A Eric se le veía nervioso. Hasta ansioso. Estaba deseando que llegasen ya los Reyes Magos a su silla, en la primera mitad de Alfonso el Sabio. La de este 2022 no era su primera cabalgata, aunque el pequeño, que roza los cuatro años, no guarda recuerdos de la última, aquella que vivió antes de cumplir los dos años. Menos aún de su primer encuentro con los Magos de Oriente. Cosas de una pandemia que obligó a suspender la de 2021 por la situación epidemiológica que sufría el conjunto del país, con menos contagios que ahora, pero con unos hospitales mucho más tensionados por el volumen de pacientes por covid. 

Eric no era, sin duda, el único nervioso en el recorrido de una cabalgata, que también por la pandemia, empezó al principio de la avenida de la Estación y finalizó en la Rambla para espaciar al público. Las mascarillas, que fueron muy mayoritarias entre los asistentes, pudieron tapar las sonrisas nerviosas de los más pequeños, pero no lograron esconder los ojos emocionados de esos miles de niños, que junto a sus familiares disfrutaron de un espectáculo emotivo, por aquellos de devolver la magia a unas calles muy necesitadas de alegrías, pero descafeinado, por la falta de caramelos y regalos sobrevolando las cabezas. 

Los Reyes Magos y sus pajes, sabedores de las limitaciones acordadas por el Ayuntamiento de Alicante para intentar reducir las aglomeraciones en unas fechas de récords diarios de casos positivos, intentaron mitigar la falta de esos caramelos y regalos con kilos de confeti que hicieron su papel, que muchos niños agradecieron, pero que no fue lo mismo. En las calles, según cifras oficiales, se reunieron unas 20.000 personas, la mitad aproximadamente de las que habitualmente disfrutaban de la cabalgata de la provincia antes de que la pandemia llegara para cambiarlo casi todo. 

Los Reyes Magos en su llegada a Alicante por barco Alex Domínguez

Más allá de las cifras, siempre difíciles de ajustar en eventos tan multitudinarios, que había menos gente de la habitual era algo evidente. También se notó un ambiente más frío, y eso que el tiempo al final respetó el paseo de sus Majestades por la capital alicantina. Durante todo el recorrido se amontonaban varias filas de espectadores (los primeros, sentados; el resto, de pie), pero no tantas como hace, por ejemplo, dos años. Pese a todo, los Magos de Oriente consiguieron impregnar las calles, al menos las principales del centro de Alicante, de magia. 

De una ilusión perdida por un covid que no dejó a salvo ni a la corte de los Reyes Magos. Melchor y Gaspar contaron con un paje menos de lo previsto por carroza. Dos de sus ayudantes dieron positivo a última hora y otro más decidió no salir por precaución tras un contacto estrecho con un contagiado. Sólo una de esas bajas inesperadas se pudo cubrir por la falta de tiempo.

Dos paradas previas

La noche de Reyes empezó a primera hora de la tarde en Alicante. Sus Majestades llegaron con exquisita puntualidad al puerto, a bordo de una patrullera de la Guardia Civil, en la que también iban las principales autoridades de la ciudad (como el alcalde y la vicealcaldesa), que no dudaron en sumarse al saludo. 

Tras un paseo en el barco por el muelle para dejarse ver ante los niños y niñas, desembarcaron en un pantalán situado frente al Belén Gigante, entre aplausos, cánticos y deseos lanzados al aire por aquellos que quisieron estar entre los primeros en ver la llegada desde Oriente. Aunque no pudo haber contacto directo para evitar aglomeraciones y contagios, Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron desde el primer momento el cariño de decenas de pequeños que se desplazaron hasta el entorno de la Explanada para ser los primeros en recibir a los Reyes Magos, tras el parón forzado el pasado año por la pandemia de covid. 

Desde ahí, en un primer contacto con la ciudad mucho más rápido de lo habitual ante la falta de besos, abrazos y fotos con los más pequeños, Melchor, Gaspar y Baltasar, que dieron este martes negativo en pruebas PCR para poder disfrutar del día sin mascarilla, se marcharon en una caravana de seis coches escoltada por la Policía Local hasta la plaza de toros, donde desde primera hora de la tarde se celebró el espectáculo «La Estación de los Cuentos» con acceso únicamente con invitación y con un aforo limitado. 

En el coso taurino, los Magos de Oriente hicieron acto de presencia poco antes de las 18 horas, adelantándose unos minutos a la hora prevista. Sus Majestades, tras saludar a los más de 2.000 personas reunidas en la plaza (que ocuparon apenas dos de los ocho tendidos) se dirigieron a los más pequeños de Alicante, adelantando el mensaje real que habitualmente se realizaba en el Ayuntamiento y que este año se suspendió para evitar aglomeraciones, al igual que sucedió con la Adoración y la posterior recepción en el Salón Azul. «Después de dos años sin venir a Alicante, ¡qué alegría volver a la ciudad! Hemos recibido todas vuestras cartas y, aunque este año ha sido difícil, sabemos que os habéis portado mejor que nunca. Esta noche es la noche mágica, en la que iremos a repartir los regalos a vuestras casas. Os lo habéis merecido. Portaos bien, acostaos pronto y haced caso a vuestros padres», dijo Gaspar, el más hablador de los tres Reyes Magos, que terminó su intervención con un «Viva Alicante» que arrancó, más si cabe, los aplausos entre los presentes. Tras su paso por la plaza de toros, sus Majestades se dirigieron hacia la cabecera de la cabalgata, que arrancó también con puntualidad, a las 19 horas, desde la zona de la avenida de la Estación más alejado de la restaurada fuente de Luceros, donde por primera vez había sillas para el público. 

Durante el recorrido, hubo música, bailes y algunos de los personajes favoritos de los más pequeños, de los protagonistas de la noche. En total, participaron una decena de agrupaciones musicales y otras tantas artísticas, incluyendo Nanos i Gegants y un grupo de foguerers. Por otro lado, los niños y niñas también pudieron disfrutar de personajes como los Minions y Spiderman, junto a gigantes luminosos, entre otros atractivos. El tren lúdico fue el prólogo del tren bíblico, que tuvo cinco representaciones (la estrella, San José pidiendo cobijo, la anunciación a los pastores, el registro en el padrón y el nacimiento de Jesús), además de las carrozas de los tres Reyes Magos. Para terminar, una decena de carrozas comerciales.

Con motivo de la cabalgata, el Ayuntamiento de Alicante puso en marcha un dispositivo de seguridad con un centenar de policías, que contaron con el apoyo de medio centenar de voluntarios de Protección Civil y de otros tantos controladores de la empresa adjudicataria de la organización de la cabalgata para el control del aforo en las sillas.