La macrooperación contra una red de inmigración ilegal en pateras realizada por la Policía Nacional en Alicante el pasado diciembre ha permitido desmantelar un entramado que no solo se dedicaba a traficar con personas entre España y Argelia, sino que también aprovechaba los trayectos marítimos de regreso para sacar del país efectos robados, drogas y a fugitivos de la Justicia que querían regresar al país argelino sin pasar por los controles fronterizos.
La operación de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional, realizada de forma conjunta con Europol, se saldó con 24 detenciones, todas ellas en Alicante excepto una en Almería y otra en Jaén, como adelantó este diario a mediados del pasado diciembre.
La Policía Nacional ha informado oficialmente esta semana de los resultados de la operación y afirma que el entramado criminal desmantelado es responsable de traficar con más de 250 víctimas desde Orán en 54 «episodios migratorios» -pateras- que se han registrado en los últimos meses. A este delito se suman los de tráfico de drogas, receptación de efectos sustraídos y organización criminal.
Los costes de los viajes en patera eran diversos, pero podían llegar hasta los 6.600 euros. Por el trayecto de Argelia a Almería cobraban hasta 5.000 euros; de Almería a Alicante pagaban las víctimas entre 200 y 600 euros y de la capital alicantina a Francia entre 700 y 1.000 euros.
La investigación, que se inició tras desarticular otra red de inmigración en Murcia, Alicante y Almería, ha revelado que había dos organizaciones en Alicante que contaban con cuatro grupos de trabajo y actuaban en connivencia con grupos criminales de Argelia que facilitaban las pateras para realizar la travesía, preferentemente hasta el litoral almeriense. Una vez llegaban a Almería, los inmigrantes eran recogidos y trasladados a Alicante y otras ciudades españolas, así como a Francia.
En Alicante la red tenía cuatro pisos de seguridad para ocultar temporalmente a los inmigrantes, a los que facilitaban manutención, drogas o teléfonos móviles.
Otros miembros del grupo facilitaban dinero a los inmigrantes para pagar los servicios contratados y lo cobraban a través del sistema subrepticio de transferencia de dinero «hawala».
La Policía descubrió que la red usaba los viajes de regreso de las «pateras-taxi» que traían a inmigrantes a España para sacar a inmigrantes que huyen de la Justicia española y de otros países europeos y para transportar a Argelia objetos robados (teléfonos, joyas, relojes...) y estupefacientes como éxtasis y psicofármacos, ya que el precio de venta en la país argelino es hasta cinco veces superior. Los efectos robados eran vendidos luego por otras células delincuenciales en Orán.
La Policía realizó 9 registros de casas e inspeccionó cuatro comercios en Alicante. Intervinieron 40.000 euros, tres kilos y medio de éxtasis, 61 móviles, tabaco de contrabando, bicicletas y patinetes, entre otros efectos que siguen investigan su procedencia.