para Reyes. «Tenemos un surtido muy variado de opciones de regalo, que sumado a nuestra campaña de descuentos Feliz 2022 nos hace pensar en que notaremos un importante aumento de clientes hasta el 5 de enero. Los últimos días son los más fuertes del periodo navideño».

En cuanto a la destrucción de pequeño comercio desde que empezó la pandemia, la tendencia se ha estabilizado este año. «Estimamos, a partir de la información recopilada de nuestras asociaciones, que desde el inicio de la pandemia han podido cerrar cerca del 20% del tejido comercial de proximidad, especialmente durante la segunda parte de 2020 y los primeros meses de 2021», señala Facpyme. Desde esta patronal explican que la casuística es muy dispar, porque hay muchos casos de asfixia económica. «El pequeño comerciante tiende a aguantar e incluso poner dinero de su propio bolsillo o recursos económicos familiares y el cierre es la última opción, pero se han dado situaciones de pequeños empresarios cercanos ya a la jubilación que la han anticipado».

En la segunda mitad de 2021 Facpyme detecta una reactivación. En Alicante contabilizan 1.100 licencias de apertura de nuevos negocios este año frente a poco más de 800 en 2020. «Hay zonas en las que había cerrado la mayoría, que vuelven a tener actividad. Demuestra que el sector está vivo, y eso es una gran noticia para la economía local». Esta reapertura «da vida a las calles, iluminación y seguridad. Refleja la ilusión del sector por salir adelante y de los clientes que reconocen el esfuerzo por adaptar nuestros negocios a las medidas sanitarias para ofrecerles una experiencia de compra segura».

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