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Análisis

El pragmatismo de Vox para no perder influencia con el bipartito

El grupo insiste en que el «90%» de sus peticiones para el Presupuesto «carecen de ideología» y admite que es «inviable» su exigencia de principios de mandato de suprimir el área de Igualdad

El portavoz municipal de Vox, Mario Ortolá, en su comparecencia de este viernes en la sala de prensa del Ayuntamiento de Alicante. | JOSE NAVARRO

Vox ya no pretende la supresión de la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento. Tampoco la de Cooperación o del área LGTBI. Le podría bastar, según reconoció su portavoz municipal, Mario Ortolá, con que el bipartito no aumente las partidas en esas áreas dirigidas por Ciudadanos para desbloquear el Presupuesto. Es decir, tampoco exige como «línea roja», o al menos no con la intensidad del principio de este mandato, recortes en unas áreas que, los discípulos de Abascal, califican como «ideológicas», aunque incluyen esa petición, sin cuantificar, en el documento que acaban de elevar al gobierno liderado por Barcala para desbloquear las cuentas de 2022.

Desde Vox sostienen que «si no se pueden rebajar» las partidas para estas concejalías de ámbito social [una decisión estrictamente política que le corresponde al gobierno municipal], les valdría con que parte del presupuesto se destinase, por ejemplo, a una campaña de concienciación sobre «violencia intrafamiliar», para tratar así al menos de eliminar la clave del género en la violencia machista, o ayudas para catástrofes humanitarias que también puedan destinarse a sucesos que ocurran en el territorio nacional, como con el volcán de La Palma, y no sólo para zonas del extranjero. De pedir la supresión o recortes drásticos en las cuentas, a intentar influir en proyectos que se acometen desde las áreas de Igualdad para alejarlas de sus señas de identidad. «Sabemos que no pueden desaparecer porque si no Ciudadanos, que está en descomposición, se quedaría sin nada. Sería una petición inviable», alegan.

Y es que Vox ya no va a máximos en Alicante, y menos si se trata de peticiones con fuerte base política. De hecho, insisten en que el «90%» de sus iniciativas al bipartito para desbloquear el Presupuesto de 2022 «carecen de ideología». El portavoz de la formación se refiere, entre otras, a la propuesta de una oficina móvil del Servicio de Atención Integral a la Ciudadanía (SAIC) para las partidas rurales, estudios para una comisaría de la Policía Local en la Zona Norte, para un centro social en el PAU 1 que también dé servicio al PAU 2, para conocer la titularidad de las vías en las partidas rurales o sobre el Plan Integral de la Zona Norte. Entre esas peticiones que firma Vox, pero que de hecho reclaman partidos de la oposición progresista, también figuran destinar presupuesto para dar continuidad a los bonos gastronómicos y de comercio o para un programa que facilite el acceso a la vivienda a los jóvenes, que de hecho se incluye también entre las exigencias del PSOE, el grupo que, con su mano tendida al gobierno municipal para aprobar las cuentas de 2022, está arrastrando al pragmatismo a Vox en la ciudad de Alicante, que también reclama al bipartito un programa para la reducción de la brecha digital, ayudas a la escolarización entre 0 y 3 años o el impulso a la carrera profesional del funcionariado del Ayuntamiento.

Desde la formación que en Alicante encabeza Mario Ortolá admiten que ese «realismo» que ahora propugnan, ese no cerrarse en banda con exigencias que forman parte de su recetario político a todos los niveles, busca mantener su posición estratégica en el tablero político de Alicante, seguir siendo un actor importante para la gobernabilidad del Ayuntamiento. Es decir, no quedar aparcados por el PSOE y su intento de romper los fuertes vínculos entre el PP y Vox durante este mandato municipal, que han permitido sacar adelante los dos presupuestos del bipartito y las principales modificaciones en las cuentas, incluyendo la cancelación de la deuda municipal y la rebaja impositiva, además de la aprobación, al menos en su fase inicial, de la controvertida ordenanza contra la mendicidad.

Protagonismo y las urnas

En Vox temen, y no lo ocultan, perder peso en esta recta final del mandato dada la predisposición de los socialistas de negociar, para aprobar, las cuentas de este 2022. «Al PP se le ve muy cómodo», añaden. No parece que esa estrategia, que se afanan en exhibir los de Abascal, busque una posición más centrada en el escenario político para ampliar así su caladero de votos con la vista en las elecciones de mayo de 2023, ahora vinculado a las posiciones más extremas de la derecha, sino mantener su protagonismo en la gestión política del Ayuntamiento, no convertirse en convidados de piedra en el día a día municipal. «Si nos cerramos en banda, dejaremos la gobernabilidad en manos de la izquierda», explican desde el grupo de Vox para justificar ese discurso en el que recalcan el escaso peso de la ideología en sus peticiones para el Presupuesto.

Ese, por otro lado, es el objetivo que buscan los socialistas con su abierta predisposición a desbloquear las terceras cuentas del bipartito de PP y Ciudadanos, en una estrategia impulsada desde la dirección del partido a nivel local, que sigue bajo el control de Ángel Franco, y que no acaba de ver nada claro el portavoz municipal, Francesc Sanguino. Los socialistas consideran clave distanciar -y cuanto más, mejor- al PP de Barcala de los ultras de Vox. Tanto es así que tampoco descartan permitir la aprobación de la oficialmente conocida como Ordenanza de Convivencia Cívica si el texto se modera lo suficiente, para lo que Ciudadanos ha presentado alegaciones más sociales, esta vez en tiempo y (parece que en) forma. Todos estos movimientos tendrán que ejecutarse en breve, cuando el Presupuesto y la ordenanza se enfrenten al Pleno. Ahí se desvelarán todas las cartas, que pueden ser determinantes para el resto del mandato.

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